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Somos lo que comemos

Cada día aumenta el número de personas que se alimentan a diario de la llamada comida rápida o comida basura. Esto es debido a que cada vez más gente come fuera de casa, por motivos de trabajo sobre todo, y además ha de  hacerlo en un corto espacio de tiempo. En este aspecto el “fast food” es el rey de la pista, ya que ofrece una gran variedad de platos que, para alivio de los consumidores, son muy económicos y se pueden encontrar prácticamente en cada esquina, pues suelen contar con redes de establecimientos que se reparten por todas las ciudades y países.
Puede que parezca contradictorio, pero tanto nutricionistas españoles como especialistas de todo el mundo afirman que la comida basura no es tan mala como hasta ahora se ha reiterado que es. Si este tipo de comida es preparado adecuadamente y se incluye dentro de una dieta equilibrada puede aportar al cuerpo la energía necesaria para la actividad diaria. Aunque como ya se sabe no es aconsejable abusar de ella, pues posee una gran cantidad de calorías debido a su alto contenido hidratos de carbono y  grasas y por el contrario carece de  fibra vegetal, vitaminas y minerales.
Según Lourdes Martínez-Piñeiro Muñoz, especialista en Trastornos del Comportamiento Alimentario y Obesidad, este tipo de comida afecta al estado psicológico de las personas.  Si se varían los ingredientes y los menús de una manera adecuada y se sigue una dieta sin excesos, aportando todos los nutrientes y vitaminas que el cuerpo necesita para funcionar, se produce un gran bienestar interior al ingerir alimentos que agradan al paladar.  Pero hay que tener mucho cuidado con su abuso, porque el cuerpo humano no  está diseñado para soportar tal cantidad de calorías y es por eso por lo que cada día la obesidad es un problema más común entre personas de todo el mundo.
Pero no es oro todo lo que reluce. María Isabel Yagüe Lobo, especialista en Educación alimentaria y sobrepesoaconseja que no se abuse de este tipo de alimentación porque, a parte de producir obesidad, propicia que las personas que lo consumen de manera habitual sean más propensas a padecer Diabetes tipo 2, puesto que desarrollan una gran resistencia a la insulina, siendo un gran peligro para aquellos que ya padecen con anterioridad esta enfermedad.  Pero no es la única manera en la que afecta a la salud de quienes se alimentan a base de comida rápida. Yagüe afirma que las personas que padezcan de retención de líquidos o que tengan una tensión arterial elevada han de tener cuidado con su consumo, pues posee un alto contenido en sodio que puede peligrar la vida de estos individuos.
Hay que hacer especial hincapié en la alimentación de los niños. Desde bien pequeños han de estar familiarizados con todos los tipos de alimentos existentes  para que aprendan a comer bien y  puedan llevar así una vida saludable, repleta de todos los nutrientes necesarios para crecer adecuadamente y sin riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas desde una edad temprana.


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