La
prensa se hacía eco de la noticia hace unos meses. Según el Simposio Internacional organizado por el Instituto de la Mujer y laFundación Gaudium, el porcentaje de mujeres españolas
drogodependientes ha llegado a cuadriplicarse en las últimas
décadas.
La
drogodependencia continúa siendo uno de los problemas máspersistentes en nuestra sociedad. Personas de todas las edades acuden
a centros de rehabilitación en busca de ayuda. Pero, ¿sigue siendo
el género sexual del enfermo un problema para pedir ayuda?
Aunque
muchos números, informes y estadísticas publicados en este último
año apuntan a que existe un número más elevado de hombres
drogodependientes que mujeres, existen varias teorías que
explicarían tal diferencia numérica.
Algunos
expertos apuntan a que estos datos simplemente muestran un mayor
consumo de drogas entre hombres que entre mujeres. Otros, plantean la
posibilidad de que la mujer no tenga las mismas oportunidades
sociales a la hora de llevar a cabo un tratamiento de
desintoxicación.
Antonio
Jesús Molina, director de la Escuela de Formación de la Asociación
Proyecto Hombre, habla con Prensa Especializada sobre esta cuestión y
otras relacionadas con el consumo de drogas por parte de la mujer
española.
¿Ha aumentado el porcentaje de mujeres drogodependientes en este 2011 con respecto al año pasado?
Sin
haber realizado de manera específica estudios comparativos, sabemos
que en estos dos últimos años se ha mantenido la distribución de
hombre y mujeres atendidos. El año pasado recibieron tratamiento
unas 20.000 personas, de las cuales el 85% eran hombre y el 15 % eran
mujeres.
Nos
falta completar el presente año 2011, pero con los números actuales
nos encontramos con los mismos porcentajes que el año pasado.
-En
relación con los hombres, el porcentaje es diferencial...
Como
se ve claramente en los anteriores datos, existe un porcentaje
significativamente menor de mujeres en tratamiento de rehabilitación.
Nuestra realidad es que el usuario de nuestros dispositivos es
mayoritariamente varón.
Hay
una doble lectura: por una parte, puede ser que muchos más hombres
consuman sustancias o mantengan comportamientos adictivos; por otra
parte, las mujeres parecen tener que superar más barreras
emocionales y sociales para asistir a los tratamientos.
Rehabilitación
En
cuanto a la rehabilitación, ¿es más difícil ayudar a
rehabilitarse a una mujer o a un hombre? ¿Qué factores influyen en
este dato?
Suelen
existir cargas emocionales
relacionadas con la vergüenza, la culpa, el estigma; suelen ser más
jóvenes, presentan más traumas relacionados con la adicción,
trastornos ansiosos y/o depresivos, estrés postraumático…Hablamos
de una autoestima que no solo está muy baja sino que tiene una
repercusión directa, duradera y muy severa en el estado mental de
la mujer con problemas de adicción.
Normalmente
nos encontramos con un problema de contexto social y una lucha contra
una serie de etiquetas, estereotipos, prejuicios, ideas
preconcebidas: se suele aceptar mejor un hijo que una hija adicta, se
suele comprender que un varón se aleje de sus hijos pero no se
acepta en una mujer, aunque sea para ir a un centro. Influyen
aspectos como el apoyo familiar, tener hijos a cargo, si su pareja es
adicto o no, su situación socioeconómica, nivel de estudios.
¿Se
dejan ayudar más o menos dependiendo del sexo del enfermo?
Normalmente
las mujeres que asisten a los tratamientos suelen haber tenido que
vencer tantas vergüenzas y barreras sociales que tienen muy claro si
quieren recuperarse o no. Ha habido poca sensibilidad con las
diferencias entre las causas y consecuencias de un trastorno adictivo
en hombre y en mujeres.
Niveles
de adicción
¿La
mujer es más propensa a engancharse a la droga que el hombre?
¿Existe algún factor, ya sea científico, psicológico o social,
que afecte directamente a este hecho?
Hay
indicios fisiológicos de que la mujer puede adquirir dependencia de
sustancias, así como tasas de mortalidad asociadas a drogas por
inyección y VIH. Tenemos que analizar el problema teniendo en cuenta
los factores asociados.
Eso
sí, sabemos que el trauma de la adicción es mucho mayor en la
mujer, mientras que en el hombre el trauma suele ser predisponente a
la adicción. Además, se suele advertir de una relación entre abuso
de drogas y otro tipo de abusos, ya sean sexuales, malos tratos
físicos y/o psicológicos, indefensión, exclusión social…
Reinserción
y género
Cuando hablamos de reinserción social, ¿es más
difícil si se es mujer que si se es hombre?
Los estudios y
análisis nos indican de la dificultad de acceso a recursos que tiene
las mujeres, sobre todo educación, empleo y, por consiguiente,
ingresos. Esos factores, sumados a las responsabilidades familiares
(ya sean hijos u otros familiares a cargo) plantean dificultades
graves al principio y al final de los tratamientos.
Un
factor muy habitual de abandono femenino en los programas es la
demanda/ necesidad de su familia, frente a la necesidad personal de
finalizar el tratamiento.
En
dicha reinserción, ¿puede que exista cierto sexismo?
Creemos
que sí, en el aspecto laboral se ve medianamente claro que los
sistemas sociales son sexistas. Sabemos que los tratamientos
integrales o reforzados con perspectiva de género presentan mejores
resultados.
El
problema es que, en general, hay pocos estudios comparativos y los
que hay suelen tener muestras reducidas de mujeres, centrándose en
resultados extraídos de programas generales. Los tratamientos
preparados expresamente para atender las necesidades de las mujeres
son el presente y el futuro de la reinserción socio laboral.
¿Hay
que tratar médicamente teniendo en cuenta el género de la
persona?
Las particularidades fisiológicas y hormonales deben
ser tenidas en cuenta. No se trata únicamente de prescribir
diferentes fármacos, sino de ofrecer opciones de tratamiento
específicas que favorezcan las adaptaciones individuales y grupales
para facilitar, favorecer y promover una mejora en la atención y la
calidad de los servicios.
En
estos terrenos, hay que respetar las diferencias, ya sea en programas
de evaluación inicial, tratamiento, reinserción, farmacoterapia,
psicoterapia. En mi opinión, todos los programas, incluyendo los
programas más vinculados a la reducción del daño, deberían
respetar esta perspectiva, que no solo no debe ser excluyente sino
que tendría que ser integral e integradora.
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