Las editoriales no publican libros de escritores desconocidos como consecuencia de la crisis. El aumento de la deuda pública y la pérdida de confianza en el mercado español golpea el mercado literario. La presidenta de la Asociación de Escritores Noveles, Covi Sánchez, afirma que “la crisis afecta, sobre todo, en la edición. En estos momentos, que una editorial apueste por un autor desconocido, es un riesgo ya que no está respaldado por una gran venta”.
Los datos registrados por la Federación de Gremios de Editores de España indican que el 57,3 % de la población compraron libros durante el último semestre de 2011. Las cifras arrojan valores positivos de adquisición de producto con un crecimiento del 1,1%.
Las palabras de la presidenta de la Asociación de Escritores Noveles quedan respaldadas por el informe del ranking de los libros más vendidos donde destacan autores conocidos como Ken Follet, Stieg Larsson, Ildefonso Falcones y Carlos Ruiz Zafón. Las editoriales no dudan en publicar a estos escritores que mueven a miles de lectores. “Un mundo sin fin”, de Ken Follet vendió en un solo día la cifra record de 525.000 ejemplares.
Covi Sánchez también es consciente de que el posible lector no se arriesga a gastar el poco dinero con el que cuenta en adquirir libros de autores que desconoce, a no ser que estén respaldados por una publicidad mediática, y considera que la mayoría de las editoriales no admiten textos o, en el caso de admitirlos, suele responder con la misma frase «Lo sentimos, pero la editorial ya tiene completa la lista de libros a editar hasta el año…».
Los escritores noveles además deben enfrentarse a un débil apoyo legal ante el incumplimiento de los contratos por parte de las editoriales. Los autores literarios reivindican un mayor control por parte del Estado de los costes abusivos que ejercen determinados negocios de autoedición.
El único elemento que une a editores y escritores es el excesivo beneficio que se quedan las distribuidoras literarias. La presidenta de la Asociación de Escritores Noveles reclama que el porcentaje de estas empresas es demasiado elevado para la labor que realizan.
El cine español recibe grandes ayudas por parte del Gobierno español que además pone a su disposición dos organizaciones que las administren: el ICO y el ICAA. El arte de la escritura, al igual que el cine, llena el alma, el tiempo y la curiosidad del ser humano. Por ello, se pide al Estado más ayudas que no sean solo comunitarias ni que se destinen únicamente para lenguas oficiales.
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