Estaba la afición de Estudiantes deprimida en verano. Su equipo no había logrado los objetivos marcados en la temporada. No se habían clasificado ni para
Una entidad basada históricamente
en la formación ya no promocionaba jugadores al primer equipo. El entrenador
Luis Casimiro no apostaba por dar confianza a los mejores jugadores de la
cantera y Estudiantes poco a poco perdía ese romanticismo tan característico que siempre ha tenido. Para más
inri, el capitán Pancho Jasen, 10
años en el club y referencia de los más jóvenes, decidía dejar el club hastiado
por la situación de deterioro de un equipo que no era el mismo al que llegó a
principios de siglo.
La marcha del argentino Jasen
suponía el varapalo definitivo para la afición, pero rápidamente las cosas
empezaron a mejorar. Carlos Jiménez, canterano de Estudiantes, que antes había
jugado 11 temporadas en el Estu,
decide volver a su casa. Al mal tiempo, buena cara. La dirección deportiva
conseguía recuperar a un mito, pero lo que es aún más importante, conseguía
recuperar a un referente en el vestuario, un jugador conocedor de la idiosincrasia
estudiantil y capaz de transmitir los valores del club a las nuevas
generaciones venideras.
'Pepu' dirigiendo al equipo. FOTO: Rocío Benítez (cedida por Club Estudiantes) |
Pero el destino guardaba otro regalo para Asefa Estudiantes. Pepu Hernández se ofrecía para volver a
entrenar al club de su vida. No se exagera cuando se dice “el club de su vida”.
Pepu, como se le conoce en todos los
sectores del baloncesto, pasó 31 años ininterrumpidos al servicio de
Estudiantes. Como entrenador de cantera, como segundo entrenador y como primer
entrenador. Y aunque haya estado fuera seis años, Pepu afirma que ha “estado fuera de Estudiantes nominalmente. De
alguna otra forma siempre he estado vinculado. Es imposible no estarlo cuando
te has formado aquí”.
Recobra la ilusión
Por eso, cuando se conoce la
oportunidad de tener a dos históricos de nuevo en su casa, la ilusión se recobra con más fuerza aún. La dificultad
para contratar al entrenador es mayúscula. No por él, sino por tener que
prescindir del entonces entrenador, Casimiro, que obviamente no pone fácil su
salida. Salvados los obstáculos, Pepu
es una realidad y se une a Jiménez para ser los dos pilares sobre los que se
sustenta el proyecto de esta temporada.
Porque hay otra razón para la
alegría. Además de representar y saber a la perfección lo que es Estudiantes,
Jiménez y Pepu conforman un matrimonio
perfecto. Fue Pepu el que le dio sus
primeros minutos importantes en la ACB.
Siempre que entrenó a Estudiantes, Pepu tuvo a Jiménez como pupilo. Por ello, no oculta lo importante
que es para él tener al alero: “Para mí es una ilusión especial. Para mí que Carlos
esté en el equipo es muy importante”. Jiménez, por su parte, juega con el
destino: “Ha sido una especie de señal volver a encontrarnos”.
Jiménez captura el rebote ganador contra Valencia. FOTO: Dpto. Comunicación Club Estudiantes |
Los dos se muestran convencidos
de que podrán transmitir los valores que ellos llevan impregnados en su mente.
El jugador asegura que será “fácil transmitir esos valores” porque “he tenido
la suerte de vivirlos”. El entrenador completa esas palabras: “Nosotros tenemos
que plantearnos cosas pero siempre partiendo de una base humilde, de trabajo y
de esfuerzo. Somos un equipo que nace de un colegio, por lo que tenemos muy
claro lo que tiene que ser la formación del jugador”.
Saben de lo que hablan
De sus palabras se desprende un
profundo conocimiento de lo que representan. Saben lo que tienen que hacer en
cada momento y admiten que son muy importantes en el equipo. Sus compañeros
también tienen claro que Pepu y Jiménez son la base de la pirámide. Germán
Gabriel, pívot de la plantilla, se deshace en elogios hacia su compañero:
“Jiménez aporta desde presencia hasta liderazgo. Aporta intensidad,
trabajo…podría estar diciendo cualidades de él un buen rato”. Por su parte,
Driesen, otro pívot estudiantil, no oculta que sigue en la entidad gracias a
Pepu: “En el momento que fichó Pepu estuve
convencido de seguir”, se sincera el jugador belga que reconoce que no hubiera
seguido si hubiera continuado Casimiro en el banquillo, entrenador que el año
pasado le descartaba en todos los partidos.
Las palabras de ellos mismos y de
sus compañeros confirman que la decisión tomada en verano fue la mejor, pero
los hechos también la corroboran. El inicio de temporada de Jiménez ha sido
brillante, siendo clave en la primera victoria de la temporada frente a
Valencia Basket. En la rueda de prensa de ese partido, Pepu, poco amigo de destacar jugadores por encima del colectivo,
nombró a Jiménez: “Sería injusto no destacar a Jiménez”. El choque del alero
había sido colosal, que reconocía después del encuentro que “ya estaba contento
de estar aquí”, pero el recibimiento de la que es de nuevo su afición es “un
motivo más para estarlo”. Y es que la afición de Estudiantes volvió a entonar
ese mítico cántico que acompañó a Jiménez durante 10 años: “Carlos Jiménez,
menudos h… tienes”. La afición está ilusionada. No es para menos. Tienen a Pepu en la banda y a Jiménez en la
pista. El matrimonio perfecto.
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