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La manipulación digital en el fotoperiodismo

En el mes de junio, algunos medios acusaron al periódico La Razón de manipular la fotografía de su portada. A finales de agosto, El Mundo publicó una foto que suscitó polémica por el encuadre realizado desde el periódico de Pedro J. Ramírez. En 2010, el premio de deportes del World Press Photo fue revocado por alteración de la imagen, después de que el autor eliminase un pequeño elemento en la imagen. Ese mismo año, la XIII edición del Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña, que anualmente convoca Médicos del Mundo, retiró el premio que había otorgado a la foto Afganistán, de Francesco Cocco, por manipulación digital. Hoy en día, el retoque está al alcance de cualquiera y, en los medios, no dudan en usarlo.

La llegada de la fotografía digital hace algunos años ha traído consigo los programas de retoque digital, donde las imágenes tomadas pueden ser modificadas o manipuladas. Dentro del mundo del fotoperiodismo, el retoque está aceptado de forma parcial. El fotógrafo Gustavo Rocha cree que la polémica por la imagen de La Razón fue un “malentendido” y considera que “se debe tolerar la modificación de las fotos siempre y cuando no se altere el contenido de ellas”. Rocha prefiere no entrar a opinar sobre la portada de El Mundo porque lo considera un tema “político”.

Según el fotógrafo Monolo Toledo, “el retoque digital es una parte más de la fotografía”, pero cree que “hay dos tipos de retoques: los que alteran la realidad y los que no”. Según Rocha, “carece de valor publicar o presentar fotografías cuando se incluyan o eliminen elementos”, mientras que considera el uso del Photoshop como una “herramienta” con la que se puede “fomentar las tomas”. Por su parte, Toledo declara que el uso de los programas como el Photoshop son un “problema cuando se altera la realidad, la imagen en sí”, por lo que considera “inaceptable en el fotoperiodismo”, mientras que justifica su uso para fotografía artística.

En el concurso anual con más prestigio a nivel mundial, el World Press Photo, las bases apelan claramente a la autenticidad de las fotografías: “el contenido de la imagen no se debe alterar. Sólo se permiten retoques conforme a los estándares aceptados actualmente en el sector. El jurado es el árbitro final de estos estándares y, a su criterio, puede solicitar el archivo original sin retoques, tal como fue registrado por la cámara, o una copia escaneada sin tratar negativo o la diapositiva.”

Por otra parte, el jurado del premio Luis Valtueña dice en sus bases que “la estructura original de la imagen digital podrá solo ser alterada mediante las técnicas de cuarto oscuro tales como ajustes de la luminosidad, del contraste y del color, sobreexposición y subexposición. No estará permitido ningún otro cambio en la imagen digital original.” Sin embargo, el China International Press Photo Contest de 2010 en la categoría de “noticias de guerras y desastres” premia la imagende Francesco Cocca, revocada por el Premio Internacional Luis Valtueña. En el caso de la fotografía de Cocco, Toledo apoya la decisión del jurado porque considera que las “normas están para cumplirlas”, mientras que Rocha no “entiende como se le dio el premio en un primer momento”. Además, Toledo teme que “la trampa termine convirtiendo una parte del proceso fotográfico actual en algo mal visto en cualquier concurso de fotografía.” Queda claro que más allá de las diferentes opiniones y posturas acerca del retoque digital, se seguirá haciendo para mejorar la calidad de las fotografías. La cuestión está en no alterar el contenido de las imágenes porque, al fin y al cabo, alguien se dará cuenta.

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