La tasa de
parados entre los jóvenes españoles supera el 46 por ciento en la generación
mejor formada que nunca ha tenido nuestro país. El mercado laboral actual exige
una elevada formación, al mismo tiempo que el desánimo al no encontrar empleo
para lo que se han formado, hace a muchos plantearse como única salida la
búsqueda de empleo en otro país.
Foto: Miguel del Río Ballesteros |
Empresas como
Asepeyo, ven en la formación la única forma de salida de una crisis en la que
la que la flexibilidad y la adaptación a los cambios se perfilan como
ingredientes fundamentales dentro de las empresas.
Pero como
podemos relacionar entonces formación y empleo. “Las diferentes encuestas llevadas a cabo por el
Instituto Nacional de Estadística (INE), demuestran que los jóvenes con
formación tienen más fácil la incorporación al mercado de trabajo, lo que no
implica que se vayan a dedicar a aquello para lo que han estudiado. En España
faltan estudiantes de titulaciones intermedias, que facilita la incorporación
al empleo”, afirma el Secretario de Formación para el Empleo de Comisiones Obreras (CCOO),
Fernando Puig-Samper Mulero.
La sensación entre estudiantes universitarios "es una vergüenza",
explica Adolfo Hernandez, estudiante de Arquitectura en la Universidad
Politécnica de Madrid. "Uno se siente engañado, hoy en día tienes que
tener estudios y experiencia, sino no no llegas a ningún sitio", un
callejón sin salida para los jóvenes que deben estudiar "hasta los treinta
años, si quieres tener un trabajo digno" pero a la vez deben cotizar al
mismo tiempo para poder disfrutar del máximo en su jubilación.
Autor: Miguel del Río Ballesteros |
“La formación enfocada a lo que piden las empresas es fundamental, hoy en
día tenemos muchos universitarios con titulaciones superiores, pero el mercado
de trabajo no puede dar salida a todos estos jóvenes”, afirma desde Infojobs,
Marcela González.
Desde el
sindicato se insiste en la importancia de la formación. “Actualmente tenemos problemas entrelazados. Hay multitud de
jóvenes que en etapa de bonanza económica ha entrado en el mundo laboral y
ahora están en paro sin ningún tipo de cualificación. Otro problema fundamental
es el cambio en el mundo de trabajo, hay profesiones nuevas y otras se han
transformado. Esto requiere recursos para formar a gente”, comenta Mulero.
Desde el sindicato además se advierte de que “el dinero destinado a
formación ha disminuido y la previsión es que siga disminuyendo”, comenta. “Cuanto
más dinero necesitamos para formar, menos tenemos. Haría falta una especie de
pacto de estado, para poder decidir que la educación y la formación son importantes
para salir adelante”, afirma.
En nuestro país la formación se financia a través de las nóminas de los trabajadores. A todos los
trabajadores se les descuenta una parte de su salario. El 0,7 % de lo
descontado lo centraliza el Estado, quien a su vez lo retorna a las diferentes
organizaciones, donde los sindicatos juegan un papel importante a la hora de
decidir qué tipo de formación ofrecer y a quién. Por otra parte existe la
posibilidad de recibir formación privada a través de diferentes empresas cada
vez más numerosas especializadas en formación.
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