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El Tram-tren es la alternativa al actual transporte público urbano


Aumentan en España los proyectos que cuentan con este medio de locomoción híbrido

El Tram-tren está en auge. Este híbrido de tren y tranvía, ya implantado y consolidado en numerosos países de Europa como Francia, Alemania y Holanda, es el medio de transporte por vía férrea elegido por varias ciudades españolas en sus planes urbanísticos para potenciar la movilidad de los ciudadanos. Su capacidad de funcionar a modo de tranvía en medios urbanos y como tren de cercanías en trayectos interurbanos, le convierten en el comodín de una ciudad para el tráfico de viajeros y para la conexión de la misma. Es por eso por lo que en los últimos años los proyectos en estudio del Tram-tren se han multiplicado en numerosas ciudades españolas.

Tram-tren de Alicante. Foto: Flickr
La red de tranvías, que en el último lustro ha experimentado una gran aceptación, es el espejo para el Tram-tren. Así, a los 142 kilómetros de tranvía en funcionamiento que existen en la actualidad (la gran mayoría en Barcelona, Valencia y País Vasco), se han unido otros 148 proyectos que ya han sido aprobados, la mayoría también en ciudades del Mediterráneo. En total, 19 provincias tendrán antes del año 2018 esta cada vez más frecuente alternativa para desplazarse en núcleos urbanos. La prueba de este auge es el volumen de capital que se mueve anualmente, que alcanza los 3.800 millones de euros anuales, y el interés por el que pujan las constructoras y fabricantes de material rodante en los concursos públicos.

Alicante es, hasta la fecha, la única provincia española que goza de Tram-tren. Los Ferrocarriles de la Generalitat Valenciana (FGV) explotan desde el año 2004 este servicio pionero en España, que cuenta con un parque de nueve unidades y cuatro líneas en funcionamiento. El éxito de la iniciativa provocó una ampliación del trazado en 2007 con su consecuente adquisición de cuatro convoys
La construcción de otros dos proyectos de Tram-tren están aprobados en Cádiz y Manacor, aunque con perspectivas equidistantes cada uno. En la ‘tacita de plata’ se ha diseñado un trazado de 24 kilómetros de distancia que unirá toda la Bahía de Cádiz, desde Chiclana de la Frontera a San Fernando. Las obras de la línea, que constará de 22 paradas, comenzaron en el año 2009 y, de cumplirse los plazos establecidos, se abrirá al público el próximo año. El presupuesto de las obras se ha tasado en 60 millones de euros que correrán a cargo de la Junta de Andalucía. La recuperación de la inversión realizada está garantizada según el director técnico de los ferrocarriles de Andalucía, Juan De Dios Moreno, que afirma que “cubre una zona donde viven más de 200.000 personas, cifra que llega a triplicarse en la época estival, por lo que el éxito y la amortización de las instalaciones está asegurado. Es una forma sencilla de moverse por toda la línea costera y permite prescindir del coche durante las vacaciones”.
En una situación mucho más comprometida se encuentra la línea de Tram-tren que unirá Manacor y Artá, que comenzó a construirse hace dos años. El Govern balear detuvo de forma momentánea las obras el pasado mes de agosto ante la falta de fondos. “De momento paramos la obra porque no tenemos liquidez ni posibilidad de pagar ni un céntimo más de lo que se vaya a hacer”, afirma José Ramón Orta, gerente del Serveis Ferroviaris de Mallorca. El proyecto, valorado en 180 millones de euros y cuyo rendimiento una vez finalizado generaba dudas acerca de los escasos beneficios que podría reportar, necesita una inyección de otros 150 millones de euros para reactivarse, hecho que parece “sumamente complicado” según señala el propio Orta.

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