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Los 'Piraten' comienzan su segunda reunión parlamentaria con retraso


La votación de un estatuto y otras formalidades jurídicas dan un toque de realismo al Partido Pirata Alemán, que no contaba con tanto éxito. Sus homólogos europeos miran esperanzados: un fracaso del partido en Alemania desacreditaría al movimiento.

'Piraten Partei', Imagen: www.pirate-images.net, Creative Commons
En su segunda reunión parlamentaria, los Piratas decidieron mudarse a una habitación un poco más amplia del parlamento que les permitiera albergar a la oleada de periodistas. Desde la sorprendente victoria del partido en las elecciones estatales de Berlín, los medios de comunicación no han dejado de seguir cada uno de sus pasos. “Sin duda, la entrada de los Piraten en el Parlamento de Berlín es […] otro indicio de por dónde van a ir los tiros en toda Europa”, dice el miembro de la Junta Directiva Nacional y responsable del Departamento de Relaciones Públicas del Partido Pirata Español, Daniel Riaño. Él confía en que también en España “antes de dos años”, el Partido Pirata estará “en disposición de entrar en los parlamentos autonómicos”.
El debate hecho público en la primera reunión del partido germano, en el que se discutió cómo de transparente iba a ser la política pirata en el futuro, atrajo a numerosos medios de comunicación a asistir también a la segunda sesión. Normalmente, las reuniones parlamentarias se celebran a puertas cerradas, así que los medios querían estar presentes en esta 'pequeña revolución'. Sin embargo, esta reunión se anunciaba menos espectacular que las anteriores, a pesar de su retransmisión online en la página web. Los Piratas han entrado en un parlamento estatal y esta vez les tocaba actuar en consecuencia. Las reglas del parlamento valen para todos, también para el Partido Pirata.

La reunión comenzó tarde

Ayer a las 15.30, una semana después de lo anunciado y con media hora de retraso, al fin comenzó la reunión. Esta vez no hubo debates desenfrenados sobre la transparencia de la política. La agenda del día marcaba tareas burocráticas. Pronto quedó claro que no eran los Piratas los que abordaban el Parlamento federal, sino que era éste con sus reglas el que casi desbordaba a los Piratas.

El punto más importante de la agenda: dotarse de un estatuto – una tarea encomendada desde la jefatura del Parlamento. “Para que podamos seguir trabajando aquí en el Parlamento”, dice Christopher Lauer. Lauer es, entre otros muchos más, autor de la propuesta del estatuto y hoy tiene la intención de trabajarlo y discutirlo. Él es uno de los 15 diputados del Partido Pirata que entrará por primera vez en el Parlamento federal. Este martes tiene la intención de presentarse como candidato a presidente del grupo parlamentario.
Pero lo más importante en esa reunión es el estatuto del partido. Pronto se dan cuenta de que éste apenas provoca un par de comentarios. En cambio, es la jurisprudencia la que más dolores de cabeza le provoca al partido. “Entonces, ¿cuál es nuestro estado jurídico exactamente?”, se preguntan algunos de los futuros diputados. ¿Puede una fracción parlamentaria que todavía se esté cimentando, darse un estatuo jurídicamente válido? ¿Qué tipo de mayoría hace falta? Después de aprobado, ¿podrían hacerse cambios en el estatuto?

También en España es la jurisprudencia la que más complica el salto definitivo al éxito de la versión española del partido. La Ley Electoral exige un número de condiciones “casi imposibles de cumplir”, según Daniel Riaño, como “la obligación [..] de los partidos sin representación parlamentaria, de recoger […] 35.000 firmas de los votantes en 20 días […] tras ser proclamada oficialmente la convocatoria de elecciones”. “Y así podríamos seguir”, se lamenta.

"Habemus Estatuto"

“Ahora hemos encontrado una nueva rama de la jurisprudencia...”, dice con preocupación uno de los diputados, Alexander Morlang. Al final optan por aprobar el estatuo de forma provisional y pedirle más adelante ayuda al servicio científico que ofrece el parlamento.
Gerwald Claus-Brunner, un diputado pirata conocido en Alemania por su característico peto, quiere que el estatuto se vuelva a leer al completo antes de que entre en votación. “Eso se hace también así con las leyes”. Lauer le hace el favor, artículo por artículo, párrafo por párrafo. Lauer, que toda Alemania conoce de varias intervenciones en televisión, lee de carrerilla, se confunde a menudo. Seguirle no es fácil y a penas un diputado debe de haberle entendido mientras hablaba. Una mirada en la red social Twitter confirma la impresión: “Hola, despertad!” escribe Fabio Reinhardt a su colega Heiko Herberg. “Habemus Estatuto” anuncian unos minutos después tras la votación del documento.

   Gráfica: elaboración propia.
   Imágenes:Wikimedia/Creative Commons
Enhorabuena Piraten”, felicitan los piratas españoles que tienen más de cuatro mil seguidores en Twitter frente a los cincuentisiete mil de los Piraten. Para Daniel Riaño, “la principal razón” por la que los Piratas no han alcanzado la misma fama que en otros países, es el bloqueo de “los grandes medios de comunicación”. “Nos tratan de ignorar”, asegura, “en proporción directa a la implicación que tiene el grupo de comunicación al que pertenecen con los intereses de las distribuidoras y productoras de medios” digitales o tradicionales y “ los proveedores de acceso a Internet”. Por otro lado, el partido en España se encuentra con que la influencia de la política, y por tanto de los partidos en el poder, llegan a extremos que “no tienen parangón con ningún país del resto de Europa”. “En países como Inglaterra y Alemania”, por ejemplo, el director “de una institución pública equivalente al Museo del Prado”, no depende del partido político en el poder “por no mencionar la formación de los tribunales que seleccionan al funcionariado en los puestos más diversos”.

Votación en secreto


A continuación, siguen las votaciones del reglamento electoral del Partido Pirata, así como la elección del Secretario General y la del Presidente del grupo parlamentario en Berlín junto a sus sustitutos. También los Piratas votan en secreto.
El puesto de secretario general parece indiscutido y muy pronto el desarrollador de software de 27 años, Martin Delius, se proclama vencedor. Más delicada se muestra la votación a presidente del grupo parlamentario. Cinco candidatos se disputan el puesto después de que el partido rechazara al unísono la propuesta de Christopher Lauer y Andreas Baum a presentarse juntos y ejercer una presidencia doble. “La propuesta ha venido de repente y era poco transparente”, les reprocha Susanne Graf, la única candidata femenina en la lista parlamentaria en Berlín.
Christopher Lauer es el primero en elevar la mano cuando se anuncian las candidaturas a la presidencia del grupo parlamentario. Tiene 27 años y es sin duda el más convencional de todos los diputados. Barba de tres días, gafas de pasta, camisa y americana. Podría confundirse fácilmente con un miembro del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). Le gusta tomar la iniciativa, siempre tiene alguna propuesta para solucionar problemas y consigue apaciguar discusiones. A algunos colegas ya les parece demasiado dominante.
“Sé que soy una persona difícil y laboriosa”, dice en un descanso antes de pronunciarse ante sus colegas como candidato. Pero el jefe parlamentario, dice, debe destacar hacia afuera, llamar la atención. “Hago teatro desde primaria, me considero capaz de representar al Partido Pirata en Berlín”, asegura Lauer. “Ya me podrán devolver los pies a la tierra mis compañeros”.

La nueva cara del partido

Flavio Reinhardt también se presenta como candidato a liderar la lista parlamentaria. Es un pirata de personalidad tranquila, casi lo contrario a Lauer. Reinhardt prefiere una presidencia que no destaque en el sentido que pretende su compañero y que, por tanto, siga la lógica “de los valores del Partido”. Reinhardt y Lauer, entre esos dos extremos se balancea el partido.
Quizá Andreas Baum sea la cara más neutral. 
Sin duda es la más conocida del Partido Pirata. Ha salido en casi todos los debates políticos televisivos en representación del partido y no es tan “invisible como Reinhardt ni tan intenso como Lauer”, considera el politólogo Oskar Niedermayer, profesor de la Universidad Libre de Berlín.
En una primera votación, Christopher Lauer cae por apenas dos votos. En la segunda se impone Andreas Baum y se confirma como cara del partido, como denominador común para la ciudadanía berlinesa. Los Piraten han logrado organizarse y ya pueden empezar a acudir cada día al parlamento para el cual casi se hubiesen quedado sin diputados tras sus sorprendente éxito. Quince de los diecinueve que figuraban en sus listas han obtenido un escaño. Unos votos de más y el partido se hubiese visto obligado a ceder esos puestos.

Son resultados que todavía quedan lejos de los piratas españoles que apenas pueden beneficiarse de ayudas del Estado. “En España esas ayudas, sean directamente monetarias o de otro tipo, quedan reservadas a los partidos grandes”, denuncia Riaño, y los espacios de publicidad gratuita “son ridículamente pequeños”. El responsable de relaciones públicas observa tres factores básicos para la implantación social de los partidos piratas en Europa: primero, “cuándo se fundaron”, después, “cuándo logran una masa crítica para poder presentarse a las elecciones”, y finalmente, “la normativa de cada país respecto a la participación en elecciones” de nuevos partidos. El movimiento del 15-M podría haber formado a ese público crítico necesario, sin embargo, el Partido Pirata prefirió “respetar el deseo de los participantes y preservar el movimiento como uno ajeno a los partidos políticos”.

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