Las
mujeres y niñas con discapacidad intelectual son más vulnerables a situaciones
de violencia de género, abusos sexuales, maltrato y explotación.
Son
víctimas perfectas: tienen dificultades de comunicación, dependen del cuidado
de otros y les falta conocimiento sobre sexualidad y relaciones personales.
Ante el testimonio de quien ha sido abusador, violador o maltratador, “lo que
digan las mujeres con discapacidad intelectual queda cuestionado”, asegura la
responsable del área de Calidad de Vida de la Federación de Organizaciones en favor de Personas con DiscapacidadIntelectual (FEAPS), Gisela Villaró.
Las mujeres y niñas con discapacidad intelectual son más vulnerables a la violencia de género. Foto: DocKen @Flickr.com |
El
hecho de que los recursos necesarios para atender a las mujeres víctimas de
violencia de género, como servicios de emergencia o pisos tutelados, no sean
accesibles es otra de las grandes barreras que se imponen y que lleva a muchas
mujeres con discapacidad a callar. Si a esto se suma que en comisarías y
hospitales no reciben el trato oportuno, directamente optan por quedarse en sus
casas y no denunciar. “Hay que trabajar para que los dispositivos que existen
para atender a toda víctima de violencia de género se adapten para dar
respuesta también a las mujeres con discapacidad intelectual. Deben tener el
mismo derecho”, reivindica Villaró.
Son
muchas las causas que hacen que las mujeres con discapacidad intelectual tengan
mayor riesgo de ser víctimas de violencia, además de la falta de información y
autoestima, los obstáculos para hacer uso de los recursos disponibles, la
dificultad para defenderse o el miedo a denunciar, “se trata de un problema del
que no hay estadísticas oficiales y que las diferentes administraciones hasta
el momento no han tenido en cuenta a la hora de desarrollar las políticas,
acciones y programas en materia de género y discapacidad”, asegura la
comisionada de género del Comité Español de Representantes de Personas conDiscapacidad (CERMI), Ana Peláez.
Desde
el movimiento asociativo de mujeres con discapacidad en España se está
solicitando desde sus inicios y sobre todo, desde la aparición de la Ley Orgánica1/2004, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, que “al
igual que sucede con otras mujeres como las inmigrantes, se introduzcan
indicadores referidos a las mujeres con discapacidad intelectual en los datos
recogidos por el Observatorio Nacional de la Violencia de Género”.
Desde Feaps informan que los únicos
datos oficiales que se conocen reflejan que más del 80% de las mujeres con
discapacidad ha sufrido violencia en algún momento de su vida y tienen un
riesgo de sufrir violencia sexual cuatro veces mayor que el resto de mujeres, “lo
cual agrava profundamente la situación de múltiple discriminación que sufre
este colectivo por el mero hecho de tener una discapacidad y de ser mujer”, informa la responsable del área de Calidad de Vida de
FEAPS.
Tanto FEAPS como el CERMI recuerdan que la Convención sobrelos Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU prohíbe cualquier forma
de violencia, explotación y abuso contra las mujeres y niñas con discapacidad.
Por ello, “deben revisarse todos los programas y estrategias dirigidos a la
eliminación y el abordaje de la violencia contra las mujeres y niñas, a fin de
asegurar que incluyen a las mujeres y niñas con discapacidad”, comisionada de
género del CERMI.
‘No me dañes’
En 2009, el movimiento asociativo
FEAPS puso en marcha un programa llamado ‘No me dañes’ cuyo objetivo principal
era que las mujeres con discapacidad intelectual contasen con más recursos para
identificar la violencia de género.
Este
programa que se creó para su aplicación durante un año sigue vigente en la
actualidad y sus dos prioridades fundamentales son: sensibilizar e informar. “Sensibilizar
para que las propias mujeres identifiquen cuando son víctimas de violencia y
para que familia, amigos y profesionales que trabajan con ellas sepan que eso
es un problema y que ese tipo de situaciones deben denunciarse”, informa Gisela
Villaró.
El servicio de
información y orientación de ‘No me dañes’ ofrece un espacio donde las propias mujeres, familiares y
profesionales puedan manifestar sus casos y así desde FEAPS puedan orientarles
hacia los mecanismos de denuncia adecuados.
“En
estos dos años podemos decir que hemos conseguido que se interiorice que la
violencia de género en las mujeres con discapacidad intelectual es un problema
que hay que abordar. ‘No me dañes’ ha conseguido levantar una mayor
sensibilidad social de las organizaciones, que han empezado a activarse y a
reconocer a las mujeres con discapacidad como mujeres, no sólo como personas
con discapacidad”, asegura Villaró.
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