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El 'matrimonio' perfecto

Carlos Jiménez y Pepu Hernández vuelven a Asefa Estudiantes siendo el modelo a seguir por todos

Estaba la afición de Estudiantes deprimida en verano. Su equipo no había logrado los objetivos marcados en la temporada. No se habían clasificado ni para la Copa ni para los Playoff. Pero más allá de los meros resultados, lo que preocupaba al seguidor colegial era la pérdida de valores y de ilusión que estaba sufriendo su club.

Una entidad basada históricamente en la formación ya no promocionaba jugadores al primer equipo. El entrenador Luis Casimiro no apostaba por dar confianza a los mejores jugadores de la cantera y Estudiantes poco a poco perdía ese romanticismo tan característico que siempre ha tenido. Para más inri, el capitán Pancho Jasen, 10 años en el club y referencia de los más jóvenes, decidía dejar el club hastiado por la situación de deterioro de un equipo que no era el mismo al que llegó a principios de siglo.

La marcha del argentino Jasen suponía el varapalo definitivo para la afición, pero rápidamente las cosas empezaron a mejorar. Carlos Jiménez, canterano de Estudiantes, que antes había jugado 11 temporadas en el Estu, decide volver a su casa. Al mal tiempo, buena cara. La dirección deportiva conseguía recuperar a un mito, pero lo que es aún más importante, conseguía recuperar a un referente en el vestuario, un jugador conocedor de la idiosincrasia estudiantil y capaz de transmitir los valores del club a las nuevas generaciones venideras.

'Pepu' dirigiendo al equipo. FOTO: Rocío Benítez (cedida por Club Estudiantes)
Pero el destino guardaba otro regalo para Asefa Estudiantes. Pepu Hernández se ofrecía para volver a entrenar al club de su vida. No se exagera cuando se dice “el club de su vida”. Pepu, como se le conoce en todos los sectores del baloncesto, pasó 31 años ininterrumpidos al servicio de Estudiantes. Como entrenador de cantera, como segundo entrenador y como primer entrenador. Y aunque haya estado fuera seis años, Pepu afirma que ha “estado fuera de Estudiantes nominalmente. De alguna otra forma siempre he estado vinculado. Es imposible no estarlo cuando te has formado aquí”.

Recobra la ilusión
Por eso, cuando se conoce la oportunidad de tener a dos históricos de nuevo en su casa, la ilusión se recobra con más fuerza aún. La dificultad para contratar al entrenador es mayúscula. No por él, sino por tener que prescindir del entonces entrenador, Casimiro, que obviamente no pone fácil su salida. Salvados los obstáculos, Pepu es una realidad y se une a Jiménez para ser los dos pilares sobre los que se sustenta el proyecto de esta temporada.

Porque hay otra razón para la alegría. Además de representar y saber a la perfección lo que es Estudiantes, Jiménez y Pepu conforman un matrimonio perfecto. Fue Pepu el que le dio sus primeros minutos importantes en la ACB. Siempre que entrenó a Estudiantes, Pepu tuvo a Jiménez como pupilo. Por ello, no oculta lo importante que es para él tener al alero: “Para mí es una ilusión especial. Para mí que Carlos esté en el equipo es muy importante”. Jiménez, por su parte, juega con el destino: “Ha sido una especie de señal volver a encontrarnos”.

Jiménez captura el rebote ganador contra Valencia. FOTO: Dpto. Comunicación Club Estudiantes
Los dos se muestran convencidos de que podrán transmitir los valores que ellos llevan impregnados en su mente. El jugador asegura que será “fácil transmitir esos valores” porque “he tenido la suerte de vivirlos”. El entrenador completa esas palabras: “Nosotros tenemos que plantearnos cosas pero siempre partiendo de una base humilde, de trabajo y de esfuerzo. Somos un equipo que nace de un colegio, por lo que tenemos muy claro lo que tiene que ser la formación del jugador”.

Saben de lo que hablan
De sus palabras se desprende un profundo conocimiento de lo que representan. Saben lo que tienen que hacer en cada momento y admiten que son muy importantes en el equipo. Sus compañeros también tienen claro que Pepu y Jiménez son la base de la pirámide. Germán Gabriel, pívot de la plantilla, se deshace en elogios hacia su compañero: “Jiménez aporta desde presencia hasta liderazgo. Aporta intensidad, trabajo…podría estar diciendo cualidades de él un buen rato”. Por su parte, Driesen, otro pívot estudiantil, no oculta que sigue en la entidad gracias a Pepu: “En el momento que fichó Pepu estuve convencido de seguir”, se sincera el jugador belga que reconoce que no hubiera seguido si hubiera continuado Casimiro en el banquillo, entrenador que el año pasado le descartaba en todos los partidos.

Las palabras de ellos mismos y de sus compañeros confirman que la decisión tomada en verano fue la mejor, pero los hechos también la corroboran. El inicio de temporada de Jiménez ha sido brillante, siendo clave en la primera victoria de la temporada frente a Valencia Basket. En la rueda de prensa de ese partido, Pepu, poco amigo de destacar jugadores por encima del colectivo, nombró a Jiménez: “Sería injusto no destacar a Jiménez”. El choque del alero había sido colosal, que reconocía después del encuentro que “ya estaba contento de estar aquí”, pero el recibimiento de la que es de nuevo su afición es “un motivo más para estarlo”. Y es que la afición de Estudiantes volvió a entonar ese mítico cántico que acompañó a Jiménez durante 10 años: “Carlos Jiménez, menudos h… tienes”. La afición está ilusionada. No es para menos. Tienen a Pepu en la banda y a Jiménez en la pista. El matrimonio perfecto. 

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