Una generación de nuevos creadores audiovisuales se está abriendo paso en las pantallas. Los nacidos a partir de 1980 han vivido la última revolución tecnológica desde sus inicios. Crecieron cuando una dictadura acababa de morir, y vieron cómo las nuevas oportunidades les brindaban grandes ideas. Ahora es el momento de llevarlas a cabo. El nuevo público ansía devorarlas.
Joven estudiante de audiovisuales o publicidad, realizador y guionista aficionado a la fotografía o al diseño. Éste es uno de los perfiles más generalizados en la red, según describen los administradores del portal de intercambio de proyectos freelance Domestika. En el mundo de la creación audiovisual todo suele empezar como una afición. "Desde pequeña me encanta comunicar, transmitir esas sensaciones que sólo pueden existir en una imagen acompañada de un par de palabras", explica Inés María Pintor. Esta estudiante madrileña de Comunicación Audiovisual lleva escribiendo guiones desde los 15 años. Ahora, a los 23, ha conseguido dirigir La breve historia: un compendio de pequeños relatos cuyo único objetivo es "narrar momentos de una vida, cuya espectacularidad reside en que todos sus instantes son habituales y comunes a todos", explica.
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| Story board del cortometraje La breve historia |
Al igual que esta joven directora, otros muchos "aguardan impacientes la evolución de su pequeña afición a un trabajo con el que poder ganarse la vida o, al menos, un reconocimiento a su labor", explican con ánimo desde la web Domestika. Sin embargo, este año 2012 es un poco más difícil que el anterior: el Instituto de Cinematografía y Artes Visuales (ICCA) ha disminuido el número de las subvenciones en un 36%, y los 49 millones de su presupuesto actual se destinarán, en su mayoría, a las deudas ya concebidas, según la Agencia EFE. "Fomentar las ayudas y las subvenciones para los jóvenes siempre es importante, el hecho de no ver reconocida tu labor puede frustrarte mucho al principio de tu carrera", explica el fundador de la productora Spiral Producciones, Darío Fuertes.
"Las oportunidades que se nos brindan a los nuevos creadores son la base de la evolución en las formas de realización cinematográfica, en largo o en corto", cuenta Fuertes. "Tanto mis compañeros como yo vemos muy difícil entrar en este mundo laboral y más aún si necesitas subvenciones". Y así lo indican los datos de la última memoria de ayudas a la cinematografía disponible (2010) del Ministerio de Cultura: de las 332 solicitudes de ayuda a la producción de largometrajes presentadas, sólo fueron admitidas 41, con un presupuesto total de 10 millones de euros. En el caso de las ayudas públicas a los cortometrajes, el porcentaje de solicitudes aceptadas disminuye: de 601 solicitantes, son admitidos 51.
"Hay muy buenas ideas, sólo tienen que darnos un empujoncito para aprovecharlas", comenta Inés María Pintor. Quizá se deba arriesgar algo para ganar. Ellos ya lo hacen. Ahora es el turno de los demás.
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