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La miel se encuentra entre uno de los principales productos ecológicos


Este fin de semana se celebra en Sedes (Coruña) la Feria de la miel y de los productos ecológicos. En ella se exhibirán más de treinta productos, entre ellos, la miel.



En la feria se podrán degustar los diferentes productos y además habrá un espacio especialmente dedicado a la formación de apicultores, con charlas y cursos sobre apicultura.

La calificación de la actividad apícola como ecológica está íntimamente relacionada con la sanidad de las colmenas y con la alimentación y la zona en la que se produce el proceso de libación. Además también influye todo el proceso de extracción hasta su envasado final.

Las abejas dedicadas a este tipo de apicultura se seleccionan entre las más resistentes a las enfermedades ya que no pueden ser tratadas con los productos químicos con los que se realizan las curas a las demás colonias. El biólogo y apicultor Juan Antonio Morales López declara que "las abejas dedicadas a la apicultura ecológica son tratadas con productos como el timol, para combatir el ácaro parásito Varroa, que consiguen la desinfección de la colmena sin la utilización de productos químicos que puedan alterar las propiedades de la miel".

Además la zona en la que deben establecerse debe ser un lugar preferentemente silvestre en el que el agua, el polen y el néctar estén asegurados para las abejas. 

Para que una explotación pueda declararse ecológica debe cumplir estos requisitos que el Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino vigila a través de inspectores dependientes de cada una de las Consejerías de Medio Ambiente de las Comunidades Autónomas. "Cada seis meses un inspector (vinculado con la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma en la que se encuentre el asentamiento) coge muestras de miel, mira que a tres kilómetros de las colmenas no haya focos de contaminación o lugares donde utilicen productos para curar el campo que no sean ecológicos, también comprueba que la cera que utilizan las abejas la hayan fabricado ellas mismas y que las cajas que contienen a los insectos solo estén pintadas con aceite de linaza o bañadas en cera ecológica", declara Juan Antonio.

Por los requerimientos especiales que conlleva este tipo de apicultura, cuentan con ayudas especiales por parte de la Administración, que como cuenta Juan Antonio, son de "unos 12 euros por colmena", aunque "cada vez que un inspector viene a revisar el cumplimiento de la reglamentación ecológica los apicultores tenemos que pagar 125 euros", añade.

La generalización en el uso de este tipo de apicultura podría solucionar en buena parte la desaparición masiva de abejas.

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