Entradas populares

Las okupas ofrecen amplias ventajas frente a las grandes salas


Casa okupa La traba
//Foto: María Manso
Madrid, 28 de septiembre de 2011.-Hace unos meses, llegó una orden de desalojo a la casa okupa La Traba, una de las muchas que hay en Madrid. A pesar de ello, centenares de personas que llevan a cabo una organización siguen disfrutando, año tras año, de numerosas actividades sociales y culturales con el objetivo de crear tejido social en el barrio y aportar para su entorno valores de convivencia multicultural, antirracista y antifascista. Por ejemplo, con la organización de conciertos de pequeños grupos musicales que usan la cultura hip hop (música rap, break dance o graffiti) como herramienta para hacer reivindicaciones políticas y de otra índole. 



Es el caso de Alberto, un joven de 22 años que, sin ir más lejos, tuvo la oportunidad de subirse a ese escenario y disfrutar durante menos de una hora de lo que realmente le gusta hacer. “Al principio uno esta un poco nervioso, pero cuando me suelto me divierto mucho. Me gusta ver la reacción del público desde ahí arriba ante las letras y comprobar que no dejan indiferente a nadie”, afirma. Por otro lado, explica que la parte positiva es que las asambleas de las okupas “no miran tanto por las ganancias económicas que pueden sacar como las salas” aunque, en menor medida, “deberían recaudar dinero para el mantenimiento de la okupa”, explica.

Actuaciones en La Traba
// Foto: Javi Kubu Ruiz
Sin embargo, en el otro extremo se encuentran las salas privadas que, siguiendo una lógica de mercado y la búsqueda del beneficio económico, suelen cerrar la puerta a estos pequeños grupos. Aún así, debido al auge de la música rap entre un amplio sector de la juventud de este país y sobre todo en los barrios periféricos de las grandes ciudades, llevan a cabo iniciativas para dar oportunidades a grupos de rap que, en casos como la madrileña La Sala Virtual de Tribunal, ofrecen conciertos consiguiendo un cierto aporte económico para los mismos grupos.
Alberto asegura que nunca ha tocado en ninguna: “están ahí, nunca se sabe si surgirá el momento de tocar en alguna, pero funcionan en base a una lógica capitalista de maximización del beneficio, por lo tanto pasas a ser un producto más, creo que es preferible crear alternativas a todo ese negocio”. Su compañero Dom Jun también muestra su desacuerdo y se opone a tocar en este tipo de salas, ya que argumenta que el funcionamiento de éstas es como el de “una empresa privada”. “En las okupas como no hay que pagar camareros, ni cantidad de gastos, licencias y facturas que tienen las salas, a la hora de recaudar dinero se puede prescindir de cobrar un alquiler a los grupos y se pueden poner precios más baratos en taquilla, lo cual es una ventaja para nosotros”.
Sin embargo, no todos comparten esta visión. Alejandro Zazo, batería de ‘La dama y los vagabundos’ y de ‘Jinetes del Apokalipsis’, ha tocado en importantes salas como ‘Caracol’, ‘Gruta77’ o ‘Moby dick” y asegura que hay muchas oportunidades para grupos en las salas. “Éstas organizan concursos para grupos noveles o pequeños festivales; es una empresa privada claro que sí pero ofrece un sonido y condiciones mucho mejores que una casa okupa, donde el sonido es pésimo y los fines recaudatorios de la barra que montan con bebida suele ser para compañeros encarcelados. Aparte corres el riesgo de que llegue la policía clausure el concierto, te detengan o confisquen los instrumentos”, afirma.
Son muchas las ventajas y los inconvenientes, pero el debate siempre seguirá abierto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario