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| Luis Montoro, presidente de FESVIAL |
Pregunta. Tras muchos años de estudio e investigación sobre seguridad vial, ¿cree que la sociedad está suficientemente concienciada?
Respuesta. Nunca será suficiente hasta que se produzcan dos hechos: primero, que todos los conductores sean conscientes de que determinados comportamientos al volante pueden causar su muerte o la de los otros, y segundo, que los ciudadanos rechacen y reprueben las conductas de riesgo que observen en los demás, como ocurre, por ejemplo, en USA o los países del norte de Europa. Ahora bien, lo cierto es que en España ha cambiado mucho en los últimos años el nivel de conciencia respecto de la seguridad.
P. ¿Cuáles son las infracciones que se comenten con más frecuencia?
R. Combinando frecuencia y gravedad, y aunque se ha evolucionado muy positivamente, las dos infracciones más preocupantes siguen siendo las relacionadas con velocidad y el alcohol. Sin embargo, uno de los mayores problemas actuales -y parece que de futuro- está en las distracciones. Mientras los accidentes causados por el alcohol y la velocidad descienden progresivamente, los debidos a las distracciones están aumentando de manera gradual, alarmante y preocupante.
P. ¿Qué medidas considera más importantes a corto plazo por parte de la administración?
R. A corto plazo será necesario dar un cierto giro en la política de seguridad vial. El gran reto va a estar en incidir en aspectos y factores más concretos, hasta ahora menos tratados. Por ejemplo los peatones mayores, el problema del alcohol en las personas maduras, los accidentes laborales debidos al tráfico, la accidentalidad en las vías secundarias, la conducción bajo los efectos de las drogas, la siniestralidad en los municipios, etc. En definitiva, tendremos que pasar de unos planteamientos de seguridad vial más generales al tratamiento de temas mucho más concretos, hasta ahora menos abordados. Ese es el hueco y el reto de la seguridad vial de futuro en nuestro país. No obstante, en mi opinión, la medida estrella para el futuro de la seguridad vial en España debería ser la apuesta por una mejor formación de los conductores.
P. ¿Y de la sociedad?
R. Sin contar con la sociedad, en el tema de la seguridad vial, no es posible hacer nada. La implicación social (organizaciones no gubernamentales, asociaciones de víctimas, empresas preocupadas por la seguridad vial, medios de comunicación, fundaciones, autoescuelas, etc.) es tan importante o más como desarrollar unas buenas estrategias desde las administraciones. De hecho, gran parte del cambio que se ha producido en España en las cifras de siniestralidad se ha debido a la fuerte movilización social que ha habido frente al problema de la inseguridad vial. Que nadie lo dude.
P. ¿Cree que el carné por puntos fue una buena decisión y que su cumplimiento es mayoritario?
R. Sin lugar a dudas. La implantación del permiso por puntos ha sido una de las medidas más eficaces para la mejora de la seguridad vial en España. Además, según una encuesta que realicé hace poco, así lo reconoce más del 80% de los conductores españoles, a la vez que el nivel de satisfacción de cómo está funcionando el sistema en España es muy elevado. Quizá no hemos sido conscientes de la transcendencia que ha tenido su implantación. El permiso por puntos ha introducido un giro radical en la política preventiva de los accidentes, porque hemos pasado de un modelo sancionador a un modelo formador y reeducador con resultados evidentes. Ha sido como una revolución en los planteamientos.
P. Después de tantas investigaciones y tantos estudios, ¿cuáles fueron los resultados que más le sorprendieron?
R. Llevo investigando en seguridad vial más de 25 años. En ese tiempo he dirigido unos 150 proyectos de investigación. En un número tan elevado ha habido muchos resultados de estudios que me han sorprendido y apasionado con la investigación, como por ejemplo la importancia de la percepción del riesgo en la toma decisiones y el accidente, el impacto de los factores sociales y personales en la conducta al volante, la gravedad del accidente en función de la causa que lo provoca, las variaciones en la actividad cerebral del conductores según la vía por la que se circula o el tiempo de conducción, las diferencias en la visión del riesgo entre hombres y mujeres, el impacto de la crisis en los comportamientos viales, las alteraciones psicofísicas del conductor cuando ha bebido y se pone en un simulador, etc. La verdad es que investigar es muy duro, pero también es muy gratificante a nivel personal. Es ver -conforme avanza la investigación- como una luz va iluminando la oscuridad en temas en los que está en juego la vida y la muerte de la gente.
P. ¿Le gustaría mandar algún mensaje o consejo a los conductores en general y particularmente a los que se desplazaran este verano?
R. Mi mensaje sería el que da Konstantínos Kaváfis en su famosa poesía Viaje a Itaca: no hagas con prisas tu camino, disfruta del viaje, de todo lo que puedas ver y sentir, y no tengas el vértigo loco de llegar cuanto antes al destino, que por la prisa te puede conducir al estúpido, absurdo y evitable accidente.
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