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El camino de la autoproducción musical de la mano de Canteca de Macao, Carpophonica e Hyperpotamus

Las casas de discos venden menos, obtienen menos ingresos y en consecuencia producen a menos artistas. Sin embargo, el consumo de música sigue en aumento. Cada día surgen nuevos grupos, nuevas canciones son compartidas en la web y nuevos festivales se ofertan. Entonces, ¿de dónde proviene esta afluencia musical? Muchos músicos optan por la autoproducción para poder llegar al gran público.

Un camino alternativo

La noticia de que Canteca de Macao abandonaba Warner Music salió en los principales medios de comunicación. Después de haber grabado dos discos con la discográfica y licenciado otro, la banda madrileña se iniciaba, tras más de ocho años en la profesión, en el mundo de la autoproducción.

Carpophonica sin embargo no tuvo elección. Ninguna discográfica se había interesado por ellos.  A pesar de las negativas que Patricia, Pablo, Alex y Charlie recibían en las puertas de las casas de discos, el grupo decidió que ya estaba listo para subir un escalón y publicar su primer disco.

Jorge, fundador y único miembro de Hyperpotamus,  estuvo fichado por Junk Records, la discográfica dirigida por Juan Canut. Para él  fue una decepción tras otra. No cumplían su palabra, no cuidaban a los artistas y se quedaron con su dinero. Entonces decidió encargarse él mismo de su música y preparó una habitación insonorizada en su casa dedicada exclusivamente a grabar. Un ordenador, un teclado MIDI, dos altavoces, un par de micros y un par de guitarras era todo lo que necesitaba Hyperpotamus para hacerse oír.

 Formas de obtener financiación

El caso de Canteca de Macao no es el único, y cada vez más dicen adiós a las casas de discos. Mick Jagger, Alanis Morrisette, LennyKravitz, Jimmy Page, Loquillo y Extremoduro, entre otros, han invertido sus ahorros en un productora propia, una alternativa independiente a las empresas discográficas. Pero, ¿y si esos ahorros no se tienen? Canteca de Macao da un paso más allá con su proyecto ‘Lánzanos’, una idea basada en la microfinanciación colectiva o crowdfunding, en la que son los propios seguidores los que ayudan con sus aportaciones económicas a la producción musical del grupo.

La misma crisis de la industria musical que había cerrado las puertas a Carpophonica fue la que les guió por el camino de la autoproducción. Unos medios más asequibles que años atrás y un gigantesco desarrollo de las redes sociales permitieron al grupo crear ‘Teatro de Cristal’ y moverlo por la red. Además, iniciaron la campaña promocional ‘Pasa la música’ y, poco antes de que el disco saliera al mercado, dejaron su música en formato físico en lugares potencialmente accesibles al público joven como universidades o tiendas de ropa.

Los ingresos de Hyperpotamus provienen por un lado de la música que vende en Internet a través de iTunes, lo que cada dos trimestres le llega para pagar el alquiler de un mes de su residencia en Londres. Además, con lo que gana al año en la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y en la PerfomingRight Society (PRS) británica le basta para pagar dos o tres alquileres. Después de casi 4 años dando conciertos se puede permitir pedir una buena cantidad de dinero en su caché. Por una sola actuación le pagan lo que hace años cobraba en un mes.


Las características de la autogestión

Miguel Sánchez Maccas fue quien propuso a Canteca de Macao sacar el documental y el disco ‘Nunca es tarde’ con la ayuda de la financiación colectiva.  Les explicó que este tipo de mecenazgo permite al músico seguir lanzando música al mercado y a sus fans poder escucharles. Por supuesto, aquellos que colaboren con el proyecto tendrán sus privilegios, que van desde aparecer en la portada del disco y optar a la descarga digital antes de que esté en el mercado (por la aportación de 10 euros),  al derecho del cd y dvd de edición especial para aquellos que colaboren con 20 euros, hasta  la posibilidad de asistir a un concierto acústico para 40 personas con 40 cds y 40 documentales y de disfrutar de entradas VIP a los conciertos de presentación y de visitas al estudio de grabación, todo ello por aportaciones superiores a 2000 euros.

Lo que empezó como una especie de “hobbie caro” que llevaba a los músicos de Carpophonica a invertir gran parte de sus ingresos, cual viajero insaciable o cual apasionado de la fotografía, se convirtió en la mayor de sus prioridades.  Los cinco tenían sus respectivos trabajos pero lograban adecuarse para poder dotar a su sueño de disciplina, compromiso y profesionalidad, requisitos claves si querían hacerlo realidad. El dinero que van recaudando lo reinvierten de nuevo en el grupo, y así, y ayudándose del apoyo económico de familiares y amigos, continúan su sendero independiente.

Jorge es a la vez jefe y trabajador de su negocio. Se encarga de las labores de secretario y elabora sus facturas, contacta con las salas, busca transportes y alojamientos para sus giras, negocia cachés y registra canciones; sí, esas que él mismo compone e interpreta. También recibe encargos publicitarios y cinematográficos, lo que le lleva a relegar a un segundo plano su labor como Hyperpotamus. A fin de cuentas,  esos trabajos extras le sirven también de ayuda en su autofinanciación. Ser independiente le supone un gran esfuerzo no solo en lo económico. A lo largo del día, Jorge apenas dispone de un par de horas para tocar el piano y hacer ejercicios vocales.


Sueños que van tomando forma

‘Lánzanos’ ya ha reunido el 45% de los 20.000 euros que pretende conseguir, y aún le quedan 23 días hasta el 26 de noviembre, fecha que pone fin al proceso de recaudación. Los nueve componentes de Canteca de Macao siempre han defendido la gratuitad de la música. Incluso durante su etapa con la multinacional Warner, el grupo colgaba la música en su página web al alcance de sus fans. Ahora, son estos mismos los que les demuestran su confianza colaborando económicamente.

Carpophonica actuaba el pasado 19 de octubre en el Callejón de Serrano en Madrid. El acceso era gratuito. En el concierto de presentación de ‘Jungla de Cristal’ del próximo 19 de noviembre la entrada costará solo cinco euros. De momento todo va despacio y ni siquiera han logrado entrar en los canales de distribución de iTunes y Spotify, lo cual consideran esencial para que les escuche todo el mundo. Son las dificultades de no ser "un grupo consagrado, para los que todo es mucho más mecánico”.

Jorge invirtió para ‘Delta’, su segundo disco, 1500 euros en un equipo de grabación, 800 euros en la mezcla del álbum,  300 euros en su masterización y 2300 euros en la fabricación de CDs y vinilos. Calcula que para recuperar gastos, tendrá que vender 300 Cds y 130 vinilos, que con la cantidad de conciertos que doy  ve posible lograr en uno o dos años. Jorge es consciente de que sacar disco da relevancia al músico, lo que se traduce en más conciertos. Es esta inversión circular la que hace posible la existencia de Hyperpotamus.

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