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Moverse en Madrid


El Metro de Madrid ha cumplido 92 años al servicio de los madrileños y actualmente es uno de los principales medios de transporte de la ciudad, sobre todo en las zonas del centro peatonalizadas. Sin embargo el tráfico motorizado sigue invadiendo sus calles y disparando las alarmas de contaminación atmosférica y acústica. La bicicleta parece ser la principal alternativa, pero la ciudad parece no aceptarla para algo más allá del recreo deportivo

Parada de Metro de Sol, barrio de Sol, en el distrito Centro. Foto: Ángela Pérez. 

El 17 de octubre de 1919 el rey Alfonso XIII inaugura oficialmente el primer trayecto de ferrocarril suburbano entre Puerta del Sol y Cuatro Caminos. Desde entonces el transporte público madrileño ha ido evolucionando hasta convertirse en un servicio alabado por gran parte de sus usuarios. El siglo XX ha sido el gran escenario contextual para su evolución, pasando por momentos tan relevantes como la apertura de la línea 27, la cual une Plaza Castilla con Embajadores (la más utilizada de la red) en 1959, o la creación del ‘bono-bus’ de diez viajes en abril de 1979. 


Este año cumple su 92 aniversario y lo hace rodeado de la polémica generada debido a las recientes palabras del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, quien afirma que no puede asegurar que el Metro de Madrid no vaya a ser privatizado o que sufra una subida de tarifas. “Privatizar un bien público en el cual hemos invertido mucho dinero no nos parece en un principio bien. Porque yo creo que este tipo de sectores estratégicos siempre tienen que estar bajo el control de las entidades públicas madrileñas, en este caso”, declara el concejal y representante en el Pleno de Movilidad y Medio Ambiente de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), Jaime Berenguer, ante esta posibilidad de privatización. Además, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento tienen previsto el traspaso de las competencias del Metro en las próximas dos o tres semanas, según anunció la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, a principios del pasado mes de octubre. 

El Metro de Madrid es mundialmente conocido y comparado con los servicios de otras ciudades como Barcelona o Londres. Pero además de eso, es uno de los principales luchadores contra aquellos que prefieren irse con su coche hasta el mismo centro de Madrid, el centro de una ciudad cuya 'boina de contaminación' se ve a cientos de kilómetros de la misma. Berenguer tiene claro que el Metro supone en su mayoría, ventajas: “Permite la movilidad, ha democratizado el transporte dentro de la ciudad, ha tenido una gran expansión que ha llegado a barrios donde antes no llegaba. También la facilitación de la movilidad, porque son muchos de los inconvenientes que tenemos, por cómo es el diseño de Madrid, de su propia centralidad, por su actividad económica, por su actividad comercial, cultural. Eso además mejora todo el tema que tenemos relacionado con la contaminación del aire, pero no solo con eso, sino también con la eficiencia energética, lo que nos permite también un menor consumo”. 

Como desventajas, el concejal habla de algunos problemas de mantenimiento que se dan en algunas ocasiones: “Algunos trabajadores en algunas circunstancias nos hablan de que hay algunos problemas de mantenimiento. De hecho ha habido algún incidente últimamente. Este verano creo que hubo uno entre Tetuán y Alvarado”. A pesar de ello, Berenguer asegura que su percepción es “muy positiva”. 

El concejal y representante en el Pleno de Movilidad y Medio Ambiente de UPyD, Jaime Berenguer. Foto: Ángela Pérez.

La gran utilidad de este servicio como transporte público y en ocasiones, la dependencia que se siente hacia el mismo, ha hecho que gran parte de los usuarios reclamen su apertura por las noches, aunque sea durante los fines de semana. Así, muchos de los jóvenes que salen a disfrutar de la noche madrileña podrían olvidarse del coche y volver a casa en cualquier momento, sin estar pendientes de que llegue la una de la madrugada. La concejal y representante del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en el Pleno de Medio Ambiente y Movilidad, María Luisa de Ybarra, considera que sería “fantástica” la apertura del Metro en las noches del fin de semana: “Evitaría muchas dificultades para desplazarse los jóvenes y la gente que haya bebido un poco más, sería una medida muy buena. Solamente los fines de semana, no hace falta todas las noches. Yo creo que de viernes a sábado, e incluso últimamente los jueves y tal, pero bueno vamos a ponerlo de viernes a sábado por los problemas que a lo mejor acarrea económicamente”.


Berenguer prefiere ser más cauteloso, y a pesar de estar de acuerdo con la propuesta de muchos de los madrileños, cree que primero debería estudiarse detenidamente: “Para poder abrir el Metro por las noches, hay que saber el número de usuarios que va a haber y vamos a tener que hacer un estudio de cuándo lo utilizan. No es lo mismo decir que hay que ampliar el horario un poquito que decir que tenemos que tener el Metro abierto todas las líneas todos los días a las tres de la mañana y a lo mejor un martes. Siempre hay que intentar tomar decisiones pensadas y meditadas”.

Coger el bus

Si el usuario prefiere ver el paisaje mientras se desplaza por Madrid, puede optar por utilizar otro tipo de transporte público que existe a su disposición: las líneas de autobuses. Este servicio ha ido evolucionando notablemente, sobre todo en su afán por conseguir un transporte más ecológico y eficiente, como la propulsión mediante gas natural o hidrógeno. Sin embargo, a diferencia del Metro, cuenta con otros inconvenientes más allá de las posibles labores de mantenimiento, tal y como explica De Ybarra refiriéndose a las líneas que pertenecen a los barrios del distrito Centro: “El problema son los tiempos de los autobuses, que tardan muchísimo tiempo, unos más que otros por supuesto. La gente se desespera un poco en las paradas cuando tiene que llegar a un lugar de trabajo y eso ocasiona una situación problemática. Tampoco hay un buen diseño en algunas líneas de autobuses, porque con la peatonalización de la calle Fuencarral, la línea tres la desviaron hacia San Bernardo, pero es que los de San Bernardo lo tienen difícil para volver de Pontones, que es único centro médico que hay y está en Arganzuela, porque pasa por la calle Hortaleza y les queda muy alejado de la zona, que es su barrio que es Universidad. Y los de la zona del barrio Justicia les pasa exactamente igual”. 


Jaime Berenguer está de acuerdo con De Ybarra y cree que puede traer también problemas de eficiencia económica y energética: “Uno de los inconvenientes que tiene la ciudad de Madrid, en general, casi todo el diseño de las infraestructuras, es que tienen un diseño muy radial, muy centralizado, todas van al centro. Yo no sé hace cuánto tiempo no se actualizan la revisión de las líneas. Podría ser un buen trabajo, ver exactamente si se puede hacer más eficiente, ya no solo por una cuestión económica, sino también por eficiencia energética y también de servicios a los ciudadanos y ver si a lo mejor se puede rediseñar alguna”.

Autobuses de la EMT de Ópera, barrio de Palacio, distrito Centro. Foto: Ángela Pérez. 

El transporte de los madrileños está íntimamente ligado al problema de contaminación de la ciudad, ya que son casi dos millones y medio los coches que entran a diario en la capital. Las campañas publicitarias del transporte público intentan llamar a los usuarios para que utilicen sus servicios, dejando en casa su transporte individual motorizado. Sin embargo, no es una tarea fácil, puesto que el usuario se ve ante el dilema de utilizar su vehículo e ir cómodamente a cualquier lado (aunque los viajeros suelen evitar ir a la zona centro en coche) o coger el transporte público que puede darle múltiples dificultades en un momento dado, aunque contamine mucho menos. 


Jaime Berenguer opina que se suele “criminalizar al usuario” por emplear su propio vehículo y contaminar, pero considera que es algo completamente normal debido a las circunstancias a las que a veces ha de enfrentarse el viajero: “Lo que no nos damos cuenta es que lo que se está pidiendo al usuario es que se convierta en un Quijote, porque nos encontramos paradas de autobuses donde uno está tres cuartos de hora esperando, donde no hay marquesina y entonces se moja, donde cuando llegue el autobús pues va absolutamente hacinado. Lo que hay que intentar es una política que elimine todas esas barreras de manera que efectivamente no solo se convierta en un discurso, muy bonito, pero un discurso, utilizar el transporte público, sino que además sea realmente una alternativa mucho más atractiva porque además es más cómoda que el coche particular”.

Peatonalización

La principal medida para evitar la entrada de coches a la ciudad consiste en no dejarlos pasar, directamente. Por ello, si los usuarios deciden no prestar atención a las campañas de Metro y coger su coche para meterse por medio de Madrid, una de las soluciones propuestas y llevadas a cabo en gran parte en el distrito Centro consiste en la peatonalización de las calles. Por ejemplo, el Ayuntamiento ha planteado recientemente la transformación de la calle de La Palma en un paso peatonal, proyecto que se encuentra en pausa debido a la situación actual de crisis económica. De Ybarra apuesta por la peatonalización en bastantes más zonas: “Sobre todo ampliar la parte de la calle Fuencarral hasta casi la zona del Mercado de Barceló, de toda la zona ésta. Hasta Tribunal y otras zonas también como la parte de Santo Domingo, la zona de la plaza de la Cebada, sería bueno que lo hicieran”. 


Berenguer afirma que desde UPyD están completamente de acuerdo con todo aquello que suponga peatonalizar, ya que considera, que al contrario de lo que se cree, dicha medida atrae a más personas a los comercios de las zonas: “Todos aquellos sitios donde se peatonaliza, es decir, donde se quita sitio al coche para dárselo al peatón, aparece el peatón y aparece actividad económica. Por ejemplo, la calle Preciados era una calle por donde pasaban los coches y hubo en su momento muchísima controversia por si se peatonalizaba o no, por si eso suponía que iba a quitar clientela, clientes, o consumidores a aquella zona”. Sin embargo, sí aclara que puede dar otro tipo de problemas a los vecinos y comerciantes: “En Madrid, donde se elimina el ruido de los coches pero aparece el de las personas, es por la actividad comercial de las terrazas de los bares. Una cosa que yo le pregunté a Ana Botella, y se lo dije y se lo recriminé en la Comisión de Medio Ambiente, es que no se aplica la ordenanza. Si el Ayuntamiento de Madrid aplicara la ordenanza que ellos mismos han diseñado y posiblemente con una posible revisión para ajustarla mejor y hacerla más eficiente a todos, tanto a los empresarios como a los vecinos, posiblemente ese problema desaparecería”. El Gobierno del Ayuntamiento de Madrid no ha querido ceder sus declaraciones para este reportaje. 


Como otra de las medidas contra la contaminación producida por los coches, aparece la posibilidad de los denominados 'aparcamientos disuasorios'. Estos conseguirían que la gente pudiese aparcar en las afueras de la ciudad y después acceder al transporte público para adentrarse más en la capital. “Hay que permitir y hay que hacer que esos aparcamientos disuasorios, no tanto por la multa, o por coacción, sino porque realmente que el ciudadano que venga a Madrid sepa que va a poder coger el coche, que no le va a costar un dineral, que su coche va a estar protegido, que hay sitio suficiente, que no va a tener que dejarlo en el descampado como está pasando por ejemplo en el distrito de Moncloa, donde resulta que ahora se pasa el Ayuntamiento con la grúa, sino que lo van a poder dejar ahí y que luego van a volver y que no van a tener ningún problema, además que no van a tener un coste excesivo”, declara Berenguer.

Agente de Movilidad controlando el tráfico en la Calle Mayor, dirección Puerta del Sol. Distrito Centro. Foto: Ángela Pérez. 
La bicicleta

Al hablar del transporte por la capital de Madrid la mayor parte de los usuarios piensan en vehículos motorizados como los coches, los autobuses o las motos. Muy pocos se acuerdan de uno de los medios de transporte más económico, eficiente y ecológico que se pueda conducir, como es la bicicleta. Ciudades como Barcelona o Amsterdam destacan como lugares en los que ciudadanos y turistas pueden optar por desplazarse en bicicleta, sin embargo, Madrid en su caso la desplaza hasta límites insospechados. Tanto es así, que la capital cuenta con la plataforma ‘Bici Crítica’, definida a sí misma en su página Web de la siguiente forma: “Somos un grupo de ciclistas que nos juntamos el último jueves de cada mes en Cibeles, edificio Correos, a las 20 horas. Cogemos la bici a diario y una vez al mes pedaleamos juntos en una organizada coincidencia, una celebración por un medio de transporte alternativo y más amable, una reivindicación de otra forma de moverse y de vivir la ciudad”. 


El portavoz de Pedalibre, Asociación Cicloturista de Usuarios de la Bicicleta, Iñaki Díaz de Etura, cree que ‘Bici Crítica’ existe porque realmente hay una necesidad en la ciudad: “Es algo que muestra que se está dando una situación que no es aceptable. Yo siempre suelo decir que las masas críticas ciclistas existen en sitios donde la bicicleta está mediatizada en el tráfico de la ciudad. En Amsterdam no hay masa crítica ciclista porque no hay nada por lo que protestar relacionado con esto, pero la situación allí es mucho mejor, la bicicleta está asimilada en el tráfico de la ciudad y es un elemento más, allí no hace falta hacer una protesta como ésta. Entonces ‘Bici Crítica’ es realmente una creación de la ciudad de Madrid”.


Iñaki Díaz tiene claras todas las ventajas con las que cuenta la bicicleta, entre las que se encuentra, por ejemplo, el hecho de que es un transporte individual que no te obliga a esperar a otro tipo de transporte colectivo. Afirma que es un transporte “puerta a puerta, porque es muy fácil de aparcar”, además de que su tiempo de desplazamiento es muy competitivo en las distancias medias y cortas, las más típicas en ciudades como Madrid. Entre sus ventajas no falta por supuesto el hecho de que la bicicleta no contamina: “Otra ventaja crucial alude a un problema gordísimo que tenemos hoy por hoy en las ciudades especialmente en ciudades como Madrid, como es la contaminación en las ciudades, que está producida esencialmente por el tráfico de vehículos a motor y obviamente la bicicleta en esto supone una solución radical”. 


De Etura tampoco se olvida de los beneficios para la salud de aquellos que decidan desplazarse en bicicleta, ya que afirma que rompe con la situación de sedentarismo de la gran mayoría de la población, haciendo que tenga una mejor salud y lleve a cabo un ejercicio suave diario que mantiene la forma y ayuda a realizar las tareas diarias. 

Imagen de inicio de la página Web de la Asociación Pedalibre. Fuente: www.pedalibre.org 

El principal problema con el que cuenta Madrid para poder dar lugar a una ciudad donde la gente se transporte en gran parte mediante las bicicletas, es que no cuenta con la planificación e infraestructuras necesarias. Los diversos partidos políticos de la oposición llevan a cabo sus propuestas al Ayuntamiento de Madrid desde hace años para que esta posibilidad pueda darse a partir de algún momento. “En la primera sesión que hubo de la Comisión de Medio Ambiente en esta misma legislatura, ya le propusimos a Ana Botella una cosa que acaba de hacer el Ayuntamiento. Yo le propuse, concretamente, que se podrían aprovechar las infraestructuras que hay ahora para hacer dos ejes. Un eje que fuera del Palacio Real al Retiro, que es el que acaba de anunciar la semana pasada, y es una propuesta de UPyD, aunque no lo haya dicho. Y otro segundo eje es el que tendría que unir Colón con Atocha, al menos esos dos, porque nos parece absolutamente fundamental”, comenta Jaime Berenguer.

En el año 2007 concluiría la construcción del Anillo Verde Ciclista de Madrid, una ruta de 64,2 kilómetros que rodea la capital y conecta 17 parques, pero que está destinado principalmente para el recreo deportivo, pues no llega a adentrarse en la capital como para poder funcionar de conector entre calles del centro. “Ese anillo ciclista básicamente lo que tiene es una misión de recreo, es muy bonito, es una cosa que está muy bien hecha, fue una buena idea, pero es algo claramente insuficiente. Y de hecho no está enfocada a la movilidad, está enfocada a otra cosa”, afirma el concejal de UPyD. Para que los ciudadanos pudiesen utilizar la bicicleta como medio de transporte, serían necesarios numerosos cambios, además de la consideración del tipo de aplicación que se llevaría a cabo, teniendo en cuenta por ejemplo la posibilidad de 'sendas ciclables'. “Hay que gestionarlo muy bien, porque no es lo mismo un carril-bici que una senda ciclable. Tú puedes hacer que una de las calles, por ejemplo, general, o la que sea, sea ciclable, y no haya un carril-bici. Es decir, que se puede ir en bici. Lo digo porque por ejemplo, estamos viendo, por una mala planificación del Ayuntamiento, los problemas que está habiendo entre los usuarios, los peatones, las personas mayores y los niños, y los ciclistas. Porque están utilizando la misma senda. Hay que permitir, hacer que sean compatibles. Porque si no lo que hay son muchas quejas de peatones, ha habido accidentes, atropellos”, comenta Berenguer. 


Por su parte, María Luisa De Ybarra considera necesaria la posibilidad de poder utilizar la bicicleta en el centro de Madrid, pero siempre gestionando bien nuevas políticas de movilidad para que los ciclistas no salgan perjudicados debido a la contaminación de los otros vehículos motorizados: “Si no es una actuación conjunta yo creo particularmente que puede crear problemas incluso para los ciclistas, de seguridad personal, esos carriles de bicicletas tendrían que estar hechos en las zonas adecuadas y desde luego, por todo Madrid. Los ciclistas son unos de los que más les afecta la contaminación, porque están al aire libre y al lado de los coches, los camiones, los autobuses, de todos los vehículos que desgraciadamente no utilizan adecuadamente el sistema de mantenimiento para no emitir gases, entre ellos los dióxidos de carbono”. 

Plano del Anillo Verde Ciclista de Madrid. Fuente: www.anilloverdeciclista.es 

El portavoz de Pedalibre opina que la implantación de la bicicleta como forma de transporte va más allá de las simples medidas infraestructurales y ha de pensarse más en “legitimar la bicicleta” y “hacerla digna”. De Etura habla del imaginario popular y afirma que es lo que hay que cambiar para que la bicicleta entre a formar parte de la vida diaria de los ciudadanos. “Lo que realmente hace falta es cambiar ese imaginario popular. Para esto hacen falta sobre todo campañas de divulgación. Por supuesto también hace falta cambiar la realidad del tráfico en las calzadas de la ciudad, que hoy por hoy están concebidas para ir en coche y desde su propio diseño. Y el tráfico que se prima es el tráfico motorizado en detrimento del tráfico ciclista y del peatonal que está muy mediatizado por el propio diseño de las calles, los ciclos semafóricos, las preferencias de paso, y por todo”, declara Díaz de Etura. 


Iñaki Díaz además afirma que no existe ningún planteamiento acerca de si se va a implantar algún día la bicicleta como medio de transporte o no, sino que lo que se plantea realmente es el cuándo, en qué momento concreto, ya que se tiene que implantar sí o sí. “Es una evolución en la que no es cuestión de sí o no, sino de cuándo. Es algo que vamos a hacer sí o sí, en Madrid y en cualquier otro sitio. Está por ver la amplitud de miras o la falta de, de los gobernantes que vayamos teniendo y si realmente saben responder a las necesidades del tráfico de la ciudad. A nivel de tráfico, medioambiental, e incluso social pero incluso económico, porque el coche para la ciudad es una ruina”, afirma Iñaki Díaz. 


Madrid cuenta con numerosos medios de transporte y la movilidad no es realmente un problema para esta gran ciudad, sin embargo, tiene que plantearse una serie de nuevas medidas, como la introducción de la bicicleta como medio de transporte, la peatonalización de muchas de sus calles o el establecimiento de numerosos aparcamientos disuasorios. Todo ello por la salud medioambiental de la capital y de sus ciudadanos.  







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