Las asociaciones de promoción
cultural y social de personas con discapacidad afectadas por la crisis ven en
el voluntariado la oportunidad de poder seguir llevando a cabo sus actividades
a coste cero. “No se puede comparar el trabajo de los profesionales con el de
los voluntarios, pero en el ámbito del ocio, éstos últimos son la piedra
angular para el desarrollo de los programas de las asociaciones que no pueden
contratar más personal por falta de dinero”, informa el coordinador del
departamento de voluntariado de la Comunidad de Madrid de la Confederación Españolade Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual
(FEAPS), José Jiménez.
Las asociaciones de ocio y tiempo libre, al igual que el
resto de asociaciones de discapacitados, están sufriendo las consecuencias de
la crisis, principalmente, en la falta de subvenciones y en el retraso de los
pagos por parte de la Administración, lo que lleva en la mayoría de los casos a
una reducción de plantilla. La solución de algunas de estas asociaciones a la
escasez de personal está siendo la solicitud de mayor número de voluntarios
para apoyar a los profesionales en su labor, sin convertirse en sustitutos de
las personas especializadas. “El voluntario es un valor añadido
para la gente con discapacidad ya que aportan cosas que no aporta un profesional,
pero nunca lo podrá sustituir. Realmente el voluntario es una figura de gran
valor porque se vuelca con los discapacitados de forma desinteresada”, comenta
Jiménez.
Según datos del Observatorio Estatal de la Discapacidad una de cada
cuatro entidades funciona exclusivamente con voluntarios y en el 45,2%, el
voluntariado representa más de la mitad de las personas colaboradoras. Cada asociación integra una media de 26 voluntarios, cifra que varía en
función del tamaño de las entidades y del volumen de su actividad, si bien en
aquellas que disponen de mayores ingresos, el voluntariado representa menos de
un tercio del total. La actual crisis
económica está provocando una reducción en los ingresos, esto se traduce en un
aumento de la participación voluntaria en el 88,3%. La falta de recursos
económicos obliga a apoyarse en la colaboración desinteresada.
Asociaciones como
‘Juntos para jugar’ y ‘Auxilia Madrid’ llevan 25 y 40 años, respectivamente,
funcionando a través del voluntariado. “Este tipo de trabajo aporta
tranquilidad porque cada vez son más las personas voluntarias interesadas en
participar en actividades como las que realizamos nosotros. De esta forma
también damos la seguridad a los padres de chicos discapacitados de que siempre
tendrán un lugar para el ocio”, asegura la directora de la asociación ‘Juntos
para jugar’, Ana Palacios. “La discapacidad es un ámbito que exige mucha especialización.
Ahora eso empieza a ser un problema porque la falta de recursos hace más
difícil mantener a profesionales. Por este motivo cada vez son más las entidades
que utilizan voluntarios que, aunque no son especializados, ayudan al profesional
a poder desarrollar su trabajo con mayor seguridad”, informa Palacios.
Las Comunidades están
ayudando a que cada vez se tenga más confianza en el papel que pueden
desarrollar los voluntarios. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, existe una
Escuela de Voluntariado organizada por el Ayuntamiento de la capital que
facilita formación especializada dependiendo del ámbito en el que la persona
quiera desarrollar su participación. “La finalidad que se busca con esta
entidad es promover un voluntariado dinamizador y responsable. Pero actúa,
además, como punto de encuentro de todas las personas interesadas en los temas
sociales”, asegura la jefa de voluntariado de Madrid, Concepción Fernández.
“Esta escuela ayuda a asociaciones como ‘Juntos para Jugar’ a disponer de
personas que aunque no son profesionales, adquieren unos conocimientos mínimos
sobre las actividades que van a desarrollar, algo que a ellos les aporta
seguridad y a nosotros confianza”, destaca Ana Palacios.
Según datos del
Observatorio Estatal de Discapacidad el 52,3% de las entidades pronostican un
incremento en su número de voluntarios en los próximos tres años y las
perspectivas parecen consolidar ese crecimiento continuo y duradero del
voluntariado.
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