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Entre valores naturales


El vocal de medio ambiente de la Federación Madrileña de Montañismo (FMM), Paco Cantó, ha dedicado su vida a la defensa de la naturaleza. Ahora este madrileño predestinado al ecologismo tiene la mirada puesta en el futuro Parque Nacional de las Cumbres de la Sierra de Guadarrama (PNCSG), exigiendo su ampliación y peleando por preservar los recursos naturales de este rincón de la tierra.

Paco Cantó, quien se dice montañero, montañés y montaraz, es un hombre acostumbrado a como él dice “estar siempre en la brecha”, de los que no ceden un ápice, de aquellos que aún entienden la vida de otra manera. Este enamorado de la montaña sale de nuevo a la palestra a raíz de su opinión publicada de la web de la FMM titulada 'Sobre las actuaciones en el Puerto de Navacerrada y otrosusos serranos en conflicto', reivindicando su inclusión en el Parque Nacional (PN).

Para entender las montañas, como todo en la vida, uno tiene que mirarlas desde fuera”, dice Paco mientras sube a la Peña del Perro, desde donde divisa los lugares emblemáticos de la Sierra de Guadarrama. Poco a poco va repasando la historia de estos enclaves uno por uno, apoyado en la estación de comunicaciones para incendios forestales que levantó años atrás. Entre los pueblos divisados, dice riendo como Soto del Real antes se llamaba Chozas de la Sierra y afirma que le cambiaron el nombre porque a finales de los 50 había un conocido obispo franquista de la localidad y “no quedaba bien que un obispo fuera de Chozas”. Algo parecido pasó con Miraflores de la Sierra, antes Porquerizas, villa que cambió su nombre porque “una reina”, según Paco no hace falta decir cual, de camino al Paular decidió renombrar el territorio por algo que sonase mejor.
Subiendo a esta última villa serrana explica el porqué de llamar al lugar cuesta de los pobres: “había oído que se llamaba así porque en ella los pobres pedían limosna a los carruajes reales, pero a mi esta explicación no me dejaba tranquilo porque como ahora, los reyes irían rodeados de escolta y no daban el dinero al pueblo directamente, sino al cura, para que luego en nombre real se distribuyese. Empecé a investigar y averigüé que se llamaba de esta forma porque en la época las diligencias que circulaban por el lugar cobraban más a quienes subían la cuesta en carro que a quienes tenían pasaje `sin cuesta´. Éstos se bajaban e iban empujando, ahí se veía quién tenía dinero y quién no”.

La carretera se estrecha quedando rodeada de árboles, alzándose en su orilla izquierda una antigua casa abandonada con pinturas en contra del Tren de Alta Velocidad, cuyo viaducto rompe actualmente el paisaje y atraviesa el corazón serrano. Inmediatamente surge el tema de la línea ferroviaria C-9, Cercedilla - Cotos, cerrada actualmente en el tramo Puerto de Navacerrada - Cotos y con necesidad de pedir billetes con antelación para el tramo aún habilitado. Paco Cantó explica la problemática de la línea, que “no pertenece al Consorcio de Transportes de Madrid porque se encuentra en Castilla y León” y “no resulta rentable” porque la mayor parte de la gente sube en coche. Sin embargo, el vocal de medio ambiente de la FMM explica que el uso del tren en detrimento del automóvil es positivo para el medio natural, pero actualmente todo el mundo prefiere ir en su propio vehículo, entre otras cosas porque puede dejar en él material necesario para la práctica deportiva.
El tren, al igual que la carretera que une el Puerto de Navacerrada con Cotos pertenece a Castilla y León mientras que une territorios madrileños, sufriendo la descoordinación de las administraciones. Paco Cantó en el editorial de la FMM critica la situación de este enclave, denunciando que con su exclusión del Parque Nacional queda en manos de tres ayuntamientos, dos comunidades autónomas y la empresa gestora de la estación de montaña que cuenta con varias pistas de skí.
Resulta interesante a este respecto explicar como dentro de un proyecto de Parque Nacional queda recogida la posibilidad de crear zonas de usos especiales en las que quede autorizada la práctica de deportes de invierno como el ski, pudiendo incluir la zona del Puerto de Navacerrada en el proyecto del futuro PNCSG. Asimismo se reconoce dentro del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) del futuro PN que dentro de las zonas de protección deben usarse las instalaciones existentes y dar prioridad a los usos tradicionales. En este sentido Paco Cantó sintetiza diciendo que si la zona se incluye en el PN no podrían ampliarse las pistas y cabría la posibilidad de revertirse la concesión una vez finalizado el plazo. Este caso es muy distinto al de Valdeskí, en la otra ladera del Alto de Guarramillas y cuyas instalaciones son de propiedad privada.

Después de un rato el camino se alza en el Puerto de Canencia, entre pinos, abedules, tejos y demás tesoros naturales excluidos también del futuro Parque Nacional. Paco participó en el primer informe técnico para la creación del espacio protegido, de hecho propuso que su nombre incluyera “de los bosques y cumbres”, pero al final se ha quedado solo en cumbres.
Árboles caídos tras trabajos forestales.
Foto: Patricia Martínez Gómez.
Da la bienvenida la fuente de la raja, “esta la hizo un amigo mío” dice Pacó, “pero ya le han quitado la placa”. Después, una pista usada para trabajos forestales se abre camino pendiente arriba donde varios hombres tienen apilados lo troncos que han ido sacando selectivamente de la ladera. El vocal de medio ambiente examina el terreno e indica como a determinados pinos no les han hecho la cuña necesaria para que caigan, lo que supone un riesgo para cualquiera. Afirma que en las últimas dos semanas ha visitado la zona unas seis veces vigilando lo que estaban haciendo y poniendo una denuncia sobre lo que ocurría. Poco más arriba una pareja de Agentes Forestales de la comarca vigilan según dice uno de ellos “que todo se este haciendo bien”, deben haber hecho caso a Paco quien les comenta que estaban haciendo “una tala de lo más ilegal”. Los arboles cortados y no derribados, los que han caído encima de especies protegidas, la forma de sacar los troncos, que se corten solo los marcados es el motivo de que la pareja de agentes vigile en lo alto. “Nosotros les marcamos los que pueden cortar”, dice uno de los vigilantes, además siempre “miramos por el bien de la masa”, haciendo referencia a las críticas recibidas por una acebeda en la que habían caído troncos. 
Árboles retirados y vehículo de los Agentes Forestales
de la CAM. Foto: Patricia Martínez Gómez.

Paco también les advierte de que había encontrado rescoldos de fuego no apagados, mientras hace memoria de como hace ya casi treinta años vio quemarse una superficie arbolada por unas hogueras mal apagadas a pesar de que el terreno estaba nevado. Recuerda igual como en La Pedriza otro fuego casi acaba con la vida de cientos de personas al quedar la carretera bloqueada por la gran masa de vehículos que antes accedía al lugar, impidiendo tanto la evacuación como la llegada de los retenes, “tuvimos que llegar al fuego en helicópteros de la Fuerza Aérea Militar del Ejército de Tierra (FAMET) de Colmenar Viejo”, afirma Paco. A partir de entonces “decidimos limitar la entrada de vehículos” y es que antes a este lugar como al Puerto de Navacerrada subía un gran número de automóviles que nada tiene que ver con el de ahora. Para Cantó los espacios naturales deben ser respetados al máximo y por ello cuando la afluencia de gente es masiva y también su impacto, no queda muchas veces más solución que restringir y educar en valores.

Paco Cantó en el Sestil del Maillo.
Foto: Patricia Martínez Gómez
Ascendiendo, los pinos majestuosos crecen luchando por la luz o huyendo de las condiciones terrenas, donde otras especies pretenden quitarles el sustento en afán por sobrevivir. De momento dominan el terreno, han desarrollado capacidades de supervivencia, como cuando aglutinan todas sus ramas en su parte superior, donde hay más luz, o cuando se libran de su corteza impidiendo que se peguen líquenes que beban su fuerza. A pesar de ello la guerra siempre acaba trayendo paz, así el bosque muestra la unión de un pino y un abedul, un amor prohibido afirma Cantó, de distinta raza y distinta edad, por encima de lo adverso, a pesar del tiempo.
Cerca, el murmullo del arroyo del Sestil del Maillo invade una casa serrana antes usada como centro de interpretación y ahora cerrada, viendo como sus tejas caen. Más adelante, también testigo del paso del tiempo, un viejo tejo de más de mil años vigila a quienes les rodea e impone, desde el éxtasis, la belleza espiritual a cualquiera que se le acerque. “Este árbol tiene los mismos años que una catedral”, dice Paco Cantó y debemos cuidarlo como tal. Muchas obras de arte son respetadas hasta el punto de solo dejar pasar cierto número de personas y como recuerda el vocal de medio ambiente antes la gente lo podía incluso fumar en las salas de arte, mientras que ahora a nadie se le ocurriría. Igualmente, las obras de la naturaleza “por sus valores ambientales” deben ser protegidas, educando y si es necesario prohibiendo. De esta forma, ciertos lugares de alta protección podrían ser cerrados dejando el paso de personas solo si van acompañados de expertos o permitir únicamente la visita a federados o miembros de clubes. Según Canto, pertenecer a una de estas instituciones asegura tener ciertos valores y también una organización que responde por la persona en caso de que no sea así. Asimismo, reconoce que de esta forma se crea un filtro económico, pero resulta necesaria alguna de las dos medidas para lograr que estos parajes resistan a la acción humana el máximo tiempo posible. Seguramente, “las lagunas de Peñalara acabarán desapareciendo, pero yo prefiero que si se puede duren cien años en lugar de cincuenta”.
Tejo milenario en el Puerto de Canencia.
Foto: Patricia Martínez Gómez.

De vuelta, al margen de la carretera del Puerto de Canencia y casi al pie de la ladera, los troncos se desploman entre el ruido de las motosierras. Un hombre que apenas habla español indica tras atravesar un árbol sin lograr tirarlo que luego “los tiran”, a pesar de que más de uno continúa en pie aunque su tronco esta ya dividido en dos. Los del suelo son arrastrados por animales que sustituyen, generando menos impacto, a los vehículos orugas, usados en otras ocasiones para estas tareas. En muchas ocasiones los trabajos forestales mantienen el monte, una labor que como indica Cantó también realiza la naturaleza, pero en un periodo de tiempo mucho más amplio. La intervención humana en el medio natural es tal que en muchos casos se defiende la necesidad de seguir haciéndolo. Paco Cantó expresa que el problema de esta realidad se produce cuando se intenta forzar el aprovechamiento de los recursos, por encima de las posibilidades que nos ofrece.
Abedules. Foto: Patricia Martínez Gómez.

Enfrente, una extensión de abedules de aspecto nevado por sus cortezas blancas, recoge las palabras del montaraz, desfilando hacia las hogueras donde arde la leña demasiado pequeña para ser susceptible de hacer negocio con ella. Su paso decidido le acompaña al manifestar como en materia de protección de la naturaleza “damos un paso para atrás acompañado de dos hacia adelante”, asegurando a quien le acompaña en su camino que la conciencia es mayor que antes. Lo que hoy parece un sueño podrá lograrse, “en los setenta peleamos por el fin de la energía nuclear y hoy en España tenemos una moratoria nuclear”, explica con orgullo. Igualmente, en esta batalla llamada del Parque Nacional de las Cumbres de la Sierra de Guadarrama, la vocalía de la Federación Madrileña de Montañismo seguirá peleando por ampliar el territorio protegido, con el objetivo de hacer perdurar la tierra sin la que muchos deportistas no podrían disfrutar de una actividad que solo entiende por marco un medio que no es nuestro “ sino de los que estuvieron antes y los que vendrán después”.



Patricia Martínez Gómez.












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