La educación es una de las
cuestiones más debatidas. La publicación de nuevos datos alimenta la polémica
La enseñanza forma parte de los
programas políticos y de las prioridades de los gobiernos. La eficacia de
nuestra sociedad se fundamenta, para muchos, en el buen funcionamiento de su
sistema educativo. La publicación de los resultados de los informes de
evaluación de diagnóstico de los alumnos pone en evidencia sus limitaciones y
deficiencias.
Las administraciones defienden su
actuación. Los colectivos y sindicatos de profesores denuncian constantemente
las carencias. Los padres lamentan las imperfecciones. Y los alumnos sufren la
falta de acuerdo entre todos ellos.
Los datos que se desprenden de la
evolución general de diagnóstico que ha realizado el Ministerio de Educación
del curso pasado determinan que Galicia se sitúa por encima de la media en las
pruebas. Sin embargo, este resultado no obvia, para algunos, la necesidad de
acometer serias reformas en el sistema de la educación.
Entre las soluciones que apunta esta asociación están las
de flexibilización del sistema educativo, la necesidad de una atención
individualizada, incidir sobre el riesgo del abandono escolar y dar mayor
autonomía a los centros. Julio Escolante las puntualiza: “es necesario flexibilizar
el sistema educativo en edades tempranas que permitan a los alumnos seguir
“enganchados “ al sistema, que no pierdan el interés por aprender y que hagan
algo que los llene como los Programas de Cualificación Profesional Inicial;
ciclos formativos; escuelas de idiomas o
artes. Además, es importante realizar con estos alumnos una enseñanza lo más
individualizada posible para una mayor atención.
Otro de los puntos que
consideramos vitales es precisamente dar más a autonomía de funcionamiento y
organización a los centros que son los que verdaderamente conocen a los alumnos
y su casuística, evitando así la alta tasa de abandono escolar”.
Uno de los aspectos que más ha
molestado a ANPE ha sido el de que los alumnos con más expectativas obtienen mejores
resultados. “Este indicador se refiere a los alumnos que destacan y que se ven
“lastrados” con el ritmo de los que no se esfuerzan. Nuestro sistema educativo
prima igualar a la baja y, desde ANPE, consideramos que debe volver una
enseñanza de calidad y la ley del esfuerzo debe ser la tónica imperante en los
alumnos de nuestro país y de nuestra comunidad”, matiza el presidente de la
asociación.
Como otros muchos informes o
evaluaciones sobre la capacidad o actitud del alumnado no sólo hablan de una
realidad que afecta a los niños y jóvenes, sino que también afecta a sus
formadores. Para Julio Díaz, “el profesorado precisa de un sistema educativo
justo, plural y que apoye su labor, debe la administración prestigiar la labor
docente y poner los medios para que se formen lo mejor posible al alumnado
dentro de un ambiente de trabajo, respeto y cordialidad, que en la actualidad
no existe”.
Además la situación económica
actual y los previsibles recortes o, para otros, simples ajustes tampoco contribuyen a mejorar la
situación del profesorado. “Es uno de los grandes problemas que tenemos ahora,
no se cubren sustituciones, no hay presupuesto para actividades, se reduce en
1000 profesores este año el cupo de educación redundando en una
importante perdida de calidad educativa”.
El IES Xoán Montes luce un cartel de protesta contra los recortes en la educación /MJ Campo |
“Los alumnos gallegos y los de
nuestra provincia están por encima de la media, nuestra tasa de abandono es
menor que la nacional y la tasa de conflictividad muy por debajo de la de otras
comunidades, como dato en nuestra comunidad se cierran 27 expedientes
disciplinarios por cada mil alumnos y el 90% en la ESO , precisamente”.
¿Qué ocurre realmente en los centros educativos?
No obstante, para entender la
realidad en los centros educativos es necesario acudir a uno de ellos. El IES
Xoan Montes de Lugo tiene 310 alumnos, de edades comprendidas entre los 12 y
los 16 años. En él conviven estudiantes de la ESO y de bachillerato. Su jefe de estudios,
Enrique Sánchez, separa la problemática de cada uno de las etapas. “Partimos de
una diferencia sustancial, la educación secundaria es obligatoria y el
bachillerato no., lo que determina que los problemas son distintos”. En general
los alumnos de bachillerato están más motivados, “eso se nota en el esfuerzo,
trabajo y en la conducta. Son, quizás, menos conflictivos, están más
comprometidos porque saben que construyen su futuro, tienen esa esperanza”,
puntualiza este profesor.
Por su parte, en la ESO se dan otros factores que
hay que tener en cuenta a la hora de realizar un análisis. “en ese ciclo están
los chicos que han terminado primaria, llegan de centros distintos, con un
nivel académico diferente a pesar de los programas mínimos que han tenido que
superar, cada uno viene de una realidad diferente. Además, señala “no se pueden
perder de vista otros factores que también influyen en los alumnos como el
nivel sociocultural o la nacionalidad”.
“Ante la diversidad que aparece
en los primeros cursos de la ESO
es necesario realizar una evaluación inicial para determinar el nivel que traen,
cuáles son sus problemáticas o si padecen alguna dificultad de aprendizaje –
dislexia - o de interacción social”, relata Enrique Sánchez.
Esta disgregación o
diferenciación podría hacer pensar que sería necesaria una segmentación entre
los alumnos, pero el profesor Sánchez se muestra contundente. “No es necesario
hacer compartimentos estanco, y mucho menos constituir una especie de gueto
entre unos y otros, cuando las diferencias son muy evidentes se solucionan
proporcionando a los alumnos que lo necesiten apoyo en materias concretas”.
El sistema prevé otro tipo de
soluciones como es la de facilitar a los alumnos de 3º y 4º de educación
secundaria la posibilidad de superar este grado, no por asignaturas, sino en
conjunto, es decir “que superen los cursos aprobándolos por bloques de
materias, uno científico y otro humanístico, esto ayuda a muchos chicos a
alcanzar el grado. Aumenta su motivación porque ven que así son capaces de
sacar un título que, de otra manera, les parecía imposible”.
Respecto a la evolución y los
datos que se desprenden de ella, Enrique Sánchez manifiesta que las cifras
“ponen de manifiesto una situación general que sirve para hacer una valoración
del sistema en su conjunto, después la realidad en cada centro puede ser muy
diferente”.
En el IES Xoán Montes no hay
serios problemas de conducta, “no tenemos en este momento ningún expediente
disciplinario en curso, esto no significa que no existan a veces conflictos”. Y
se muestra satisfecho con el nivel de conocimientos que tienen sus alumnos,
“todo es mejorable, pero realmente no encontramos serias dificultades en ellos,
y cuando existen intentamos atajarlas incrementando el apoyo”.
El informe de evaluación pone de
manifiesto la existencia de problemas como la falta de asistencia, de
disciplina o de infravaloración de la figura del profesor. “Sí creo necesaria
la reforma de algunos aspectos del sistema educativo. Sobre todo en la
enseñanza secundaria donde los alumnos tienen que permanecer hasta las16 años.
Muchos de estos alumnos no tienen ninguna motivación, no les interesa estudiar,
y se sienten incapaces de superar los cursos de una manera convencional. Sería
importante ofrecerles la posibilidad de superar esta etapa con una enseñanza
más enfocada a capacitación profesional”.
Los datos
El objetivo del informe es obtener
información sobre el estado del sistema educativo con el fin de solventar sus
defectos, y conseguir el máximo nivel de calidad y excelencia de la enseñanza.
La prueba ha evaluado las
competencias de los alumnos en comunicación lingüística, matemática,
conocimiento e interacción con el mundo físico, y social y ciudadana, mediante
ejercicios escritos y pruebas de comprensión oral.
Los resultados se expresan en una
escala de valor medio de 500 puntos (promedio del conjunto de España) y sitúa
al país en un nivel 3 de rendimiento, en una escala de cinco. En este sentido, la
comunidad gallega se sitúa por encima de la media en matemáticas (502),
conocimiento e interacción del mundo físico (506) y competencia social y
ciudadana (517).
Por otra parte, los alumnos
gallegos se sitúan también por encima de la media estatal en comprensión,
aproximación, organización, síntesis y reflexión y valoración, pero obtienen peores
resultados en expresión, presentación y revisión, adecuación, coherencia y
cohesión.
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