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"Mi mente siempre está en un libro futuro"


José Manuel Díez, vocalista del grupo extremeño El Desván del duende y poeta capaz de movilizar a sus lectores con una sola palabra, estrenará libro en la próxima primavera, un poemario amoroso que llevará por título Cien instantes de amor.



Después de varios años vamos a poder leerte en papel, ¿a qué se ha debido tanto tiempo?

No creo que haya una razón concreta. Muchos amigos y lectores me recriminan que haya estado más centrado en mi actividad musical que literaria, pero no creo que sea así. Aunque no he publicado, he escrito mucho en este tiempo, tanto poesía como relato corto, pero quizá mi concepción de la labor creativa ha cambiado. Antes escribía diez poemas en una semana y terminaba rompiendo nueve. Ahora escribo uno en un mes, pero no suelo romperlo. En esta última etapa de mi vida he aprendido que el tiempo de silencio, de vacío y de dudas también es necesario para los que tenemos algo que decir.



Dos nuevos libros de poemas. Cuéntanos.

Son dos proyectos distintos. Con la ONG “Movimiento Páramo” se ha creado un audiolibro con 35 poemas míos, pero de momento no verá la luz por falta de presupuesto. Aprovecho para dejar información del resto de proyectos que nos traemos entre manos, la web de la ONG es www.movimientoparamo.org.

Independientemente, publicaré un poemario de temática amorosa, bastante distinto a lo que había escrito y publicado hasta ahora. Lo respaldará el sello “Jeme poesía”, que es una editorial independiente que hemos puesto en marcha entre varios amigos el pasado mes de septiembre, en Badajoz.



Nos hablas de audiolibro, ¿crees que el poema adquiere con la voz del poeta matices inalcanzables con la simple lectura?¿Qué opinas de los recitales?

Sí, por supuesto. La elevación del poema más allá del papel siempre me ha interesado, de hecho nunca me hubiera dedicado a la música si ésta no le hubiera dado otra dimensión superior a cuanto escribía. Creo que, ya que la gente no va con facilidad a la poesía, es la poesía la que debe ir a la gente, y el mejor camino para ello es el recital. Algo barato, sencillo y saludable. Cualquiera con un megáfono y algo interesante que decir puede improvisarlo en la calle.



La musicalidad ha sido una constante en los versos de tus dos libros anteriores, 42 y La caja vacía, es de esperar que veremos esta parte inmejorable de tu poesía, pero, ¿habrá algo nuevo que leer debido a la experiencia?

Pues, sinceramente, espero que sí, aunque quizá no tanto a nivel formal como temático. Los dos primeros libros de un autor dicen mucho de él, pero por edad y por corta trayectoria, evidentemente, espero que aún me quede mucho bueno por desarrollar. No obstante, siempre me ha gustado pensar que mis libros se justifican por sí mismos y que son los lectores los más propicios para juzgarlos, no yo. Mi mente siempre está en un libro futuro.



He hablado de la musicalidad de tus versos, imagino que tendrá que ver tu otra pasión, la música. ¿Eres un poeta que hace música, un músico que escribe o poeta y músico a partes iguales?

Siempre me ha gustado considerarme poeta, porque sin la poesía jamás hubiera escrito una sola canción. Pero sí es cierto que esas dos partes de un todo cada vez se van igualando más en mi día a día.



¿Qué proyectos tenéis entre las manos con el Desván del duende?
Pues en menos de un mes sale a la calle nuestro tercer disco, que se tituará “Besos de cabra”. Trece nuevos temas y trece nuevas ilusiones. Vamos a presentarlo por la mayoría de capitales del país en una gira que ocupará todo el 2012 y parte del 2013. Además, en mayo de 2012 cumpliremos 10 años como grupo, así que algo especial se nos ocurrirá para celebrarlo.


¿Y en poesía? Además de escribir libros sueles alborotar con ideas y propuestas junto a otros poetas como Daniel Casado.

Bueno, son divertimentos y formas de ahondar en la poesía como acto social. Daniel Casado, Juanlu Serrano, Víctor Martín, Laura Pagador y muchos amigos más tienen la culpa. Nos gusta hacer talleres improvisados, recitales callejeros, visitar cárceles, hospitales o centros sociales donde la gente más necesita de los versos. No suele haber nada pactado, surge a cada cierto tiempo, se muestra y lo vivimos como algo mágico.


Hemos hablado de la poesía en papel, pero hasta hace poco tenías un blog en internet con mucho éxito, Locura ordinaria, ¿por qué decidiste dejarlo?

Pues ya lo explicaba en el propio blog. Llevaba cinco años dando forma a una suerte de obra en construcción que sentía ya había cumplido son su propósito inicial, que no era otro que poder expresarme en un formato distinto y para un lector anónimo, plural y neutral con respecto a mis lectores habituales. Hay ciclos que se cierran y proyectos que mejor terminarlos cuando aún tienen vida, porque así pueden derivar en otros superiores. No obstante, nunca me he negado a retomarlo. El tiempo, como siempre, tendrá la última palabra.


Extremadura ha tenido y tiene grandes poetas, aunque no muy conocidos en el resto de España, ¿podrías recomendar a los lectores algún autor que te haya hecho crecer?

El primer poeta extremeño que me interesó fue Jesús Delgado Valhondo, sobre todo sus últimos libros, los más intimistas. De los desaparecidos, también me gusta mucho el Manuel Pacheco de la postguerra, sus poemas más sociales y comprometidos con la pobreza de Extremadura en aquellos años, un poeta con el que siempre he tenido la sensación que su poesía es mejor para recitar en voz alta que para leerla de pensamiento. De los actuales, me interesan Félix Grande, Basilio Sánchez, Ada Salas, Álvaro Valverde, Irene Sánchez Carrón, Santos Domínguez… Casi todos los que tienen el raro privilegio de publicar a nivel nacional. Y de mis compañeros de generación hay tres con los que me identifico especialmente: José María Cumbreño, Daniel Casado y Mario Lourtau. No creo, humilde y sinceramente, a juzgar por lo que leo y veo, que haya muchas regiones en España que puedan presumir de una nueva ola de poesía tan heterogénea y comprometida como la nuestra en la actualidad.


Unas palabras para que la gente vaya a las librerías en cuanto esté el libro en las estanterías.

No soy mucho de esloganes. Creo que la gente debe ir a las librerías y a las bibliotecas, aunque no sea para buscar uno de mis libros (ríe).



Foto: Laura Covarsí / José Manuel Díez


EGO SUM

De entre todos los hombres
soy el hombre que tiembla
cuando escucha tu nombre

De Cien instantes de amor. José Manuel Díez.

Más información en:






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