La dificultad de pagos de equipos de élite está provocando un descenso de federados en uno de los deportes más laureados de España
En plena crisis de la
deuda no parece extraño que una empresa no pague a sus trabajadores,
algo de lo que el deporte parece estar exento. Nada más lejos de la
realidad. Cierto es que el fútbol mueve mucho dinero, sin embargo en
el sala no ocurre lo mismo. Muchos equipos de élite han tenido que
desaparecer debido a no poder hacer frente a los pagos que se deben
realizar al iniciar la campaña como el Pinto. Esto, en lo más
profundo de este deporte, en los inicios, se acrecenta. Nada es igual
con respecto a hace pocos años, la base sufre para poder mantener
algo que a España le ha dado muchas alegrías en forma de medallas y
campeonatos.
Tanto
es así que el número de federados en los últimos años ha
descendido considerablemente como se puede comprobar en la página de
la Real Federación Española de Fútbol. Aquí se puede ver que en
este mismo año los jugadores inscritos para participar en alguna
competición apenas llegan a los 100.000, cifra que en los últimos
años solo se ha visto superada en la temporada del 2005, cuando el
deporte base tal y como hoy se le conoce tan solo estaba empezando.
Así pues, primero el ascenso y luego el descenso es palpable en el
fútbol sala, de hecho más de 10.000 personas no han querido o
podido seguir este año con respecto al anterior, una cifra que roza
el 10% .
En la base
Niños jugando al fútbol sala. Foto: Flickr |
El
dinero, la popularidad, el ser como tu ídolo son cosas que los niños
piensan una vez que empiezan a jugar al fútbol y que se va
diluyendo, en muchos casos, con el paso del tiempo. Esta ilusión es
parte de un proceso que, sin embargo, no afecta a que alguien siga
practicando el fútbol sala como afirma el jugador del Tres Columnasde Ciudad Rodrigo, Daniel Vicente. A él mismo, dice, le ocurrió eso
y sigue “disfrutando del deporte pero con otras aspiraciones”. El
problema del descenso de jugadores no viene por personas ya hechas en
el mundo, más bien al contrario. Son los benjamines (6-7 años) los
que suponen la mitad de esta bajada preocupante. 5.000 niños de
estas edades han renunciado a empezar ese sueño, al menos en el
fútbol sala, ya que en otro tipo de deportes sí que ha aumentado la
cifra en la categoría. De hecho, el ejemplo más claro es el fútbol
propiamente dicho donde en benjamines ha subido la cifra
considerablemente y ha bajado en edades más avanzadas. “Todo es
debido a la crisis”, dice el presidente del Tres Columnas, Matías
Rubio.
Niño disparando a puerta. Foto: Flickr |
Alguien
pensará que no puede ser cosa de dinero cuando el montante que no
llega al fútbol sala se va a otros deportes. Bien pensado pero
erróneamente. La crisis que afecta al fútbol sala provoca que “los
medios audiovisuales no se preocupen” tanto por un deporte, ahora
mismo, en decadencia, asegura Rubio, que concluye con “los niños,
desgraciadamente, quieren ser Ronaldos y no Vinicius”. Desolados
con los datos también están en otras localidades españolas. En
Móstoles, en Madrid, el equipo local, el año pasado en Primera
Nacional, ha tenido que renunciar a su puesto de lujo por dinero. Su
presidente, Antonio Peña Echevarría, afirma que esto “ha
provocado que en las categorías más inferiores haya una huida.
Todos piensan que es más fácil llegar en fútbol sala, pero esto se
vuelve contra ti en épocas como la de ahora. Nadie nos asegura
nuestro futuro y, por tanto, nadie quiere saber nada del Móstoles”.
Este año, el equipo no tiene benjamines.
La
crisis golpea a todos los sectores de la sociedad, sino directamente,
bajo el efecto llamado 'dominó'. Esto ocurre en el fútbol sala, tan
traumado en estas fechas. Por ello, el grito desde las instituciones
es unánime: “no dejemos que un deporte histórico para España se
apague”. Nosotros, ustedes, todos.
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