El geólogo, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y organizador de carreras como miembro del la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara (R.S.E.A. Peñalara), Javier Lillo Ramos, indica la importancia del medio en la práctica deportiva de las carreras por montaña.
Pregunta: A la hora de organizar una carrera de montaña, ¿qué grado de prioridad otorgan al impacto ambiental? ¿por qué?
Respuesta:
En una escala de uno a diez, un ocho. El problema es que aunque se
les da indicaciones a los corredores de que sean lo más respetuosos
posible con el entorno, algunas veces no es así. Para algunos de
ellos sorprendentemente prima más el aspecto deportivo de la prueba
que otros. Sin embargo para nosotros como organizadores es
fundamental el entorno, sin ese entorno no habría este tipo de
prueba, uno de nuestros objetivos es ponerlo al alcance de los
corredores, que puedan disfrutar de él, como un valor añadido al
aspecto deportivo. Por eso el causar el mínimo impacto posible.
P. ¿Qué impacto negativo puede tener una práctica como ésta en el medio natural?
R.
Fundamentalmente, arrojar basuras. En los trazados se evitan
áreas de especial protección como humedales. De nuevo, la falta de
respeto de algunos corredores que se salen de las sendas y caminos
por donde está el trazado marcado puede ocasionar impactos puntuales
como la erosión. Estos impactos pueden amplificarse en el caso de
una gran afluencia de corredores.
P. ¿Existe algún tipo de regulación o norma para la práctica de este deporte?
R.
Desde el punto de vista ambiental, nos sometemos a la regulación
o normativa existente en las zonas por donde discurre la carrera.
P. ¿Qué medidas toman los organizadores para reducir el impacto?
R.
Aparte de las recomendaciones a los corredores antes aludidas sobre
no salirse de caminos ni sendas, reducir lo máximo posible los
residuos y vertidos, tanto por parte de la organización como por
parte de los corredores. Por ejemplo, en el reglamento se advierte de
la posible descalificación en caso de que el corredor arroje
desperdicios o envoltorios, que deberá transportar hasta los lugares
habilitados para desprenderse de ellos. Los corredores deben llevar
su propio recipiente para el agua y avituallamiento líquido ya que
la organización no les facilitará vasos ni botellas. En el marcaje
por la organización, se intenta utilizar el máximo posible sistemas
de marcaje reutilizables. En cualquier caso, no se deja ningún
elemento, ni de marcaje, ni de señalización o con otra función,
una vez que la carrera finaliza. También se limita el número de
inscripciones, con el fin de minimizar los impactos comentados antes.
P. ¿Algunas de estas medidas suponen un esfuerzo económico extra no soportable para algunos organizadores?
R.
No. Sí supone más trabajo pero de hecho algunas de estas
medidas suponen un ahorro económico como el reciclado de marcas o el
envase propio del corredor.
P. ¿Es necesaria la cooperación de la administración local/regional para llevar a cabo estas labores?
R.
Es fundamental, sobre todo en lo concerniente a la recogida selectiva
de residuos o a la concesión de permisos y apoyo logístico en zonas
con alguna figura de protección ambiental.
P. Habitualmente, ¿se logra ese trabajo conjunto?
R.
Generalmente sí. Quizás falta algo más de coordinación y
comunicación.
P. Algunos organizadores de eventos en la naturaleza se quejan de la negación sistemática de permisos por parte de las administraciones relacionadas con medio ambiente, ¿han tenido problemas como estos al organizar sus carreras de montaña?
R.
No, en general las administraciones con las que hemos trabajado
(Madrid y Castilla-León) son muy accesibles y facilitan la
celebración de estos eventos, lógicamente con las reservas que
puedan imponer por la existencia de zonas de protección especial.
P. ¿Cómo es la comunicación con estos organismos?
R.
A nivel de club permanente, hay que tener en cuenta que también se
organizan otros eventos como marchas. Como organizadores de carreras,
puntual aunque fluida.
P. ¿Se da en los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales (P.O.R.N.) y Planes Rectores de Uso y Gestión (P.R.U.G.) de los espacios protegidos la relevancia suficiente al disfrute mediante actividades deportivas?
R.
Hay una gran variabilidad. En algunos de ellos sí, en otros hay
algunas prácticas que están limitadas, a veces de forma
incomprensible, por ejemplo, el circular con bicicleta de montaña
por pistas que son frecuentemente recorridas por todo terrenos.
P.
¿Puede una carrera de montaña mejorar el espacio en el que se
desarrolla o solo puede no empeorarlo?
R.
La mejora directa del entorno es difícil de que ocurra en el momento
que el hombre en cualquiera de sus actividades hace aparición ya que
por nuestra mera presencia estamos provocando una alteración en un
medio antes virgen. Pero si es bien cierto que podemos mejorarlo de
una manera indirecta, precisamente enseñando esos bellos parajes y
extendiendo al mismo tiempo esa cultura del máximo respeto a la
naturaleza de la cual disfrutamos.
P. ¿Existe una filosofía de respeto a la naturaleza en los deportes de montaña en general?
R.
En general, sí. Por lo menos en todos aquellos que conllevan un
esfuerzo físico en llegar o alcanzar sitios, parajes, cumbres,
paredes. Pero tristemente esta no es una verdad absoluta, ejemplo de
ello son las expediciones a las grandes cumbres y las toneladas de
basura que abandonan cada año.
P.
En este sentido, ¿es positivo que se popularicen estos deportes?
R.
Como decía antes es positivo en el sentido de que los organizadores
de eventos, salidas, expediciones, tenemos la oportunidad de hacer
más accesible estos parajes y de intentar transmitir esa cultura de
conservar lo que tenemos, pero como acabo de indicar, es negativo en
el sentido de que se está dando acceso a un gran número de
desaprensivos. Es una cuestión de proporciones, irrespetuosos los ha
habido siempre, el problema es que ahora hay más, por eso en la
medida de nuestra pequeña implicación en la organización de
carreras tenemos esa responsabilidad de transmitir y apoyar la
"cultura" del respeto por la montaña.
Patricia Martínez Gómez
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