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Mostrando entradas con la etiqueta Teatro en Madrid. Mostrar todas las entradas
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La que todo lo logra

Ricardo Ruíz Mateos, profesor de saxofón en la Universidad Complutense de Madrid y actor, desencantado por la situación del teatro en España decidió dejar la  profesión escénica. “Está injustamente mal. En España hay un potencial creativo increíble y se recompensa con pocas ayudas, difícil y escasa financiación, retrasos en los pagos, entro otros abusos”, crítica el que ha escrito e interpretado, entre otras, la obra 'Crea y recrea' premiada en el XII Festival Internacional del Humor de Madrid y dirigida por Pepe Viyuela.  “Yo cambié de negocio, no ya sólo por la crisis económica del sector, a la que estaba dispuesto a presentar batalla sino, sobre todo, por la personal, por no querer aguantar más lo comentado”, relata con la indignación de quien no ve su trabajo reconocido.

La misma situación se denuncia desde la Asociación de Empresas de las Artes Escénicas de Madrid (ARTEMAD) y es la que apunta el director de la compañía de teatro Luna de Caramelo. Joaquín López  “muchas de las compañías no pueden seguir adelante tanto porque ha bajado considerablemente la contratación de espectáculos, como por el retraso en los pagos. Tienen que soportar unos tiempos de demora demasiados largos, que hacen muy difícil el seguir trabajando con la normalidad necesaria”. 



 Emergen en tiempos de crisis las salas de titularidad privada que programan espectáculos, en ocasiones, para público reducido. Es el caso de la ‘Escalera de Jacob’, en la calle Mancebos 4 La Latina,  que programa obras que se reducen a monólogos con escasa escenografía. ‘No soy gorda, soy ancha de caderas’ es un ejemplo.  “Es mucho más asequible un espectáculo de pequeño formato, sobre todo para quien no se puede permitir una gran producción. Es una alternativa tanto para la productora como para el público que no puede pagar 60 euros pero que paga 10 por pasar una tarde agradable viendo un espectáculo”, cuenta  el responsable de la obra, La Ogra (que todo lo logra)

Contesta a la entrevista un hombre vestido de mujer pero eso es lo de menos porque Pablo se transforma en su personaje artístico ‘La Ogra’. Una mujer que se define a sí misma  como: "treinteañaera actriz- cantante-dramaturga y ante todo mujer todoterreno”. Después de llevar un año en la Escalera de Jacob le llegó la fama en la Red. Hizo  un videoclip de una de las canciones del espectáculo ‘Te borro del Feisbuh’ y se convirtió en el más visto de España, México y Argentina. “La verdad es que fue un sueño, porque cuando ninguna gran empresa te respalda y pone mucho dinero para que aparezcas hasta en la sopa, conseguir eso, es maravilloso”, relata.

Optimista y contenta defiende que el teatro siempre vivirá mientras haya quien disfrute con él: “creo que está en una buena situación, los que lo hacemos, lo hacemos porque nos gusta y los que lo ven, lo ven por la misma razón. Da igual que sea en el Teatro Real o en una salita pequeña. Siempre la magia del teatro está presente cuando hay ganas de hacerlo. Creo que ante la crisis lo que hay que hacer es seguir luchando porque siempre habrá alguien que quiera escuchar lo que le cuentas”.


A la crisis se le empuja. Y ella lo hace con sus historias y su esfuerzo: “en tiempos de crisis es cuando los artistas tienen más cosas que contar y algunos, al vernos sin trabajo, nos ponemos las pilas y empezamos a crear por nuestra cuenta sin esperar que suene la flauta y te salga un contrato maravilloso”.Y esa es la filosofía que rige su vida.

El comienzo de su historia se halla en los  escenarios de la escuela. En los festivales de fin de curso descubrió el gusto por actuar. “Dejé Murcia atrás y me vine a  Madrid a probar suerte. No me dieron demasiadas oportunidades a la hora de hacer castings, entonces decidí que si nadie apostaba por mi, no pasaba nada. Y aposté yo. Me monté mi espectáculo, hablé con grandes amigos y profesionales que me ayudaron en todo y comencé mi aventura”.


Pero colocar un espectáculo en una sala no es tarea fácil. Se necesitan, como en todo arte, buenos contactos. “Por un lado la sala te dice que tienes que hablar con un programador y por otro lado, dar con un programador que quiera meterte en una sala es como que te toque la lotería. Si no eres conocido, es muy complicado que te abran las puertas. Pero habrá que seguir llamando. ¿Quién dijo que fuera fácil?”.

Ahora su reto es llevar el espectáculo a Barcelona tarea ardua porque no conoce allí a nadie. “Las salas reciben muchas peticiones y supongo que no es fácil prestarle a todas y cada uno de ellos la atención que se merecen. Una vez que se encuentra una oportunidad, lo importante es una buena relación basada en la honestidad mutua. Si eso está, lo demás es trabajar codo a codo y llegar al infinito”, y que no le paren los pies.


Pero además de subirse a un escenario y hacer bailar al público está rodando ina serie autoproducida por una productora que están formando "Yosefilms". Y adelanta un concierto que dará en febrero en una mítica sala de Madrid. El nombre, se lo reserva para más adelante. Que queda Ogra para mucho.








'Puñetazos de amor' contra la Violencia Machista


Cartel de la obra
La compañía teatral  Luna de Caramelo representa en Rivas Vaciamadrid la obra teatral ‘Puñetazos de amor’ de Joaquín Lozano, con motivo del Día Internacional Contra la Violencia Machista. 
“Es un proyecto que ayuda a las asociaciones  y colectivos a dar a conocer la situación vital de algunas mujeres victimas de la violencia de género. Además, la compañía colabora en  la financiación de acciones y proyectos relacionados con la erradicación del maltrato”, cuenta director de Luna de Caramelo teatro Joaquín Lozano y adelanta la sinopsis: "Puñetazos de Amor' es un monólogo contado por varias mujeres con sus voces y sus cuerpos. La historia de Elly que animada por otras mujeres, especialmente su abuela Alejandra, rompe el silencio enfrentándose a la situación de maltrato que sufre por parte de su marido". 
La idea nace durante una terapia para víctimas del maltrato donde participaba la presidenta de la asociación ripense Andrea R. González, Ángela Gónzalez, que lleva 8 años de lucha contra el maltrato. “Se trata de visibilizar las violencias física, psicológica, y económica o sexual, a través de un montaje teatral para evitar el ciclo de la violencia y sus consecuencias”, asegura Joaquín.
Ángela reclama a los poderes públicos que no se justifiquen en que no pueden colocar un policía para proteger a una mujer, cuando despliegan para un partido de fútbol a 2.000; a los medios de comunicación que los asesinatos no se queden en cifras momentáneas de los titulares, y a los servicios sociales que se hicieran los informes para los juzgados como deben: “contando lo que ven”.
La doctora en Ciencias de la Información en la Universidad Complutense Pilar López, que en 2008 asesoró al diario Público en los contenidos del Decálogo del Manual para redactar noticias sobre violencia de género, único código autorregulatorio sobre el tema en España destaca que “se tiene que visibilizar a través de los medios de comunicación, el arte y la cultura las situaciones de maltrato que existen para que las personas puedan reconocerlas y denunciarlas y luchar contra ellas”.


La crisis deja tocado el mundo del espectáculo madrileño


En tiempos de crisis toca apretarse el cinturón y en el mundo del teatro más aún, pero no solo los grandes sino también los que con un poco de ilusión llevan su talento a la calle. “Cuando ya era difícil poder  estrenar en una gran sala, hoy en día es casi imposible”,  así lo cuenta un argentino asiduo a la calle Preciados donde cada día muestra una nueva actuación. Y es que “estrenar en una gran sala conlleva un gran respaldo difícil de conseguir”, dice tras acabar su función a pie de calle.
 Lleva 32 años llevando su magia por el mundo y se define como un “artista” y “no como un mendigo”.  Lo que gana es una incógnita pero asegura que para él también existe la crisis. Hace un tiempo los beneficios le permitían enviar  dinero a su familia en Argentina  y ahora, según cuenta, apenas le cubren su comida y alojamiento en una pensión de la capital. “La gente huye cuando vas a pasar para que hagan una aportación, y ya no es que no colaboren es que no te dan ni un triste gracias”.
Pero no solo este argentino tiene su espectáculo en Preciados, al recorrer la calle te encuentras un paisaje variopinto: magos, pintores, actores… Y todos coinciden en que para llegar a una gran sala o llevas un nombre de peso y un respaldo económico o te olvidas de poder entrar, salvo que vayas como espectador.
Pero la crisis no es exclusiva de teatros y funciones callejeras, también circos y otros espectáculos notan como su bolsillo va bajando. Un ejemplo es el Circo de los Horrores, que tuvo funciones en Leganés, en junio de este año, cuyo espectáculo a pesar de tener un gran número de asistentes ha visto como sus beneficios han ido reduciéndose.
Según cuenta uno de sus trabajadores los beneficios han bajado hasta el punto de verse obligados a prescindir de alguno de sus artistas para alguna función en la que la venta de entradas no había sido la esperada. “Aunque esto no acaba con la calidad del espectáculo”, añade.
La crisis va de la mano del espectáculo y la gente prefiere seguir recortando sus gastos, castigando especialmente a la cultura. Mientras en las tiendas de ropa aún se ven colas en probadores y cajas, las taquillas de teatro tienen que trabajárselo mucho para llenar día a día cada una de sus salas. Y a pie de calle las actuaciones tienen que ser con sudor y sangre para poder volver al día siguiente. El resumen de la crisis en el teatro madrileño es: ingenio, sudor, sangre y perseverancia.