El
paro ahoga cada día más a las familias españolas y ya hay más de un millón de
hogares en los que todos sus miembros están desempleados. Los comedores
sociales cada día están más presentes entre la clase media.
“La crisis está haciendo estragos en la sociedad hasta tal punto que se
puede decir que hay una nueva clase social conocida como los nuevos pobres”,
comenta Inés Merino, responsable del centro.
Foto: Miguel del Río Ballesteros |
En Madrid hay registrados quince comedores sociales que dan al año cerca de dos millones de comidas
“mi situación es desesperante, no sé qué hacer, lo único que quiero es
trabajar”, comenta Roberto G.R., una de la personas que están haciendo cola
para recibir un plato de comida caliente.
“De hace unos años para acá no dejan de aumentar los casos como el de
Roberto” comenta una de las voluntarias que sirve comida en la Ronda de
Segovia, Sandra Hernández Alcaine. ”Este centro lleva muchos aquí, yo me paso
todos los días después de trabajar. Antes venían en su mayoría indigentes,
ahora hay padres de familia que vienen a por comida todos los días”, afirma
esta voluntaria.
En este caso las Misioneras dela Caridad son las encargadas del centro. Antes de comer
deben pasar por el Paseo de la Ermita del Santo, donde se les entrega un ticket para que les den
la comida. “En este centro no ponemos
ningún requisito, pero los públicos suelen pedir que se rellene una ficha y la
autorización por parte del trabajador social del centro, la demanda ha
aumentado bastante en estos años, nosotras damos de comer en su mayoría a
inmigrantes y pobres, pero ahora también viene gente que tiene familia y casa
pero no tienen dinero para comer porque tienen que pagar la hipoteca”, comenta
la responsable y trabajadora social de la organización Inés Merino.
“Trabajaba en la construcción, en el 2008 cuando empezó la crisis me quedé
sin trabajo, tengo un hijo de cuatro años, y una hipoteca. No tenemos para
comer porque el sueldo de mi mujer es para pagar al banco”, dice Juan. Son los
casos que más se repiten entre la clase media.
“Este año no han salido cifras relativas al 2011, pero el aumento en las
visitas ha sido considerable”, afirma Inés. El centro se mantiene por la
subvención del Ayuntamiento y las aportaciones individuales, que no han
descendido.
En cuanto al funcionamiento la labor de los voluntarios es fundamental en
esta misión, en su mayoría mujeres de unos 50 años que no trabajan y hacen
comida en las grandes ollas con las que salen unas 200 raciones.
Caritas es otra de las entidades que ofrece este tipo de colaboración y el
aumento en las visitas queda reflejado en el informe publicado por la entidad
el pasado mes de julio. En la red de servicios sociales, las atenciones desde
el año 2007 casi se han duplicado llegando a 950.000 visitas en el año 2010. “La
crisis ha hecho que las familias se queden sin recursos y acudan a nosotros en
busca de ayuda y suponen el 74 por ciento de la atención prestada”, afirma
Marisa Salazar, coordinadora de información y comunicación institucional de
Caritas.
Los recortes de la administración también se reflejan en las instalaciones
de la entidad que han visto un aumento considerable de personas que vienen de
centros públicos donde los servicios sociales tardan un mes en atender los
diferentes casos. “Claro que notamos el recorte en los servicios públicos, pero
nosotros no pretendemos sustituirlos sino colaborar con ellos”, afirma Marisa
desde la entidad.
“Hay que recordar al sector público la labor de responsabilidad ante los
ciudadanos y en la situación actual no hay que descuidar los servicios
sociales, porque la realidad se palpa cada día en las familias”, comenta
Salazar.
La pérdida de empleo es la principal
razón del aumento de familias en situación límite, la crisis inmobiliaria acaba
afectando a todos los sectores que ven como las previsiones de los organismos
internacionales y la precariedad laboral hacen que la desconfianza estanque el
consumo y sea cada vez más difícil salir de la crisis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario