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La crisis lleva a los activos refugio a sus máximos históricos


Bolsa de Valores de Madrid Foto: Jaqueline D'Hipólito
Todos sabemos que estos momentos que estamos viviendo no son nada seguros. La incertidumbre flota en el aire. En épocas de inseguridad como las de ahora es imposible creer que en los mercados hay algo seguro para invertir.
Desde hace 4 años, cuando esta crisis empezó, los inversores vienen mostrando su tendencia a invertir en los llamados activos refugio. Estos, se presentan como una serie de productos que el mercado considera muy seguros, a saber: el oro, el franco suizo, el dólar, el bund alemán (la deuda alemana) y las letras del tesoro estadounidense. El profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos, Luis Pires, nos explica que los activos refugio también pueden ser la plata, los diamantes, y otras divisas como el Yen.


La tendencia a invertir en estos activos proviene de los momentos de incertidumbre (como los actuales) en los que el mercado invierte en estos activos porque considera que son más seguros.Un ejemplo es el oro. Su inversión aumentaba día a día, ya que existe una creencia que este producto es un activo seguro. Ocurre que esté aumentó repentina y exageradamente.
El director de análisis David González. Foto: Jaqueline D'Hipólito

            El director de análisis de la Dracon Partners EAFI, David González, explica que este fue un fenómeno de mini burbuja en la que entró el oro y que fue pinchada. Pero, es imposible, según David, predecir cómo funcionan los mercados y, por ende, si el oro podrá entrar en una burbuja o no.
            Además de esto, David añade que el oro no solo es un activo refugio sino también una materia prima y un depósito de valor. “El problema del oro es que tiene un papel dual: por un lado, se considera activo refugio, quizá más por un tema psicológico. Históricamente venimos de un sistema en que el valor que se mira como referencia para el resto de las monedas es el oro. . Con lo cual siempre está ese remanente psicológico de fondo por el cual pensamos que el último activo que mantendrá el valor, o que tiene valor real, es el oro.  Esto por un lado, actuando como activo refugio y depósito de valor. Por otro lado, el oro es una materia prima, con usos industriales y de joyería que son básicamente los dos usos reales que puede tener. En los últimos años hemos visto cómo el oro también se ha incorporado como un activo más financiero. Con lo cual está sujeto al movimiento y la especulación. Lo que hemos visto, por ejemplo, desde finales de junio hasta mitad de agosto, ha sido al oro actuando en su papel de activo refugio: esa visión psicológica que tiene la gente de que si las cosas se ponen mal, si hay dudas y no te fías de la situación, si no te fías del propio sistema financiero, entonces te vas a refugiar en el oro”.
            El fenómeno “mini-burbuja”, según el propio González, se dio por excesos del mercado, que de una forma o de otra se dio cuenta de lo que pasó, es decir, de su subida repentina, y por esto la mini-burbuja se pinchó.
En estos momentos se empieza a cuestionar si realmente el oro es o no un activo refugio. Pero, tal y como González afirma, no es tan sencillo. “Los mercados, la tranquilidad o la diferencia de horizontes entre los inversores y la prisa que muchos de ellos tienen por cubrirse, llevan a situaciones exageradas. El oro, posiblemente, como activo refugio y que además iba subiendo con fuerza, ha perdido cada vez más flujos de inversiones que veían no solo cómo se refugiaban ante una situación de incertidumbre, sino que cubriéndose en este activo en vez de meterse en deuda, obtendrían una rentabilidad mayor. Y, evidentemente, ahí se juntan los dos factores: al ser un activo financiero más que sirve como cobertura ante una situación compleja, ha habido un exceso de entrada de dinero y ha hecho que los inversores hayan reflexionado y digan: ‘Estos no son niveles razonables’. ¿Es normal que suba en un mes y medio o en dos meses un 20%?”
Otro activo que estaba también alzándose en este mismo camino en el mercado fue el franco suizo. Su moneda se venía revalorizando cada día y el gobierno suizo estableció un tipo de cambio fijo para el franco ya que se estaba apreciando demasiado. Es decir, que Suiza tenga una moneda que se aprecie demasiado acaba no siendo un buen negocio para el país. Cuanto más se revalorizaba la moneda, más barato era importar los productos que producirlos en el propio del país, por lo que la producción interna veía cómo bajaban sus ventas. González nos explica que llegó un momento en que la gente que vivía en la frontera con otros países europeos acababan cruzándola para comprar alimentos en el otro lado.
Fijar un tipo de cambio fue la solución que el gobierno suizo encontró para mantener su mercado interno y estabilizar un poco la situación y también frenar el flujo especulativo hacia el franco.
Al contrario de lo que sucede con el oro, cuyo su precio está regido por las leyes de la oferta y de la demanda en un mercado libre, el franco suizo ha sido intervenido por el estado suizo, como forma de atajar los problemas que se estaban generando en su economía. ¿Lo mejor para invertir ahora? Como el propio profesor Pires dijo: “El tiempo lo dirá”. 

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