Las labores de las distintas asociaciones y protectoras animales se encuentran saturadas por la elevada cifra del número de abandonos de perros y gatos que se producen en España cada año, según los datos publicados por la Fundación Affinity. Esto se complica ante la poca implicación por parte de los ayuntamientos. Fundación ALBA es una de los muchos albergues que luchan por la protección de estos animales.
La Fundación Affinitty, una entidad privada sin ánimo de lucro cuya función es, en palabras de la propia organización, luchar por “los derechos y la plena integración en la sociedad de los animales de compañía, así como en la coexistencia armoniosa entre ellos y los seres humanos”, publica cada año desde 1988 el "Estudio Fundación Affinity sobre el Abandono de Animales de Compañía", en donde revela los datos sobre el abandono de perros y gatos en España. En julio de este año, fueron publicados los datos del año 2010, que descubrieron un total de 109.074 perros y 35.983 gatos abandonados.
Sin embargo, estas cifras no reflejan la realidad según lo que explica el vicepresidente de la Fundación ALBA, José Antonio Suárez, una de las muchas protectoras de animales, pues según él: “Fundación Affinity solo cuenta los animales que ingresan en las protectoras o que recogen los ayuntamientos, pero de todo lo que hay recogemos muy poco porque los perros y los gatos que hay por los campos, por ejemplo, no se cuentan” “si se abriera una nueva protectora la cifra aumentaría”.
La Fundación ALBA (Asociación para la Liberación y el Bienestar Animal) es una ONG fundada en 1998 que se encarga de luchar contra el abandono animal y que ofrece programas de adopción y acogida de animales. Desde este punto, el estudio de Affinity asegura que ha habido un aumento del número de adopciones, ya que el año pasado el 45% de los perros fueron adoptados. Según ALBA, uno de los factores que pueden provocar esto es el aumento de la publicidad en cuanto a la adopción. Así, Jose Antonio Suárez asegura que “ha aumentado la de perros pequeños, que apenas duran una semana desde que se ponen en adopción, y la de los gatos, pues es una buena opción para la vida atropellada que vive la gente hoy en día”.
A la hora de adoptar a través de esta Fundación, es necesario superar una serie de pruebas para valorar la adecuación al programa. La gente que desee adoptar debe asistir a una entrevista y cumplir una serie de condiciones como puede ser la edad, el tiempo disponible o la situación familiar. Según José Antonio, esto a veces puede resultar un problema porque “lo ideal es profundizar en la entrevista, que contiene todos los puntos que pueden evitar una adopción, pero hay gente que se lo toma mal porque cree que es incidir en su vida privada”. Aún así, es necesario valorar si el perro encaja con cada familia y, además, desde la Fundación ALBA se ofrece un curso gratuito de adaptación para los adoptantes.
A pesar del número de adopciones, las cifras de perros sin hogar siguen siendo alarmantes. Entre las causas más relevantes, según el estudio de Affinity, están los factores económicos, algo que ha aumentado respecto a años anteriores, pues en 2009 la tasa era de 8,9% y en 2010 creció hasta el 13,2%. El problema principal, es que las asociaciones están al límite de su capacidad. La Fundación ALBA, por ejemplo, recoge un total de 1200 animales al año, superando incluso dicho límite. Ante esto, la solución alternativa es llevarlos a los ayuntamientos, aunque según José Antonio, “en el Ayuntamiento, según van entrando, los van sacrificando”.
"Looking for something to eat". Autor anónimo. Fuente: Flickr
El problema se complica aún más en términos económicos. La Fundación ALBA se sustenta a partir de las aportaciones de los socios que van de los 6 a los 20 euros al año. Además, hasta hace poco existían subvenciones finalistas, es decir, sí una protectora necesitaba algo concreto, la subvención cubría parte del gasto. Sin embargo, tal y como cuenta José Antonio, “este año no han salido subvenciones”. De hecho, la orden sí ha sido publicada pero la partida aplicada es de 0 euros. “Me imagino que estarán obligados por ley a publicarla, si no es que es ilógico”, afirma José Antonio. Además, según confirma, el Ayuntamiento no les paga, pues les debe al menos 4 años.
Desde ALBA critican también la función de los ayuntamientos, pues según ellos se aprovechan de las asociaciones porque sacan adelante “un trabajo que ellos no pueden asumir”. Además, José Antonio afirma que no quieren hacer nada y que aunque en el caso de Madrid sí que afirman realizar una labor de adopción, cuando les preguntas solo afirman tener “una colonia de adopción en a lo mejor 10 años”. Eva Coy, quien es socia y colaboradora de la Fundación ALBA desde hace 12 años, afirma que “el Ayuntamiento no debería permitir animales abandonados, pero el problema es que todo el mundo cría y no hay un control de la población animal”.
Los problemas no acaban aquí. Al parecer, el Ayuntamiento de Madrid ha lanzado una normativa por la cual queda prohibido a efectos de ser multado el alimentar a los animales callejeros. La opinión de ALBA al respecto es clara. José Antonio denuncia que “creen que es una manera de reducir los animales abandonados y lo único que hacen es que haya animales abandonados y hambrientos, que busquen la comida en las casas, las alcantarillas o los cubos de basura”. Eva, por su parte, corrobora las palabras de José Antonio, y reclama que “si el Ayuntamiento hace eso, que ponga otro tipo de medidas”.
"Cuando lo abandonas". Autor desconocido. Fuente: Flickr
Por su parte, esta asociación junto con otras que forman parte del Consejo de Protección Animal de Madrid, han conseguido introducir ciertos cambios en la reciente modificación de la ley vigente desde 1990 de protección de animales domésticos. Entre estos cambios destacan la subida de las cifras de multas por faltas como no poner microchip al animal (que ha pasado de falta leve a grave con multas de mínimo 6000€) y por abandono de animal, que será castigado con penas de 6000 a 15000 euros. Además, a partir de ahora, queda prohibida la exhibición de animales en tiendas, pues, según José Antonio, “es una forma compulsiva de adquirir un animal”.
Eva Coy define esta situación como espantosa, pues, según su experiencia en varias asociaciones, “ves llegar camadas y camadas de perros y es un sinvivir, ves mucha barbaridad en los humanos”. Mientras tanto, las distintas protectoras siguen realizando actividades en pro de la protección animal, como son las maratones anuales de castración de gatos que realiza la Fundación ALBA. En ellas, se recogen hasta 800 gatos callejeros a los que se esteriliza, se les marca y se les vuelve a dejar en la colonia. Según Eva, es “un control de la población de gatos que debería hacer el Ayuntamiento”.
Para llevar a cabo este necesario control, una de las prioridades de la Fundación es la esterilización, para acabar así con las colonias descontroladas que son las que causan problemas. Es más, Eva afirma que actualmente es la cirugía que más se practica en el centro, pues, además, no se entrega ningún animal sin esterilizar. Ante esto, José Antonio Suárez denuncia que los ayuntamientos gastan el mismo dinero en cargar camiones y sacrificar perros y gatos callejeros, que lo que gastan en la Fundación en esterilizarlos y dejarlos de nuevo en las calles.
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