Una nueva ventana arqueológica
muestra los restos de la piscina romana del siglo IV
Es imposible negar los
vestigios de lo que esta ciudad fue hace siglos. Un asentamiento romano de gran
importancia. La muralla
que rodea el casco histórico es la prueba más evidente de ello. Reconocida hace
diez años como Patrimonio de la
Humanidad , es hoy cuidada y ensalzada, pero no es lo único
que se puede ver si hacemos un recorrido por esta ciudad. El pasado romano de
Lugo aflora cada dos por tres.
Hace unos días se inauguraba la
ventana arqueológica que pone a la vista una piscina romana del siglo IV. Desde
el ayuntamiento se destaca que es la “la primera vez en Lugo en la que se integra
una gran pieza arqueológica en un espacio público”. Sin embargo, debemos
recordar que existen precedentes.
En la rúa Nova se intentó hace
unos años una iniciativa semejante. Una ventana ponía a la vista parte de la
antigua puerta de la muralla en esa zona. Los numerosos actos vandálicos
obligaron a taparla y hoy, los viandantes, sólo pueden observar una serie de
tableros que además entorpecen el paso. Aunque en el Ayuntamiento aseguran que
se destapará de nuevo el próximo mes.
Las obras de remodelación de la
plaza de San Marcos, donde está el edificio de la Diputación provincial,
también han permitido recuperar parte del acueducto romano que suministraba
agua a la ciudad. Los trabajos necesarios para la musealización de los restos
están finalizando.
La venta arqueológica que muestra la piscina romana fue inaugurada recientemente /MJ Campo |
Entre tanto, a la espera de que
todos estos proyectos terminen, lo único que el visitante puede observar en
toda su plenitud es la que ya se conoce entre los lucenses como “la piscina de
la plaza de Santa María”.
Los fondos provenientes de la
unión Europea, canalizados a través del Plan Urban, han servido para
poner al descubierto definitivamente estos restos arqueológicos cuya existencia
ya se conocía desde 1960, pero su localización exacta se produjo en el 2004.
Inicialmente se pensó que esta
piscina formaba parte de un baptisterio, sin embargo, los trabajos de
excavación demostraron que formaba parte de un edificio más amplio,
probablemente de unas termas o un edificio privado. La piscina tiene forma
rectangular, con dos ábsides y conserva un escalón de acceso. Mide 3,5 x 1,80 metros y su
capacidad aproximada es de 4.000
litros .
Las
verdaderas intenciones
A raíz de la inauguración de
ventana que muestra los restos de la
piscina romana, personal del Ayuntamiento lucense comenzó a interesarse
por la opinión de los vecinos sobre la
posibilidad de abrir otras ventanas arqueológicas en determinadas zonas de la
ciudad donde se sabe que existen vestigios romanos. En concreto se referían a
la calle Doutor Castro.
Algunas tiendas de la calle Doutor Castro tienen ventanas arqueológicas /MJ Campo |
En los bajos de esa calle está
ubicado un museo, La
Casa de los Mosaicos, que muestra lo que queda de una domus de finales del
siglo III o principios del IV. Su principal atractivo es el mosaico de la
antesala y del oecus, que tiene motivos geométricos y figurativos. Algunas de
las tiendas de los locales próximos cuentan con ventanas que permiten ver parte
de ese pasado que lucha por salir a la luz.
Pilar González, es dependienta
en una zapatería de esta calle desde hace tres años. “La gente de Lugo no se
sorprende con estas ventanas, supongo que se han acostumbrado a ello. Son los
turistas lo que, cuando entran y las ven, nos preguntan de qué restos se tratan,
a algunos les parece muy curioso y otros nos comentan que las han visto en
otros lugares. Al hacer las obras de remodelación del edificio y acondicionar
el bajo para instalar un negocio se nos exigió por parte de la administración
cumplir la normativa. Paralización de las obras para los estudios
correspondientes”.
El plan especial de protección,
rehabilitación y Reforma Interior del recinto amurallado y su zona de
influencia exige que todo proyecto de obras, requiere la presentación de un
proyecto de actuación arqueológica que debe ser informado por el técnico
municipal y que tendrá que ser aceptado y autorizado por la administración
autonómica.
“Es coste y el tiempo empleado para realizar las
obras fue mayor que si no hubiéramos tenido que conservar los restos, pero
también tuvimos ayudas por parte de la administración municipal”, explica esta
dependienta.
En el Ayuntamiento no se
pronuncian oficialmente sobre la posibilidad, al menos a corto plazo, de
levantar la calle para sacar a la luz los restos de los que se conoce su
existencia. No obstante, en ámbitos privados sí se hacen comentarios al
respecto. Y no es la primera vez que tantean a los comerciantes de la zona del
casco histórico sobre dicha posibilidad.
Eliseo Pereira, dueño de otra
de las zapaterías de la misma calle, se manifiesta contrario a realizar obras
de este tipo, al menos por el momento. “No es nuevo que se nos insinúe o se nos
pegunte qué opinamos sobre mostrar lo que se encuentre. En numerosas ocasiones nos han hablado de la necesidad
de recuperar los restos romanos que parece que también puedan estar debajo de
este establecimiento. Nunca hemos hecho excavaciones para saberlo, por lo menos
desde hace 20 años, que es el tiempo que yo llevo en este local”.
Ante la posibilidad de que sea
el Ayuntamiento quien acometa dichas obras pero en la calzada pública, Pereira
se muestra reacio: “ahora no es buen momento para que vuelvan a levantar la
calle, el comercio está muy parado debido a la crisis, la gente ya no consume
de la misma manera y cualquier obra contribuiría a paralizar más el sector”.
Sin embargo, y pese a los
inconvenientes que sin duda se producirían, en algo está de acuerdo. “Como
lucense soy consciente de la importancia que para esta ciudad tiene recuperar y
mostrar su gran patrimonio histórico”, aún así una cosa es el arte y otra el
negocio “en este momento me preocupa mi trabajo y cómo llegar a fin de mes. Ni
me planteo la posibilidad ahora mismo de permitir obras dentro de mi tienda”.
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