En unos días se cumplirán dos años desde que 57 personas fueron desalojados de sus puestos de trabajo casi a la fuerza.
Casi 700 días ha pasado desde que Carlos Méndez López, uno de los patrones de
Airvent, empresa situada en Pinto, tuvo el capricho de echar el cierre y dejar
a 57 familias sin su principal sustento económico, y ni siquiera papeles.
El tiempo pasa y ya apenas nadie recuerda el
campamento que los propios trabajadores montaron en la puerta de lo que fue su
trabajo, en algunos casos hasta 35 años. Atrás han quedado manifestaciones por
las calles de Pinto, mesas de trabajo con los políticos locales, denuncias,
juicios y un sinfín de iniciativas para intentar que se hiciera justicia.
Lo cierto, es que ha día de hoy lo único que han
logrado es que se regularice su situación para poder volver a trabajar. Ninguno
de ellos ha olvidado el calvario que sufrieron en Airvent. Nueve mensualidades
(siete nóminas y dos pagas) y la liquidación es lo que humildemente siguen
luchando por conseguir. Como comenta Jesús Gómez, ex trabajador de Airvent con
52 años: “Es una vergüenza que dos años después sigamos sin recibir lo que es
nuestro. No entiendo como un país como España permite que haya individuos que
jueguen con el pan de muchas familias”.
A la espera de un juicio, que nunca llega, los
trabajadores ven cada día más lejos el día de percibir lo que es suyo. Todo
indica que será el FOGASA (Fondo de garantía salarial) el que se haga cargo de
la deuda que contrajo Carlos Méndez con sus
trabajadores, aunque este organismo, que perteneciente al Estado, sólo
paga un máximo de cinco mensualidades.
Un
futuro incierto
Algunos de los trabajadores protagonistas del “Caso
Airvent” han intentando rehacer su vida en un intento de hacer olvidar la
lamentable situación que vivieron. Jesús Gómez, uno de los ex trabajadores más
veteranos de Airvent, ha logrado encontrar otro empleo y se muestra esperanzado
en su nueva etapa: “Por suerte, llevo trabajando seis meses en una empresa que
se encuentra muy cerca de Airvent. Cada vez que paso por allí recuerdo lo mal
que lo he pasado, en mi familia, en mis compañeros y me da mucha rabia. Pero
ahora he vuelto a trabajar y a sentirme persona”.
Julián Merino es otro de los afectados que logró
encontrar trabajo tras conseguir regularizar su situación: “Yo tuve suerte y
pronto conseguí volver a trabajar. Estaba en una situación límite, con una
hipoteca que pagar, dos hijos adolescentes y con casi cincuenta años veía un
futuro muy complicado. Incluso me cortaron el teléfono por no poder pagar. Pero
ahora estoy trabajando y espero que podamos conseguir lo que es nuestro”.
Pero no han sido el único. Una veintena de aquellos
trabajadores han ido encontrando trabajo en los últimos meses. Otros se han
asociado y han montado una pequeña empresa del sector en busca de un futuro
mejor. Pero cerca de veinticinco de los afectados por el “Caso Airvent” se
encuentran actualmente en el paro. Muchos de ellos ya han perdido el paro y están
a punto de agotar el subsidio.
En esta situación se encuentra, Jesús Gómez, hijo de
Jesús, que después de lograr trabajar durante tres meses a través de una
empresa de trabajo temporal, actualmente se encuentra en el paro: “En todo este
tiempo sólo he trabajado durante tres meses. Es muy complicado encontrar
trabajo para personas como yo, que comenzamos a trabajar siendo muy jóvenes”.
Una realidad que en muchas ocasiones supera la
ficción. Dos años de lucha, que puede acabar con una pequeña indemnización que
no cubra ni siquiera las nueve mensualidades que Airvent adeuda a los
trabajadores.
Roberto Díaz Cerrajero
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