Entradas populares

CAI aumenta su diferencia en el gasto social respecto a Ibercaja


La primera entidad, de menor capacidad financiera, ha ampliado considerablemente su esfuerzo presupuestario (hasta alcanzar un 99.74% de dotación en 2010) mientras que la segunda mantiene un sacrificio similar al realizado en 2006.



Fuente: CECA y elaboración propia

Es nueva en la larga lista de damnificados por la crisis. Considerada por muchos como un segundo y no oficial Estado del Bienestar en nuestro país, la Obra Social de las cajas de ahorros está padeciendo duros recortes como consecuencia del descenso generalizado de ingresos en el sector bancario.



En Aragón, el esfuerzo económico para sacar adelante la Obra Social varía dependiendo de la caja de ahorros. De hecho, la brecha entre las dos grandes de la comunidad comenzó a abrirse ya al inicio de la crisis. Según el Anuario 2009 elaborado por la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), mientras que Caja Inmaculada (CAI) destinó en ese año el 49.74% de sus beneficios para la realización de proyectos comunitarios (9 millones de euros de dotación frente a 18.09 millones de su cuenta de resultados), un porcentaje superior a la media del sector, la misma partida en el caso de Ibercaja supuso un 24.05% de sus ingresos anuales (38 millones de los 158 que obtuvo su cuenta de resultados). 

En el ejercicio anterior, el esfuerzo de CAI se situó en el 34% y el de Ibercaja en el 26.56%. Ibercaja, pese a todo, o quizás gracias a esa política de prudencia, puede presumir de ser la única caja de ahorros española, junto con la Caixa, que no ha necesitado fusionarse con otra ni recurrir a la ayuda económica del FROB.
Fuente: CECA y elaboración propia

Eduardo Pastor, miembro de la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros de Aragón (AICAR-ADICAE), asegura que las cajas de ahorro se están comportando "como la peor versión de la banca". La razón: “Han vendido y siguen vendiendo los mismos productos tóxicos que los bancos”. Para contrarrestar esta práctica, Pastor defiende que las cajas pueden y deben destinar más dinero a su Obra Social, especialmente en ayudas a los desahuciados, por ser estos víctimas de la rigidez de las hipotecas. “Hay necesidades más importantes que rehabilitar edificios”, concluye. 

Y es que, pese al crecimiento de la desigualdad en la sociedad aragonesa a raíz de la crisis, cabe señalar que la partida destinada al área asistencial, social y sanitaria no ha sufrido apenas cambios en estos años. De hecho se mantiene en torno al 30% del gasto total en ambas cajas, un porcentaje casi idéntico al destinado al área de patrimonio.

Fuente: CAI, Ibercaja y elaboración propia

AICAR-ADICAE se encarga de asesorar a víctimas de pequeños fraudes en la venta de productos financieros tóxicos. La asociación, paralelamente, ha conseguido tres representantes en la Asamblea General de CAI, que se están encargando, sobre todo, de convencer al resto de impositores de las ventajas de una política de transparencia hacia clientes y empleados.

Para José Manuel Oteyo, responsable del departamento de Obra Social de Ibercaja,  lo verdaderamente importante es la solvencia de su empresa, que se refleja en su baja tasa de morosidad (un 3.6%, casi a la mitad que el resto de cajas). “Permanece en índices bajos porque no hacemos negocio con el primero que venga a vernos. Tenemos claro que el dinero que manejamos no es nuestro.” Afirma que los ingresos de Ibercaja también han caído, y, en última instancia, la Obra Social de la entidad. “La crisis nos afecta como a todas las empresas por la bajada de consumo, pero también debido a la nueva normativa, más estricta, que nos impone el Banco de España”.

Andrés Mir, responsable de la Obra Social y Cultural de CAI, coincide con Oteyo en echar parte de la culpa del descenso de ingresos al Banco Emisor. “Nos está apretando cada vez más con sus nuevos requerimientos”. Mir afirma que en CAI tienen por norma destinar más dinero que la media del sector; pero, por otro lado, existe otra que les obliga a no superar en circunstancias normales el 50% de nuestros beneficios (norma que incumplieron al cierre del ejercicio 2010, al rozar el 100% de dotación). Respecto a la falta de trasparencia, Mir reconoce que tienen “un gran problema de comunicación interna ni externa. A veces ni siquiera los propios empleados de CAI conocen la Obra Social”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario