La condición para
aplicar cualquier estilo musical en la musicoterapia viene
determinado por los intereses y gustos de las personas o colectivos
con los que se trabaja. La música pop-rock, a nivel general, tiene
un efecto estimulante y se utiliza, sobre todo, en casos de pacientes
con infarto cerebral. Las letras de este estilo musical tienen un
contenido determinante para la persona. El pop-rock, al tener unos
parámetros rítmicos extensos, dependiendo de si su tonalidad es
alta o baja, puede producir el efecto de alegría o melancolía en el
cerebro del enfermo.
Para aquellos escépticos
que piensan que la musicoterapia es una terapia alternativa que han
puesto de moda unos ´snobs´, habría que indicar que su aplicación
terapéutica ayuda a personas y colectivos con necesidades
específicas para que dispongan de una mayor calidad de vida y les
permita combatir otra serie de enfermedades y patologías varias.
Desde la infancia, a la tercera edad.
La mayor parte de las
enfermedades se originan en el cerebro, el cuál transmite al cuerpo
un estímulo que es lo que hace que se reproduzca la enfermedad. Con
la musicoterapia se envían al cerebro estímulos sonoros para paliar
los estímulos dañinos. El profesional musicoterapeuta está
cualificado para aplicar la técnica musical en el paciente. Trata
patologías como: adicciones, alteraciones del sueño, alumnos con
necesidades educativas especiales, enfermedades como el Alzheimer,
deficiencias sensoriales, discapacidad física e intelectual, fobias,
así como el estrés y la ansiedad.
El Centro de Musicoterapia Anayet se dedica en exclusiva a la musicoterapia. Es
el primero con éstas característica en España. Utilizan esta
técnica como recurso de prevención y rehabilitación. Niños y
personas de la tercera edad son los polos opuestos que más atienden
en este centro. El administrador de Anayet comenta: “En personas
con enfermedad mental, la musicoterapia es muy efectiva. Debe ser
verdad eso que dicen que la música amansa a las fieras”.
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| Centro Anayet. /Miriam Rico |
“Es cierto que existe
mucho intrusismo en esta profesión. Quiero destacar la importancia
de ser músico para ser un buen musicoterapeuta, desde el punto de
vista psicopedagogo”, comenta la musicoterapeuta Carla Navarro, de
la Escuela Nuevas Músicas de Madrid. “Es una pena que la
musicoterapia como tal, no esté dentro de carreras universitarias y
que, por lo tanto, no esté profesionalizada ni valorada”.
Los resultados de la
musicoterapia varían en función de cada persona y de la patología
o enfermedad que sufra pero, a la larga resultan muy beneficiosos.
Actúa como puente de comunicación para facilitar la integración de
las personas en la sociedad.
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