En un futuro cercano, la falta de cuidadores obligará a que los ancianos sean asistidos por robots
Ancianos
en progresión
Los ancianos han dejado
de ocupar el vértice de la pirámide de la población para llenar la base del triángulo.
Su presencia se percibe en parques y jardines. La diferencia es evidente ya
que, hace 50 años, estaban repletos, pero de niños. “El cambio ya está aquí”,
señala el profesor de sociología, perteneciente al departamento
de sociología de la Universidad de Santiago de Compostela
(USC), Bernardo García Cendán.
Campus Universitario. Lugo/Paloma Fisac
“El envejecimiento de la población española ya tiene, pero
tendrá, en un futuro próximo, más profundas consecuencias sociales, políticas,
económicas y culturales, por lo que ya habría que estar preparado”, puntualiza
García Cendán.
En
Galicia existen además otros problemas. El número de personas con más de 60
años se ha multiplicado por cuatro en el último siglo y medio. “Si hace diez
años los ancianos representaban la cuarta parte de la población gallega,
en la actualidad los mayores rebasan el tercio de la población”, describe.
A lo anterior se suman “las consecuencias del fenómeno
migratorio. Mientras la estructura económica gallega no permite la salida
laboral de los jóvenes gallegos, los emigrantes gallegos retornan a su ‘terruño’
jubilados, con la esperanza de morir en casa”, explica.
La
avanzadilla japonesa
La Universidad de Tokio
creó a Mamoru,
un robot diseñado para ayudar a personas mayores y a dependientes. Les ayuda a
recordar dónde dejaron sus zapatillas, el periódico, el teléfono, y otras
tareas imprescindibles para su cuidado, tales como la hora en la que tienen que
tomar algún medicamento. Mamoru
localiza los objetos gracias a un amplio ángulo de cámara y un software que le permite reconocer el objeto a seguir.
En un principio, los
ancianos se quejaban porque sus colaboradores no representaban figuras humanas.
En respuesta a sus peticiones, ahora, la
mayoría tiene piernas, brazos y cabeza y realizan movimientos similares a los
humanos.
Existe un robot que se
conoce como “lavadora
humana”
atendiendo precisamente al objetivo que cumple, de forma satisfactoria. Es muy
útil para personas mayores y para discapacitados físicos. También hay otros que
auxilian en lo que será la rehabilitación
del futuro, el traslado
de impedidos físicos de un lugar a otro.
La UE apuesta por la solución de los robots
La solución por la que apuesta la Unión Europea pasa
también por los robots, quienes tendrán la función de cuidar y auxiliar a la avejentada
población
europea y, también a personas dependientes. Las inversiones para conseguir este
objetivo se producen en el área sanitaria y tecnológica.
"Los escasos euros con los que cuenta la UE pueden poner en peligro la inversión que precisa la investigación robótica"
La ciencia ficción que,
hasta hace poco eran los robots, será la realidad en un futuro próximo. Los robots
vivirán con nosotros. Su misión será la de cuidar y auxiliar a los ancianos y
discapacitados en sus principales tareas. La Unión Europea realiza una fuerte
inversión para la investigación robótica en salud, tal y como lo ha revelado
Sarah Stowe, del Hospital
Universitario de St. James, en el Reino Unido.
Europa plantea la
utilización de robots en el área sanitaria, en donde persigue un doble
objetivo: social y económico. Al partir del envejecimiento de la población
europea, es fácil pronosticar “que cada vez se demandarán más cuidadores y no
habrá suficientes seres humanos para ofrecer esos cuidados”, ha añadido Stowe
durante el LIII
Congreso Nacional de
la Sociedad
Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), celebrado en
Málaga.
Los beneficios con los
enfermos mentales también son destacables. Los robots han sustituido a los
animales a pesar de sus potenciales beneficios. Los riesgos de alergias,
infecciones o faltas de higiene de las mascotas impiden que entren en muchas
residencias. Stowe, concluye que los robots han sido "diseñados con un
sensor que detecta cuando es de noche o de día, para así ayudar a los pacientes
con demencia que han perdido este ritmo natural". Además, “responden a las
caricias y tienen hasta pestañas”, aclara.
Dudas de la inversión ante la crisis económica sufrida por Europa
La crisis económica que
sufre Europa podría ralentizar alguna de estas inversiones. Hoy es
investigación puntera, y por tanto, muy cara. Todos los desarrollos
tecnológicos acaban de salir de la fase conceptual, propia de las
universidades. Habrá que esperar un tiempo hasta que se trasladen al mundo
empresarial y se conviertan en modelos comerciales. “Ancianos, discapacitados y
pacientes, pendientes de rehabilitación, todavía tendrán que esperar”, tal y
como expresa el geriatra de atención primaria en el área sanitaria de Lugo
Ángel Martínez-Puga.
Estudiantes
en formación
La Universidad Carlos III
de Madrid ofrece el grado en ingeniería
biomédica. Carmen Fernández está matriculada en segundo. Al
preguntarle por sus intenciones al terminar el grado, indica: “Es una carrera
apasionante. El día de mañana tendremos la oportunidad de hacer aparatos que
permitan hacer operaciones a distancia, diseñar robots que ayuden en las
operaciones, que hagan ejercicios de rehabilitación, implantes dentales y
muchas cosas más”. El único inconveniente que le ve a su carrera lo expresa en
una frase contundente: “Se dice que los físicos trabajan con tres cosas: masa, carga
y tiempo. Los ingenieros trabajamos con cuatro: las tres anteriores y los
euros”.
Los que terminen y se
conviertan en avezados investigadores, requerirán de las inversiones necesarias
para materializar sus proyectos. Las empresas tendrán que involucrarse en esta
nueva industria, que tendrá muchos usuarios.
Cuidar
con otro enfoque
Pese a todas las
ventajas que presentan los robots, generan cierto rechazo por parte de los
cuidadores, al creer que están siendo sustituidos y ya nos son necesarios.
Existen otras razones
de índole diversa para no querer a los robots como ayudantes.
El asilo de Las
hermanitas de ancianos desamparados Hogar de San Roque
de Lugo
es una institución privada. Carece de subvenciones. Alberga a más de 140
ancianos. Más de un 80% de los acogidos padecen diversas demencias u otro tipo
de enfermedad que les impide valerse por sí mismos.
La directora del centro
de Las
hermanitas de ancianos desamparados Hogar de San Roque,
sor Amparo Campos, señala que los aparatos y los robots “serán ayudas, pero son
máquinas. Los ancianos necesitan cariño, comprensión. Necesitan humanismo. Lo
importante es vivir”.
El centro está equipado
y tiene personal especializado que colabora en el cuidado de los ancianos. “Hay
una enfermera que ayuda en los ejercicios mentales de los enfermos, en terapia
ocupacional. También nos ayuda una asistenta social y una fisioterapeuta”,
señala orgullosa.
Sala de fisioterapia. Hogar de San Roque/Paloma Fisac
El número de ancianos
es tan numeroso en esta provincia que a la pregunta de quién puede entrar,
contesta de inmediato: “Recogemos a todas las personas que lo necesitan. Aquí
se entra sin recomendación. Sólo se pide que lo quieran los familiares, si los
tiene”, detalla.
Por último, dice:
“Nosotras hacemos esta labor que es humanitaria por una vocación religiosa”.
Uno de los ciento
cuarenta ancianos residentes, entra en el asilo/Paloma Fisac
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