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una Navidad cargada de despedidas


A la marcha de Rudy e Ibaka se le suma el recuerdo de Fernando Martin y Mirza Delibasic en el Real Madrid · El español y el bosnio le dieron numerosos títulos a los blancos

El Real Madrid vuelve a pasar página. Las salidas de Serge Ibaka y Rudy Fernández computan ya como una nueva página en el libro de historia del club blanco. Pero no son, ni mucho menos, las despedidas más complicadas vividas en la capital de España. De hecho, estos días culmina una semana triste para los de Pablo Laso, pues a la marcha de los NBA se ha sumado el homenaje y recuerdo de la muerte de dos símbolos en el Palacio de los Deportes. Fernando Martín y Mirza Delibasic son pilares básicos del Salón de la Fama del Madrid; Ibaka y Rudy, ya se verá.


Hace escasos días, el 3 de diciembre, se cumplían 22 años sin uno de los jugadores de baloncesto más influyentes de Europa. Fernando Martín, se fue a los 27 y sin previo aviso, dejando huérfana a una afición y un país. Pero su legado devino irrepetible. Fue el primer español que cruzó el Atlántico para hacerse un nombre entre los mejores jugadores del mundo en la NBA. Una hazaña que inspiró a cientos de jugadores y que abrió las puertas de América a muchos magos del baloncesto. Así, hoy no hay una franquicia de la mejor liga del planeta que no tenga un europeo en su plantilla, y no se trata de jugadores de banquillo, pues Dirk Nowitzki fue MVP (mejor jugador del año) en 2008.

Fernando Martin Blazers
Fernando Martín, durante su estancia en Portland. / Vedia
La de Fernando fue una despedida amarga. “Justo cuando su vida terminaba en un accidente de coche en la carretera de Barcelona, hace ya 22 años, nacía su leyenda”, comenta su hermano y también  ex jugador de baloncesto, Antonio Martín. “Nadie se creía la noticia. España tardó un tiempo en darse cuenta de que había perdido una auténtica estrella”, apunta Antonio.
Martín se convirtió en un mito de semejantes dimensiones al del también ex madridista Drazen Petrovic, considerado el mejor europeo de la historia y que sufrió idéntico final. Pero esta semana se recuerda a otro genio de la canasta: Mirza Delibasic.

Nacido en Bosnia y de valores envidiables, Delibasic partió el 8 de diciembre de 2001, víctima de un cáncer linfático. Era una de las estrellas de la Yugoslavia de los años ochenta , y compartió vestuario con Petrovic, Divac, Radja o Kukoc. Le dio una liga al Real y, cuando llegó el momento, dejó su puesto para que llegara un pívot americano, en beneficio del equipo. Sufrió profundamente, como sus compañeros de selección, la sangrienta desintegración yugoslava, pero siempre mantenía la sonrisa en los labios. “Cuando me dijo que se marchaba para dejar hueco a un norteamericano no me lo podía creer, me eché a reir” señala su último técnico en el Madrid, Lolo Sainz, que no puede reprimir la emoción al acordarse de “un gran jugador y mejor persona que merece ser recordado eternamente”.

Son dos ejemplos de superación y de dedicación. Los ídolos de Gasol, Rudy y todos los grandes del baloncesto español. Fernando y Mirza encuentran en el corazón de los amantes de este deporte un homenaje incorruptible, pero especialmente sincero cuando llega el frio diciembre.

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