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“Los músicos se dejan los cuernos en casa, en los conciertos deben ser elegantes”

ENTREVISTA: Jesús Sanjuán MÚSICO

Jesús Sanjuán. Mónica Demencía
Jesús Sanjuán nace en Jerez de la Frontera (Cádiz) el 9 de enero de 1981, aunque con un año su familia se traslada a Carabanchel Alto (Madrid), barrio que inspirará muchas de sus canciones. A los siete años comienza a recibir clases de piano y solfeo. Después aprende otros instrumentos y las técnicas de producción musical en casa de la mano de su padre. Estudia Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid y se especializa en música y sonido. Ha sido técnico y diseñador de sonido para Telemadrid, Televisión de Aragón, Plural Entertainent, Localia TV, y músico de vídeos comerciales y corporativos para diversas productoras.

Pregunta. Como autor, no has mostrado tu trabajo al gran público, ¿qué te lleva a hacerlo ahora?

Respuesta. Soy un músico que se ha ido formando en su casa, para su gente. Cuando era pequeño mi padre (editor infantil) montó un estudio de grabación en casa para hacer canciones infantiles y eso me ha permitido aprender a arreglar y producir música. No tengo experiencia ante el gran público, pero sí un bagaje cultural fuerte y he tocado en cientos de sitios pequeños del circuito madrileño (Rincón del Arte Nuevo, Libertad 8, Búho Real o Café Zanzíbar); también he tocado con diversas bandas en salas importantes como Gruta 77 o Caracol. Llevo muchos años haciendo canciones y creo que he escogido las mejores para este primer disco.

P. ¿Por qué has elegido estas canciones y no otras?

R. He elegido las que mejor funcionaban en los conciertos, son canciones divertidas, sinceras, en este caso vamos al grano, a estribillos que molan y son pegadizos.

P. ¿Cómo las definirías?

R. Son canciones de autor con banda, en español, que hablan sobre la vida, el amor o la juerga. Parece que hay conceptos difíciles porque uso el eco de un símbolo para expresar algo sencillo. Ícaro, por ejemplo, habla de la rabia de no haber intentado algo, de no quemarte las alas porque ni siquiera las has empleado. Es un trabajo poético del que me gustaría vivir, como hacían los trovadores. Me gustaría cambiar cómo vivimos: no hay tiempo para nada y eso me preocupa. Para vivir bien, hay que dedicar mucho tiempo al trabajo y no debería ser así. No quiero ser millonario ni famoso, pero sí poder vivir de esto.

P. En una de tus canciones dices “Hoy hago 25 palos”, ¿cómo te ves ahora que tienes 30?, ¿cómo te sientes cuando escuchas algo que escribiste hace años?

R. Con el tiempo, a veces dejas de estar en concordancia con algunas cosas que dices en las canciones, no pasa nada, tampoco ocurre con todas. Eso sí, cada vez creo que me vuelvo más fino a la hora de escoger palabras y melodías para expresar cosas. Ocurre igual con las grabaciones: la voz cambia, las producciones mejoran, y eso debe ser así.

P. ¿Tienes alguna rutina a la hora de escribir una canción?

R. Tengo distintas formas de empezar, suelo partir de un verso de trabajo o una idea que apunta a una dirección, el resto consiste en completar la canción con gusto sin irse demasiado de esa idea inicial, aunando texto y música en un ambiente o contexto concreto. Ahora escribo menos. Antes era súper emocionante, pero lo he superado. Es posible que haya escrito alrededor de 1000 canciones. Algunas está bien, otras no. Algunas han evolucionado en otras, o de dos canciones ha salido una nueva. Ahora procuro trabajar cuando encuentro una idea que merece la pena o si algo lleva un tiempo rondándome la cabeza.

P. ¿Cuáles han sido tus referencias musicales?, ¿eras de los que imitaba a  algún cantante?

R. (Sonríe) Claro, de pequeño hacía que tocaba la guitarra con una raqueta. No sé, he escuchado de todo. Mucho pop-rock de jovencito, cantautores, y todos los grandes. Beatles, Queen, Mike Oldfield, Héroes del Silencio, Chaikovski... Uf, mil cosas.

P. Entre grabar y tocar, ¿con qué te quedas?

R. No se puede elegir, son tareas imprescindibles. Estoy muy a gusto en mi casa, con mis aparatos, mis sonidos: es mi laboratorio de experimentación. Pero, por supuesto, me gusta tocar. El directo es como el día D y la hora H. Cuando una canción gusta y el público se sube se produce una magia que no se logra en tu estudio. Los músicos nos dejamos los cuernos en casa, trabajando, creando, para que luego en el directo se muestre lo mejor, lo más elegante.

P. ¿Algún concierto a la vista?

R. El objetivo ahora es encontrar un mánager que mueva el disco, que busque sitios para dar conciertos y conseguir promoción. Un disco requiere tiempo y energía, es difícil hacerlo todo a la vez. Hasta que no cumpla una fase no quiero meterme en otra. Pero pronto haré la presentación.

P. ¿Cómo está siendo el proceso de producción del disco?

R. Primero elegí los temas, hice maquetas, grabé todos los instrumentos yo para tener una idea lo más aproximada posible de cómo quería que sonasen. Después, José Antonio Casal, guitarrista de Panzer y Ñú, y yo hemos perfeccionado las estructuras, hemos hecho los arreglos y, sobre todo, incorporado las guitarras, de vital importancia en este disco. El siguiente paso ha sido grabar las baterías con mi hermano, Emilio Sanjuán, y los bajos con Juan Manuel, de Los Pecos. Era muy importante contar con músicos de primer nivel para la grabación. Después, he producido el resto de teclados y arreglos finales y he hecho la mezcla para, así, enviarlo a masterizar y hacer copias. Obviamente, el disco se ha hecho con los medios que tenemos y uno de los objetivos principales es encontrar financiación para grabarlo de nuevo en un estudio de mayor nivel.  

P. Muchas de tus canciones tienen el barrio de Carabanchel como protagonista, ¿qué tiene ese barrio para ti?

R. Hay ciertos conceptos que artísticamente se repiten y son etiquetas que te gusta llevar. También me gusta mucho lo sideral, lo planetario, por ejemplo. Pero el costumbrismo es una parte importante de mi obra, contar algo desde mi óptica que sirva para todo el mundo. Además, muchas de esas canciones las he escrito mirando por la ventana, es lo que veía.

P. ¿Cómo compaginas la música con el resto de tu vida?

R. La música ha formado parte de mi vida desde que tengo siete u ocho años. Tener a esa edad un estudio en casa me dio mucha libertad. Ahora es lo más normal tener un ordenador con una tarjeta de sonido e instrumentos virtuales, pero en los noventa era un privilegio, trabajar en analógico y todo eso. Ahora soy padre y tengo obligaciones que me empujan a concretar. Hace un año decidí hacer este disco y ahí está, soy capricornio y cuando me propongo hacer algo no paro hasta conseguirlo.

P. Hoy en día, los músicos se valen de Internet para promocionarse, ¿a qué se debe que tú no lo hagas?

R. Sí que lo hago, todo está ahora en construcción, pronto estará el disco en los diferentes perfiles de las redes sociales para descargarlo. Probablemente esperemos a tener el videoclip para 'aparecer'.

P. ¿Por qué habría que escuchar tu disco?

R. Porque mola, para bailar, cantar, pensar, reflexionar. La primera frase de la primera canción, 'Plancton', dice: “Después de llorar y llorar, como después de llover y llover, llegó la calma y vi un arco iris entre tus ojos”. En todas las canciones hay optimismo y esperanza, que creo que es lo más falta hace.

Escucha una de las canciones del disco:

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