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Los senderos de Madrid contra el olvido


El Gobierno de Navarra aprobó el pasado 7 de septiembre un decreto por el que se autoriza la creación de la Red Navarra de Senderos Deportivos y de Uso Público. Ésta es una medida que pretende una mayor implicación pública en cuestiones de mantenimiento y homologación de las rutas de montaña. En Madrid, la Federación Madrileña de Montañismo (FMM) insiste en la necesidad de una mayor participación externa para evitar el deterioro de los mismos.

Los caminos de la Sierra madrileña aún recuerdan tiempos mejores. Han pasado más de tres décadas desde que los primeros guadarramistas marcaran las rutas a seguir por la montaña, hasta llegar a sobrepasar los 700 kilómetros de sendas. Ahora esos mismos montes aguardan con urgencia que alguien mantengan sus vías y atraer de esta manera un turismo aventurero que salve a las regiones rurales del olvido.


El kilometraje de senderos madrileños camina con rapidez hacia la pérdida de muchas de sus travesías. Tanto es así que en el último Día Autonómico del Senderismo, celebrado el 4 de junio, la FMM hizo toda una declaración de intenciones con su manifiesto “¿Das un paso por el senderismo?” (¿Das?) en el que denunciaban la situación. Ahora, el director de Comunicación de la FMM, Jorge Cruz, insiste en que los caminos “están abocados a su deshomologación por falta de mantenimiento”. Esta opinión es compartida por el club Senderismo Madrid Nuestras Caminatas, agrupación con más de diez años de experiencia. Su guía, Sergio, afirma que los senderos “estan bastante abandonados” e insiste en que desde que se señalizaron en su momento han quedado “muy dejados”. Además otros deportistas como Carlos Estecha de la Agrupación Deportiva Rutas, club de montaña en activo desde 1953, confirma que la situación es “muy mejorable”.

Marca GR (Gran Recorrido),
"Primera marca" por Tenemosunafoto
Las red de senderos madrileña se encuentra deshomologada prácticamente en su totalidad y esta realidad implica la falta de señalización con las marcas GR, PR y SL, registradas por la Federación Madrileña de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME); algo que según Jorge Cruz implica “no reunir las condiciones mínimas de seguridad para su uso”. El director de Senderismo de la FEDME, Antonio Turmo Arnal afirma que una ruta mal señalizada tiene “riesgos a corto plazo” entre los que puede darse que “el senderista se pierda”, pero con el tiempo surgen otros peligros “en el medio o largo plazo” como que “el senderista frustre su actividad y genere una propaganda negativa de la zona”, considerando lo último importante ya que “el senderista es también un turista”.
A pesar de ello en la Comunidad de Madrid (CAM) existen rutas calificadas como “dispersas e inconexas” por el manifiesto “¿Das?” que se encuentran en torno a centros de interpretación o espacios naturales concretos que utilizan sistemas de marcaje distintos a los de la FEDME. En este sentido, Antonio Turmo cuenta que “no solo hay un sistema de señalización de senderos” ya que “cada institución o particular puede generar uno destinado a los objetivos que desee”, pero coincide con la FMM en que al no ser las marcas registradas por la FEDME “difícilmente van a ser conocidas por senderistas de otras comunidades autónomas o de la multimillonaria comunidad de senderistas europeos que sí reconocen estas marcas federativas”. Desde Senderismo Madrid Nuestras Caminatas esto “también conlleva un perjuicio medioambiental en cuanto a que las personas caminan por fuera de los senderos”.

Antonio Turmo afirma respecto a las marcas homologadas por la FEDME “que éstas son gestionadas con exclusividad por las federaciones autonómicas de montaña en su territorio” por lo que en la Comunidad de Madrid esta posibilidad la obstenta la FMM. Sin embargo según el director de Senderismo de la FEDME resulta “inseparable marcar y señalizar un sendero y establecer una rutina que suponga el matenimiento del mismo”.

La Red Navarra de Senderos Deportivos y de Uso Público incluye la novedad en materia de senderismo de considerar estas vías como “instalaciones deportivas”, realidad que hace competente a las administraciones públicas pertinentes. Aún así en el caso de la autoridad deportiva navarra se reconoce a la federación de montaña autonómica como “ente colaborador de la administración con desempeño de funciones públicas”. Según este decreto considerado por Antonio Turmo como modelo a imitar, corresponde al Departamento competente en materia de medio ambiente y desarrollo rural “autorizar aquellas actuaciones que deban llevarse a cabo para el mantenimiento de los senderos”. Igualmente el Gobierno de Navarra “podrá colaborar en el mantenimiento de los senderos de Gran Recorrido”, aunque “la financiación del establecimiento y mantenimiento de los senderos deportivos corresponderá al promotor de los mismos”.

En Madrid el mantenimiento de estas vías depende fundamentalmente de su promotor y como asegura el director de Comunicación de la FMM, Jorge Cruz, “puede haber muchas figuras que hagan este papel” siendo la “administración pública una de las que normalmente ejerce esta figura” al tratarse de una infraestructura en el medio natural, aunque “no es obligatorio que así sea”. En cualquier caso la labor se hace “en base a una disponibilidad de presupuesto” y “sobre todo depende de la voluntad y el interés”. En esta línea desde la FMM entienden que “lo más razonable por una razón de presupuesto” es una mayor implicación de la Comunidad de Madrid haciendo de promotor, aunque “el problema es que no parece que esten por la labor”. En ésto último coincide el club de montaña Nuestras Caminatas, en el que se tiene la creencia de que “el dinero para medio ambiente en la CAM tardará en llegar”.
Jorge Cruz puntualiza también que los trabajos de mantenimiento pueden ser realizados por la misma FMM o por una empresa privada a “quien alguien pague”, es decir, “no hay una obligatoriedad de que esos trabajos los haga la propia federación”.
Por su parte, el director de Senderismo de la FEDME, Antonio Turmo, asegura que la tarea de mantenimiento es “tan vasta y las implicaciones socioeconómicas del senderismo son tan potentes que la administración con habitualidad entra a colaborar o protagonizar esta tarea”. Igualmente compara tener “un sendero en condiciones” con “tener una playa con bandera azul”.

Respecto al ámbito socioeconómico, Antonio Turmo añade que “el senderismo tiene gran impacto en el desarrollo rural sostenible” y potencia la “sensibilización medioambiental”. Y es que este deporte, independientemente de la comunidad en que se practique, tiene “importancia en la recuperación de un patrimonio histórico, el vial, que esta desapareciendo y en la reivindicación del espacio rural”.

Las veredas del senderista demuestran así ser un espacio que pelea contrapendiente al olvido, clamando recuperar un deporte que acepte sin riesgos en su sino a todo el que quiera abrazar la sensación sufrida y extraordinaria de recorrer los rincones de la Sierra de Guadarrama.


"El puerto de la Fuenfría" por Erazo-Fischer


Patricia Martínez Gómez


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