España cuenta con cien rutas
ferroviarias en desuso que se han acondicionado para el ocio rural y hay 6.000
kilómetros de antiguas vías en espera
La alta velocidad en España ha impulsado de forma colateral una iniciativa ecológica no pensada cuando se aprobaron todos
los corredores del AVE. La construcción de los nuevos trazados ferroviarios
está provocando que muchas líneas queden en desuso y se estén incorporando al
Programa Vías Verdes, mediante el cual se están reciclando y acondicionando
para el uso de viandantes y cicloturistas amantes del ocio rural y el
ecoturismo. Por este motivo son 146 los kilómetros, repartidos en cuatro vías
verdes, los que se pretenden habilitar para el tránsito humano en los próximos
dos años.
Vía Verde de Girona, una de las más frecuentadas de España. Foto: Flickr |
El reciclaje de líneas férreas abandonadas
o que nunca llegaron a terminar de construirse constituye el marco de acción
del citado Programa Vías Verdes, desarrollado por el Ministerio de Medio
Ambiente, Medio Rural y Marino, en colaboración con ADIF, Renfe Operadora y
FEVE. La Administración es la impulsora de esta iniciativa, que responde a los valores ecológicos
que tanta importancia han ganado en la sociedad en los últimos años.
En España se han multiplicado de
forma exponencial y en la actualidad existen ya casi 2.000 kilómetros de
antiguos caminos de hierro que se reparten en un centenar de vías verdes. Las
expectativas corroboran la buena acogida de estas iniciativas y, según admite
la directora de este programa, Carmen Aycart, “estamos trabajando con otros
6.000 kilómetros de vías abandonadas para incorporarlas a las que ya están
aptas para el ocio”.
Las estadísticas de visitas
publicadas por las oficinas de turismo locales demuestran el acierto del
Programa Vías Verdes, por cuyos caminos transitaron 5,3 millones de personas en
2010. De todas ellas, la más visitada ha sido la de Girona, frecuentada por 1,8
millones, aunque según Aycart, “estas cifras se superarán en años venideros sin
que ello provoque una sobreexplotación de la vía verde”. Este punto ha sido
precisamente uno de los que mayores quebraderos de cabeza ha traído en las
diversas reuniones que han mantenido el MARM, Renfe Operadora y FEVE, resuelto
con el dictamen de que “prevalecerá la integridad de la naturaleza y el medio
ambiente por encima de cualquier otro interés”, según reza el acta de
constitución de dicho programa.
El último proyecto aprobado, en
noviembre de 2011, ha sido la Vía Verde del Miño, en Galicia, que se une de
este modo a la del Eo, también de reciente aprobación. En el caso de la primera
el Ministerio ha invertido 3,8 millones de euros, mientras que en la segunda el
montante económico ha ascendido a los 5,5 millones. En ambas obras, además de
la adecuación para el tránsito humano y la práctica deportiva, se ha producido
una restauración de los elementos arquitectónicos que figuran en torno al
recorrido, siendo éste uno de los principales reclamos para los ayuntamientos
de estos municipios por los que pasaban las antiguas líneas de ferrocarril
convertidas ahora en vías verdes.
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