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Los indignados continúan su batalla contra los desahucios


El número de desahucios en España ha crecido significativamente en los últimos años. Según los datos del Consejo General del Poder Judicial, se producen 150 desahucios en España al día. Por otro lado, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) afirma en su página Web que 15.491 personas han sido expulsadas de sus casas por la incapacidad de pago. Lo alarmante de esta información es que solamente se trata de datos del primer trimestre del 2011. Durante la última semana, este movimiento social ha paralizado 6 desahucios y mañana luchará por el séptimo en Barcelona. La cuestión es, ¿cómo un grupo de personas es capaz de detener tantos desahucios? La respuesta está en las redes sociales y la gran movilización de esta plataforma junto con otros indignados.


24-J Manifestación de las marchas indignadas. // gaelx
Según la página Web de la PAH, entre 2007 y 2011 se producirán cerca de 500.000 ejecuciones hipotecarias. Desde su creación en 2009 en Barcelona, han paralizado 80, según sus datos. Cabe destacar la gran capacidad de este grupo para movilizar a tanta gente. En el inicio de su Web tienen ordenadas por fecha y hora las próximas convocatorias para paralizar los desahucios. Aunque la mayoría se realizan en Cataluña, también se detienen otras ciudades como Madrid, Murcia, Santander… La coordinación de estos activistas es impecable: se forman diferentes grupos para ir al lugar en coche o se indica, en los mensajes de información, la estación de metro más cercana, o de otro medio de transporte. Así, no es de sospechar cómo pueden llegar casi al centenar de personas en cada convocatoria.

Ahora bien, ¿qué pasa después de paralizar un desahucio? Antonio Rodríguez, abogado desde hace más de 20 años y profesor asociado de derecho civil en la URJC en Madrid, explica que “si los ‘indignados’ impiden el desahucio, obviamente están torciendo el pulso a la ley y al poder judicial, sin perjuicio de que muchas de estas situaciones son dramáticas para la pobre familia desahuciada”. Además añade que, sin embargo, “la ley es la ley y está para cumplirse” y, sea o no injusto expulsar a la gente de sus viviendas, “son las Cortes, en definitiva, los políticos, los que deben cambiarlas”. Estas leyes son la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil. Por un lado, están las leyes con sus respectivos procedimientos, pero quien ordena llevarlas a cabo son, finalmente, los bancos.

El ex-director de una sucursal de Poio (Pontevedra) de Caixanova durante 20 años, Fernando García, indica que “el banco puede reclamar el desahucio a partir del 3º pago no realizado” pero “todos los trámites suele ser bastante lentos”. El proceso es el siguiente: si quien compra el piso no puede pagarlo, el banco establece un juicio hipotecario, obteniendo una sentencia por la cual se adjudica el piso en pago del dinero prestado. El principal conflicto nace cuando “el valor del piso no llega a cubrir la deuda total, sobre todo en este momento en el cual los precios de las viviendas han bajado bastante”. Por lo tanto, “el cliente seguiría manteniendo la deuda con el banco por la diferencia”. Así, al adjudicarse el piso ya no es la persona su dueña, sino el banco, que puede hacer con él lo que quiera: intentar venderlo o alquilarlo. Para ello, tiene que echar de la casa al anterior dueño. Antonio Rodríguez indica que para que el desahucio se realice correctamente “tiene que ser en presencia de la policía y de un funcionario del juzgado, así como con la colaboración de un cerrajero”.

En definitiva, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca paraliza cada vez más desahucios, pero no por ello los bancos dejan de perseguir a sus clientes. Solamente se trata de retrasar una muerte anunciada, un problema que se está convirtiendo en algo habitual. Mañana, en Barcelona, se intentará desahuciar a una familia por segunda vez, mientras los indignados esperan que no sea la última. 

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