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El aumento de la mortalidad en las abejas provoca graves pérdidas económicas y medioambientales


La proliferación en los últimos años de nuevas enfermedades que afectan a las colonias de abejas está provocando graves pérdidas a los apicultores y un desajuste en el ecosistema.


La enfermedad que produce una mayor mortalidad entre las abejas dedicadas a la producción de miel es la “varoosis provocada por el ácaro parásito varroa destructor” como declara Profesor del Departamento de Zoología de la Universidad de Córdoba, Francisco Padilla.

El Doctor José M. Flores Serrano, del Departamento de Zoología de la Universidad de Córdoba añade que la varroosis “es una enfermedad que no se puede erradicar pero que puede ser controlada con la utilización de químicos convencionales, tratamientos orgánicos, medidas de manejos como la cría dirigida de zánganos o los fondos sanitarios o la selección genética de abejas tolerantes a la varroa”.

La lucha contra esta enfermedad está reflejada en el Plan Nacional Apícola y se estima que en los próximos tres años se destinen unos 2.325.000 euros anuales para luchar contra ella. Los apicultores destinan un “mínimo de tres euros por colmena al año en tratamientos para paliar las enfermedades, a lo que hay que añadir las pérdidas económicas que supone la muerte de las colmenas y el descenso de la producción de miel y otros productos derivados de la actividad apícola”, declara el Doctor José M. Flores.

No obstante, la varoosis no es la única enfermedad que afecta a las colonias de abejas. El director del Centro Apícola Regional de Castilla La mancha en Marchamalo (Guadalajara), Ángel Sanz Herranz,     alerta de la existencia de una enfermedad más mortífera: “la nosemosis tipo C causado por el agente patógeno Nosema Ceranae, más difícil de controlar que la voarroosis tanto por no tener un tratamiento como  por el desconocimiento que por parte del sector existe sobre la verdadera peligrosidad de esta enfermedad.” además añade:  “no debemos olvidar a otro parásito que en los últimos años está aumentando su prevalencia, el Acarapis woodi, agente que causa la acarapisosis y que en los próximos años puede suponer un riesgo real para el sector apícola”.

Según datos del Centro Apícola de Marchamalo, el 75% de las colonias de abejas se vio afectada por nosemosis y el 50% por varroa en el año 2010 y el 30% del censo de colmenas murió por alguna de estas patologías.

Estas tres enfermedades son una de las causas del síndrome de despoblamiento de las abejas que viene siendo acusado desde el año 2005 y que en el año 2011 ha afectado en torno al 30% de las colonias de abejas, pero no son la únicas. El cambio climático, la contaminación y los pesticidas contribuyen a aumentar la tasa de despoblamiento de abejas.

Así lo refleja el estudio del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) de marzo de 2011 en el que se apunta que la utilización de productos químicos en los cultivos, los cambios en los períodos de floración de las plantas como consecuencia de la alteración de los períodos de lluvias por el cambio climático y la desaparición de 20.000 especies de plantas que constituyen el alimento para varias especies de abejas constituyen un grave peligro para la estabilidad del ecosistema y para la supervivencia de estos insectos y de los que s e ha demostrado que el rendimiento de ciertas frutas, semillas y cultivos de frutos secos se reduce en un 90 por ciento sin "polinizadores altamente eficientes".

Por tanto, la progresiva pérdida de abejas es notable tanto para los apicultores por los perjuicios económicos que implica como para las personas consumidoras de productos vegetales que ven reducir el número de éstos por la falta de polinización por parte de estos insectos.



Enfermedades de las abejas en fotografías. Fuente: Youtube, subido por 'desdelacolmena'

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