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El taller de Villaverde de Renfe se reinventa ante la crisis

Ha comenzado a reparar material excedentario para venderlo en el mercado Latinoamericano y asiático
En tiempos de crisis las empresas se reinventan para sobrevivir. Eso es lo que ha ocurrido en el seno del Taller Central de Reparaciones de Renfe (TCR), situado en las instalaciones que la compañía dispone en Villaverde. Desde el pasado verano funciona a pleno rendimiento ya que además del gran volumen de trabajo que tenía hasta la fecha (se reparan cada año unas 400 máquinas eléctricas, 200 motores diesel y 50 vehículos de asistencia en vía a unidades), ha empezado a asumir encargos de empresas tanto nacionales como del extranjero, así como las reparaciones de material excedentario para venderlo en Latinoamérica y Asia. Todas estas medidas tienen como objetivo paliar los efectos de la delicada coyuntura económica que también afectan a este sector del mundo ferroviario.

Talleres de Renfe en Villaverde.
Foto: Flickr
“Había que hacer un esfuerzo y reinventarse. Nos hemos fijado rozar la excelencia en la reparación de componentes y motores eléctricos y ampliar nuestra paleta de marcas y técnicas de trabajo”, comenta Susana Turrillo, jefa de ingeniería de la Gerencia Centro. En la misma línea y buscando siempre la innovación, esta responsable del TCR admitía que “un proyecto de este calibre es muy complicado pues requiere una transformación íntegra de nuestro modelo de trabajo y de negocio para adaptarlos al nuevo rumbo que nos ha marcado la empresa”.



El mayor reto que se ha fijado el taller de Villaverde para generar ingresos adicionales es la reparación de motores procedentes del extranjero, aprovechando el banco de pruebas de motores diesel y eléctricos con el que cuenta, y que es único en toda Europa. También con miras al mercado exterior, el TCR está trabajando en la adaptación de material excedentario en desuso de la explotación de Renfe para su futura venta, principalmente a países sudamericanos como Chile, Uruguay, Paraguay y Argentina. Además, en este final de año se ha alcanzado un acuerdo con países del sudeste asiático como Laos y Vietnam para dar salida a estos productos.

Esta línea de negocio, que había cobrado importancia en los últimos cinco años, recibirá el empujón definitivo para consolidarse como uno de los puntos fuertes de ingresos de la compañía, ya que además le permitirá reciclar las unidades y componentes residuales. No obstante, como asegura Armando Fombella, gerente del Taller Central de Reparaciones, “para adaptarnos a este ambicioso proyecto debemos ajustarnos a las exigencias del mercado latinoamericano y asiático, que nos va a exigir un cambio en plazos y costes. Si conseguimos adaptarnos de forma rápida el éxito de las operaciones está garantizado desde el primer día”.

A nivel nacional, la principal novedad será la incorporación a la cadena de trabajo de los motores eléctricos de FEVE, que, como comenta Fombella, “ya fueron clientes a finales de los noventa y conocemos a la perfección sus modelos sin la necesidad de acudir a catálogos. Además, puesto que sus maquinarias son bastante antiguas, tendremos una gran carga de trabajo a causa del desgaste de las mismas”.

Fruto del aumento de la actividad en el taller, los trabajadores y las instalaciones se han visto obligados a sufrir una remodelación interna. La inversión en formación humana ha superado las 10.000 horas, hecho que “proporciona una elevada dosis de calidad”, admite Turrillo. Las infraestructuras también sufrieron una profunda transformación y renovación en julio y agosto del pasado verano con el objetivo ganar en eficiencia y productividad.

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