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Obesidad: un infierno que se supera

Las personas que tienen más confianza en sí mismas tienen más probabilidades de salir del paso

Todo el mundo conoce las repercusiones de la obesidad a nivel de salud, pero nadie sabe realmente hasta que punto afecta al día a día de aquellas personas que la sufren a escala social. Llegan a anular como personas a aquellas que la padecen e incluso puede provoca el aislamiento casi total.

La obesidad no es una patología que aparezca sólo por comer mucho y moverse poco, aunque sea la principal razón. Hay otros factores que pueden acarrear la aparición de la misma, entre ellas destacan la constitución genética, en cuanto que se suelen coger los hábitos de los padres y tienen más predisposición a ser obesos aquellos cuyos padres padecen de sobrepeso.

La obesidad puede aparecer también como derivación de otras enfermedades, bien sean físicas o mentales, que aumentan el riesgo a quien las padece de poder coger unos ‘kilitos’ de más. Las más frecuentes son el hipotiroidismo o la deficiencia en la hormona del crecimiento.

Fotografía extraída de solidaridadymedios.org
Existiendo los avances que hay en el campo, y sobre todo el cambio de cultura que se está viviendo en la sociedad, Ricardo Pacheco, que se encuentra en proceso de superar la enfermedad, cuenta que no entiende como “puede seguir habiendo tanta discriminación en contra de ellos”. Habla de cómo su vida ha sido un infierno desde bien pequeño, pues “es en esa época en la que la gente es más cruel”, dice Ricardo. Además, según un estudio de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), la obesidad infantil está muy relacionada con el acoso escolar. Pero no es la única conclusión que se extrae del estudio, pues afirma que aquellas personas que tienen un nivel educativo más bajo y que viven en situaciones más desfavorecidas corren más riesgo de terminar con exceso de peso.

La psicóloga y orientadora que participa en la página web TodoEnSobrepesoyObesidad.org, Andrea Martínez, habla al respecto de la obesidad infantil, que cada año aumenta de manera asombrosa, y dice que no comprende como en España puede haber un índice de obesidad del 45,2 % en niños que apenas rozan los 10 años cuando precisamente  “España es el país que posee una de las mejores dietas del mundo: la mediterránea”.  A este respecto, en la última Jornada sobre Obesidad y Factores de Riesgo Cardiovascular, se reveló que España se encuentra cuarta en el ‘ranking’ de los países que forman la Unión Europea.

Pero el acoso en el colegio tan sólo es la primera parte de todo un infierno. Ricardo, que ya pasó por este proceso, relata que “tan mala es la niñez como la madurez”. Dando un pequeño paseo por su memoria recuerda como pasó de “ser el centro de las burlas de todos sus compañeros a ser prácticamente invisible”. A la hora de encontrar trabajo, la tarea se hace casi imposible, “nadie quiere contratar a un gordo”, afirma. Es cierto que hoy en días las empresas quieren personas que den una buena imagen, ya que se presupone que esa es la impresión que se va a llevar el cliente de la compañía. Los conocimientos y las habilidades que se puedan poseer pasan a un segundo plano, “deja de importar quien eres, se fijan más en cómo eres”, contesta de manera rotunda.
Fotografía extraída de enfermedadesenjovenes.blogspot.com

Con la postura de rechazo que la sociedad ejerce sobre estas personas, lo único que se consigue es que lleguen a un estado de aislamiento en el que la única vía de escape es la comida, lo que hace que todo se vuelva un círculo vicioso. “Vivimos en una realidad, la que se muestra en televisión, repleta de personas con cuerpos de escándalo y caras preciosas”, pero nadie cuenta con que existe otro tipo de cánon que no llega a ese nivel y por ello es apartado de la sociedad.

Aunque parezca broma “yo tenía que pagar más dinero para poder subirme a un avión, pues ocupaba dos plazas enteras para mí”, dice Ricardo. Esta es una situación de la que nadie es consciente, y ante las trabas que se presentan en el camino lo mejor es poner buena cara. Con el paso del tiempo “he aprendido a que tengo que aceptarme como soy, mientras sea feliz conmigo mismo lo que piensen los demás me da igual”, “creer en uno mismo es la mejor receta para poder sobrevivir en un mundo de modelos”, afirma.

Nadie debe decidir que está bien o que está mal, o que es lo normal y lo anormal. En el mundo debe existir de todo, pues si cada uno fuese igual a su vecino la vida sería aburrida, monótona. Como siempre se ha dicho ‘en la variedad está el gusto’ y gracias a que hay gente que se sale de la norma establecida, el mundo parece un poco mas humano.




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