Josep Vicent es un joven percusionista
alicantino que ha conseguido realizar muchos de sus sueños. Es el director y
creador de The World Orchestra, orquesta multicultural formada por los mejores músicos
de cada país. Tiene en el mercado veintiún discos de música clásica, formó parte
del jurado del programa televisivo “Tienes talento” y es compositor de bandas sonoras
para cine, entre las que se encuentran “Martini il valenciano”, “Los ojos de
Ariana” o “La senda”, última película de Miguel Toledo estrenada recientemente
en el festival de Sitges.
PREGUNTA: ¿Cómo definirías el mundo de la música?
RESPUESTA: No es un mundo fácil. Hay gente muy buena que casi no
encuentra el camino para enseñar lo que quiere enseñar. A veces dan ganas de
dejarlo todo, pero en ese momento es cuando entra en juego la ilusión y las
ganas de continuar en la música. Levantarse por la mañana con energía, nada nos
va a parar, ni siquiera la crisis, y eso que es capaz de parar a millones de personas (risas).
Josep Vicent dirigiendo The World Orchestra/ cedida por Josep Vicent |
P: ¿Cuáles han sido los proyectos que ha creado para impulsar la
renovación de los públicos en la música clásica?
R: Lo que he hecho ha sido tomar una actitud determinada a la hora
de trabajar, de presentar los conciertos, a la hora de decidir qué música hago
o qué música no hago. Intento hacerlo desde una perspectiva más libre y viendo dónde se encuentra la sociedad de hoy. Intento
obviar las leyes que vienen dadas desde toda la historia de la música clásica. Me
da buen resultado, me he dado cuenta de que cuando haces un esfuerzo por
comunicar la música el público lo aprecia.
P: ¿Qué es lo más importante para la composición en cine?
R: La clave es el ritmo, no entendido como el pulso, sino entendido
como el equilibrio entre las partes, es lo que llamo “fenomenología del sonido”.
Todo tiene su relación musical. Si se cambia una nota hay que cambiar todo, así
es el cine.
P: La banda sonora de La senda, ¿se ha grabado con orquesta?
R: No, la banda sonora de La senda la he hecho yo en casa, frente
al ordenador. Cuando hay mucho dinero lo mejor es arreglar la obra, darla a una
buena orquesta y grabarla en un estudio. Cuando no hay dinero se hace lo que se
puede.
P: En cine, ¿quién marca las directrices que la música debe seguir?
R: El director es el que tiene que marca el clímax. Las
conversaciones entre director y guionista son muy importantes para llegar a una
conclusión común. Muchas veces me he encontrado con directores que no saben lo
que quieren y esto da lugar a dos posibilidades; que todo salga bien si el
músico es bueno, o que salga mal si el músico no es muy bueno.
P: Al ver las imágenes que te ofrece el director, ¿ya pones el
sonido en tu interior o la composición con imágenes requiere un tiempo?
R: Se necesitan tiempo. El compositor necesita su tiempo para
entender la idea y, una vez entendida, hay que transcribirla al ordenador y, si
se graba con orquesta, se depende de un gran equipo de gente. Por eso hace
falta tiempo.
P: ¿Limita dicha composición sobre imágenes?
R: No limita, por lo menos a mí. Creo que un compositor siempre se
marca unos límites cuando se sienta frente a un piano a componer. A mí me gusta que me marquen unos límites,
saber por donde puedo moverme y qué sentimiento en concreto debo transmitir.
P: Si tuviera que elegir, ¿con qué se quedaría,
director de orquesta o compositor para cine?
R: Sin duda alguna, director de orquesta. El momento más importante
para un director es el concierto. El director es un catalizador de las energías.
Cuando diriges de espaldas al público sabes lo que éste siente y eso te hace
cambiar sensaciones e improvisar. En cine ofreces un producto ya acabado que no
te permite vivir en directo las sensaciones creadas.
P: ¿Algún consejo para las nuevas generaciones?
R: Siempre digo lo mismo pero es que es la realidad. Quien quiera hacer una película, ¡que
la haga!, ¿quieres escribir un libro? ¡escríbelo! Lo importante es soñar y
hacerlo realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario