Los campos de fútbol de hierba están suplantando en España a los de tierra. Ahora solo queda por saber si el ciclo se completará
El fútbol base ha mejorado
ostensiblemente en calidad en los últimos años. El colofón de esto
son los campos de fútbol que se renuevan año tras año para que los
jugadores se sientan más cómodos. Los terrenos de tierra han ido
dejando paso a la hierba artificial en muchos casos y natural en
pocos. De hecho, este último año en Salamanca tres equipos han
decidido cambiar el suelo de sus estadios para que la práctica del
fútbol sea más divertida para los niños y jóvenes y más vistosa
para los espectadores. En el resto de España ocurre lo mismo.
'La diferencia es abismal', dice el
jugador de la Agrupación Deportiva Hergar de Salamanca, Álvaro
Antúnez, uno de los que se ha visto favorecido este año con el
cambio de terreno. Desde la directiva también opinan lo mismo. El
coordinador del club, Fernando Javier Díez afirma que “es un lujo
ver a los chavales disfrutar tanto del fútbol. Parece una tontería
pero se nota mucho”.
Costes
Campo de fútbol del Navega. Flickr |
El problema viene, como en la mayoría
de los casos, del coste de ese cambio. Un campo de hierba artificial
cuesta “más de medio millón de euros” en España según asegura
el propio Fernando Javier Díaz. Y eso tan solo ponerlo. El cuidado
también es más caro en este caso con respecto a los terrenos de
tierra. “Es verdad que los campos aguantan bastante pero hay que
regarlos y estar al tanto del caucho para que no se estropeé. El
coste es bajo pero es mayor que antes”, reitera Díaz.
Y las complicaciones son aún mayores
cuando se trata de hierba natural. Este es el caso del Club DeportivoMuníbar de Pizarrales, también de Salamanca, que actualmente ha
tenido que subir el precio de la inscripción al equipo precisamente
por el cuidado de ese césped. El presidente de la entidad, Fernando
Hernández, dice que “cuesta mucho dinero y esfuerzo mantener algo
así” y que incluso “subiendo las fichas a los jugadores no se
consigue un rendimiento óptimo. Antes había ayudas del
Ayuntamiento, ahora se han acabado”.
Campo de fútbol EFMO Boadilla. Flickr |
En otras provincias y comunidades
autónomas la situación es similar, si bien es cierto que la
implantación del césped en estos casos ha sido anterior. De todas
formas son muchos los terrenos de juego existentes por lo que todavía
queda trabajo por hacer. En Madrid, centro geográfico de la
Península Ibérica y político de España, es mucha la velocidad con
la que se ha cambiado la cara del fútbol base y modesto. Pocos son
ya los campos de tierra cuando antes era sinónimo de felicidad para
un niño el ir a jugar a un campo verde. “En cosa de cuatro años
ha pasado de un 40% a un 90% el número de campos de hierba”
asegura el entrenador de los alevines de la Escuela de Fútbol deMadrid Oeste Boadilla. En este caso, eso sí, la ayuda regional ha
sido principal. Y aún sigue. En los dos últimos años son muchas
las localidades madrileñas que se han beneficiado de dinero público
para mejorar sus instalaciones. En los dos últimos años 26
municipios han recibido 13 millones de euros para este fin. Queda por
saber si la época económica que vive España provoca que los pocos
campos que aún quedan anclados en el pasado puedan pasar al siglo
XXI.
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