Asefa Estudiantes culminó con
éxito la semana pasada el proceso concursal en el que estaba sumido. Con un
escueto comunicado difundido a través de su página web, el club madrileño
anunció que “el juzgado nº 2 de lo Mercantil de Madrid ha notificado al Club
Estudiantes S.A.D. la sentencia por la que se aprueba judicialmente el Convenio
de Acreedores”.
La entidad colegial era uno de
tantos equipos deportivos que se han acogido en este último año al concurso de
acreedores, una situación jurídica que le permite renegociar la deuda contraída
con diversos acreedores como la Agencia
Tributaria. La
Ley 22/2003, recogida en el BOE, y conocida como Ley
Concursal, es el método al que están acudiendo todos estos clubes cuya
viabilidad económica, y por tanto deportiva, está siendo cuestionada.
En el caso de Asefa Estudiantes,
el paso para declararse en concurso de acreedores fue voluntario. El 5 de
febrero de 2010, el club, en otra nota oficial, admite que “el Consejo de
Administración del Estudiantes SAD, una vez asegurados los recursos necesarios
para garantizar su futuro, ha aprobado iniciar, mediante la comunicación formal
prevista en el Art. 5.3. de la
Ley Concursal , el proceso de reordenación de su deuda”. Lo
que buscaba Estudiantes era aplazar las deudas y renegociarlas, un
procedimiento que aunque beneficia al deudor, está permitido por la ley, aunque
ahora quiera ser revisada en una nueva Ley del Deporte.
La pregunta sería por qué Estudiantes firma
voluntariamente el concurso de acreedores. Javier Tebas, abogado de Tebas
Coiduras y Asociados, ex vicepresidente de la Liga de Fútbol Profesional durante siete años y
“especialista en procedimientos concursales”, como se define él mismo en su perfil oficial de Twitter, explica el porqué: “cuando un club se da cuenta que
ni puede pagar sus deudas está obligado a concursar, debe preparar una serie de
documentación al juzgado, como el listado de todos los acreedores con sus
datos, cantidad de la deuda y origen de la misma, listado de bienes de
los que sea propietario y tenga bienes, causas que han motivado el concurso, y
un plan de viabilidad provisional”.
Plantilla realizada con las dificultades económicas. FOTO: Dpto. Comunicación Asefa Estudiantes |
Ese plan de viabilidad obligaba al club a seguir un
plan económico estricto que sería supervisado por tres administradores, que en
todo proceso concursal son nombrados para controlar y comprobar que se siguen
los pasos previstos. En palabras de Miguel Cardenal Curro, catedrático de
Derecho del Trabajo y director de la cátedra de estudios e investigación en Derecho
Deportivo de la Universidad Rey
Juan Carlos, los administradores deben “garantizar que los actos que se llevan
a cabo siguen la finalidad del concurso, que es mantener viva la empresa, y en
caso de que no sea posible, liquidar el club”. Estos administradores dejan
total libertad de actuación a la directiva, pero en el caso de que vean que lo
que se pretende hacer se sale de los cauces acordados, actúan.
En esta situación ha vivido Estudiantes más de un año
y medio, un periodo convulso que ha tenido en vilo a los trabajadores, que si
bien no les afecta en su salario porque el club en su plan de viabilidad está
obligado a pagar las nóminas, sí que les afectaba si tenían deudas con ellos,
como les pasaba al resto de acreedores.
Una vez salido del concurso, la entidad sale con un
plan de viabilidad resultante que tendrá que cumplir obligatoriamente. Este
plan establece unas formas de pago de las deudas más beneficiosas y unos plazos
más llevaderos. El catedrático Cardenal Curro expone que el plan de viabilidad
consiste en negociar “un convenio con los acreedores que suele incluir quita
(reducción de deudas, por ejemplo al 50%) y espera (en varios años), con un
plan de negocio que permita hacer frente a esas obligaciones”. En cuanto a los
administradores, según Tebas, “dejan su cargo salvo que el convenio hubiese
dicho otra cosa”.
Por todo ello, como afirma Miguel Cardenal, las
entidades deportivas buscan una reducción de la deuda, una “quita” que puede
llegar a ser de hasta el 50%. El propio Cardenal afirma que “si se pacta en el
convenio de acreedores, que es lo normal, sí” que habrá reducción de la deuda,
aunque Tebas pone una objeción: “no es automática” la reducción de la deuda,
“son los acreedores los que deciden cómo queda la deuda”.
Para que queden todas estas cuestiones clarificadas,
Asefa Estudiantes ha convocado a toda su masa social, ya sean accionistas,
abonados o simples simpatizantes, a una reunión informativa que se celebrará el
próximo 8 de noviembre en el Colegio Ramiro de Maeztu. Allí, se informará de
todos los pasos dados y se hablará del futuro del club, que ahora afronta un
periodo de tranquilidad tras lograr la viabilidad económica.
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