La recesión
en los mercados y la incertidumbre económica habidos en el trimestre pasado,
cuando aún no se había anunciado la convocatoria electoral para el próximo 20 de noviembre, se ha dejado notar en el pueblo castellano-leonés de Santo
Domingo de Silos, el cual experimentó un descenso notable tanto en ocupación
hotelera como en el número de hospedajes en casas rurales durante el verano.
Alfonso
Palomero, copropietario del hotel rural `La Posada de Silos´, afirma que el mes
más flojo de todo el estío fue julio: “el número de clientes que se quedó en mi
establecimiento por esos días fue mucho menor que el que hubo por las mismas
fechas en 2011”. Emeterio Martín Brogueras, alcalde de la localidad silense y
dueño del hotel Tres Coronas de Silos, explica que en su establecimiento la
ocupación obtenida este verano fue escasamente superior a la cosechada durante
el anterior. “Sin embargo, este leve incremento que va del 1 al 3% en concreto,
con respecto a 2011, sólo fue posible gracias a una reducción del 50% en las
tarifas”, concluye.
En lo que
respecta a las casas rurales, los datos acerca de huéspedes recibidos durante
el verano, que ya ha acabado, tampoco superan ni igualan a los de 2010. Según Margarita
García Martínez, propietaria de la `Casa Rural Martínez´ situada en Peñacoba
–Silos-, la recesión en el pueblo la ha podido notar por la disminución del
número de llamadas para alquilar su casa rural. No obstante, el descenso habido
en la demanda de hospedaje en casas rurales no es un fenómeno que esté
afectando sólo a Santo Domingo de Silos: “los dueños de otras casas
rurales en pueblos colindantes me han dicho por teléfono que les ha
ocurrido lo mismo”, afirma Margarita.
Septiembre
y octubre, dos meses para “recuperar”
Fray
Roberto, benedictino encargado de la hospedería que se ubica dentro de la Abadía
de Silos, comenta que, con respecto a la ocupación veraniega, ellos no han
notado que se haya producido una bajada. “De haber sucedido y mirando los
números de manera muy detenida, sería una disminución insignificante. Pero, en
nuestro caso, esto es así por el tipo de huéspedes que pasan estancias con
nosotros, que son `repetidores´ y acostumbran a venir casi todos los años”,
afirma. Sin embargo,
Fray Roberto advierte que durante estos meses de verano, tanto él como los
demás monjes de la comunidad monástica, han podido observar la caída de
visitas turísticas dentro del pueblo por la reducción sustantiva del total de
la gente que asiste a las `vísperas´, uno de los siete rezos cantados en gregoriano en Silos y que suele ser el más concurrido por acontecer a las 19 h, justo después de la visita al claustro románico dentro de la Abadía.
“En época
estival, dentro de la Iglesia, donde caben unas 400 personas, lo normal es
encontrar los bancos llenos y gente de pie. Pero, en este verano en concreto y,
con respecto al año pasado, hemos hallado bastantes bancos vacíos
incluso en fines de semana, que es cuando la Iglesia suele estar a rebosar.
Parece que la cuestión ha querido remontar estos días de septiembre, en los que
ha acudido mucha más gente que la que vino durante este verano a los rezos”.
Para
hosteleros y personas dedicadas al mundo de la restauración y el turismo en
Silos, la llegada del otoño el pasado viernes 23 de septiembre trae consigo el
inicio de unos días que, junto con el mes de agosto y las fechas de Navidad y
Semana Santa, más gente congrega en el pueblo para visitarlo o quedarse en él unos días.
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