La cultura musical madrileña se ve cada día más amenazada por el cierre de salas
Fuenlabrada, 23 de noviembre de 2011.- El número de salas en Madrid en las que se podía disfrutar de música en directo nunca ha sido comparable al del resto de capitales europeas. Sin embargo, la situación, en vez de mejorar, ha ido a peor en estos últimos años. “Conseguir una licencia a día de hoy puede convertirse en toda una odisea”, asegura el dueño de la sala Búho Real, Darío Fernández. Después de hacer una fuerte inversión de tiempo y dinero, los propietarios de los locales ven peligrar su negocio. Las multas impuestas a algunos bares hacen que los dueños se lo piensen dos veces antes de ofrecer actuaciones en directo sin disponer de licencia para sala de conciertos. Tal es el temor a las sanciones que, en algunos casos, los conciertos han pasado casi a la clandestinidad y se anuncian en las páginas de MySpace de las salas en letra pequeña
Diana Tobar durante un concierto en la sala Círculo de Arte/ FOTO: ADAM JIMÉNEZ BRAVO |
El malestar entre los propietarios de los locales no es debido tanto a la
prohibición en sí sino por la forma en la que se ha llevado a cabo. Sin previo
aviso, a principios de este año, la policía comenzó a hacer visitas a las
salas. De esta manera, recordaban a los dueños que sin licencia no podían
ofrecer actuaciones en directo o se enfrentarían a una multa considerable.
Según la normativa que regula las actuaciones en directo, los bares de copas no pueden
ofrecer este tipo de actividades. Pese a ello, hasta ahora no se había impuesto
ninguna sanción a aquellas salas que realizaban conciertos de forma ocasional
sin contar con la licencia requerida.
Madrid no es la única ciudad en la que las actuaciones en directo están
prohibidas en los bares, Valladolid, por ejemplo, lleva años en la misma
situación. Sin embargo, sorprende este revés tan duro y repentino que choca con
la tesitura europea e incluso con otras ciudades españolas. Por ejemplo, la
Generalitat de Catalunya permite desde 2008 en Barcelona actuaciones en directo
en pequeño formato en salas sin licencia para dar conciertos.
Pero los locales madrileños no son los únicos afectados por este nuevo giro
del Ayuntamiento. No cabe duda de que los artistas que intentan abrirse un
hueco en el panorama musical a base de conciertos gratuitos son los grandes
afectados. «Actualmente existe una gran desproporción entre el número de grupos
que quieren actuar en directo y el número de salas disponibles. Es una
situación complicada ya que para actuar en grandes salas de conciertos primero
hay que experimentar en locales pequeños», asegura el dueño de Búho Real.
Cartel de la plataforma Madrid no se cierra/ FOTO: MADRID NO SE CIERRA |
Hasta ahora Madrid se convertía en el escenario diario de grandes
conciertos de bandas nacionales, pero sobre todo extranjeras, que, en la
mayoría de los casos, no llegaban al resto de provincias. Pero esta visión que
años atrás tenía cualquier buen aficionado a la música se deteriora por
momentos. La reducción del número de salas supone un obstáculo añadido para
aquellos artistas que deciden dar el paso sin la ayuda de nadie y que acuden a
la capital en busca de más público potencial. «Por desgracia, en la mayoría de
ciudades se están sumando al carro del alquiler y en casi ningún sitio pagan
por tocar sino que alquilas la sala y arriesgas. Aun así las condiciones de las
salas en Madrid son mucho más ‘leoninas’ que en el resto del país, salvo en
Barcelona, que anda por el estilo», comenta uno de los integrantes de Cronómetro Budú,
Óscar Calvo.
De esta forma se intenta denunciar la ‘triste’ situación con la que día a
día se encuentran aquellos que pretenden hacer de su pasión algo más. «Al
final cobra el dueño del local, el camarero, el portero, el técnico de sonido,
el de luces,… todos menos el músico, que es el que hace que todos los demás
trabajen», explica el violinista de la banda burgalesa. Una realidad que se ve
agravada por la disminución del número de lugares donde poder actuar.
En respuesta a las exigentes condiciones exigidas por el Ayuntamiento de
Madrid, hace dos años, un grupo de empresarios afectados decidieron formar una
plataforma para luchar por lo que consideran unas injustas medidas. ‘Madrid no secierra’, nació de la asociación de un conjunto de salas, parte de las
cuales se han visto obligadas a cancelar algunas de sus sesiones.
Mediante un comunicado publicado en Facebook y MySpace, la plataforma se
quejaba de algunos de los requisitos impuestos por el consistorio y enunciaba
de una serie de peticiones. «Lo único que pedimos es que el Ayuntamiento
sea razonable porque hay exigencias que realmente son absurdas»,
asegura el coodinador de ‘Madrid no se cierra’, Chema García. Sin embargo, desde la alcaldía se ha hecho caso omiso de estas solicitudes.
asegura el coodinador de ‘Madrid no se cierra’, Chema García. Sin embargo, desde la alcaldía se ha hecho caso omiso de estas solicitudes.
Independientemente
de que los requerimientos que pide el Ayuntamiento de Madrid sean considerados
justos o descabellados, lo que es cierto es que la cultura musical madrileña
está cada día más cerca del peligro de extinción.- Nuria Ruiz
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