Madrid, 31 de octubre de 2011.- La Constitución Española de 1978 reconoce en su Artículo
20 el derecho a expresar y difundir los pensamientos, ideas y opiniones de una
manera libre y mediante cualquier medio de reproducción. Sin embargo, en la
práctica puede resultar más complicado aplicar este derecho ya que, a pesar de
que su ejercicio no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa,
sí es posible que colisione con otros como, por ejemplo, el derecho al honor, a
la intimidad o a la propia imagen, reconocidos en el Artículo 18 .
Es la propia Ley la que limita el uso de la
información para garantizar ese honor e intimidad personal y familiar de los
ciudadanos.
Rapero Pablo Hasél, detenido por enaltecimiento del terrorismo// Publicado en Nikonecons |
Asimismo, dentro del mundo del hip hop ha habido
casos polémicos como el ocurrido el pasado 4 de octubre con la detención del
rapero Pablo Hasél por supuesta apología al terrorismo. Este acontecimiento
acaparó la atención de multitud de medios de comunicación y consiguió movilizar
a cerca de 6.500 personas que, a través de firmas recogidas por la Plataforma
Actuable, exigían la puesta en libertad del artista.
Un profesional del Derecho perteneciente al Colegio de
Abogados de Madrid, César Denche, declara que la
libertad de expresión y de imprenta son unos de los derechos fundamentales de
todo Estado Democrático y de Derecho. No obstante, explica que existen unos
límites recogidos en la Ley Orgánica 1/1982,
de 5 de mayo, de Protección Civil del Derecho al Honor, a la Intimidad Personal
y Familiar y a la Propia Imagen; como por ejemplo, puede seguir el ‘principio
de daño’, es decir, el causar daños a terceros.
Por otra parte, Denche añade
que “los procedimientos judiciales en España suelen ser muy largos y, hasta que llegan al Tribunal Supremo, el
damnificado sufre un calvario hasta que se produce la sentencia”. No obstante,
las indemnizaciones obtenidas tienden a ser “ridículas”; no suelen compensar el
daño producido a la imagen u honor de la persona y, sin olvidar, que se
incrementa en una sociedad informatizada. De esta manera, no se garantiza que el
honor o la imagen de esa persona se reparen porque el daño moral ya ha sido
causado.
De cualquier forma, la
denuncia se interpone a “instancia de parte siempre mediante querella
–denuncia-, porque es un ilícito -delito- que nunca se persigue de oficio y, en
el caso de retirarse la denuncia no se
continuará con el proceso por más que el tribunal considere que hay indicios de
delitos, cosa que no ocurre así con el resto de los tipos penales”, afirma.
Al otro lado, el grupo madrileño de Rap & Reggae-Dancehall, Máxima Expresión,
nace en las calles de Villaverde para aportar, a través de sus canciones, una
mirada crítica a la gente para que reaccione ante las injusticias sociales que
ocurren día tras día. Uno de los MC del grupo, José Luis García Sánchez declara
que consideran la detención de Hasél como “una amenazante burla del sistema,
una nueva agresión a la libertad, una nueva demostración de una inminente
carencia de principios, moral y legitimidad”. “Todos los días nos
encontramos con desvergüenzas y abusos y no reaccionamos; nos mantenemos ajenos
y callados ante verdaderas burlas de los poderosos. Estamos aborregados”,
explica.
El hip hop siempre ha sido una cultura muy polémica de cara al mundo político y de la sociedad en sí. García asegura que este es el motivo por el que ha sufrido siempre “una mirada por encima del hombro y una censura plena por parte de titiriteros sociales”. “Actualmente, un rap muy desvirtuado triunfa sin polémicas a toda costa y se disfraza de valores con un fondo reaccionario y comercial, mientras otro rap asentado en las bases insurrectas, callejeras o combativas sufre la censura por hablar claro: no van a censurar a un MC por hablar de sexo, pero sí pueden hacerlo por hablar de política”. “Nosotros creemos que la música con mensaje es una solución a esto; personas como Hasel o recordando a ‘Soziedad Alkoholika’ -también acusados de manera similar-, son solución a esto. Sin embargo, han tenido que vérselas con la mal llamada justicia”, concluye.
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