El soporte físico en el
que llegaban historias a los hogares las noches de los fines de semana está
comenzando a extinguirse. El DVD (Digital Versatile Disc) ha dejado de ser el
medio principal de transporte para las películas y documentales que se alquilaban
en aquellos videoclubs de barrio. Desde hace más de cinco años es Internet y la
memoria virtual la que narra cuentos para entretenerse delante de otra
pantalla: la del ordenador.
Según la Real Academia
Española (RAE) el término 'videoclub' continúa refiriéndose a un
"establecimiento comercial donde se alquilan películas grabadas en vídeo".
Esta definición se queda obsoleta frente al nuevo concepto de videoclub: el
alquiler de películas a través de la red es el negocio que están impulsando
todo tipo de empresas desde hace dos años. Wuapi fue uno de los servicios españoles
de alquiler que más pronto fracasaron. Sin embargo, otros ven el futuro en esta
opción: la red social Tuenti
lanzó hace poco menos de un mes un servicio de alquiler de películas y series
propio apodado TuentiCine.
"Primero fue la música,
ahora es el cine. Los clientes prefieren no tener que salir de su casa y ver el
producto directamente en su ordenador, aunque sea pagando un poco más", cuenta
el dueño de una franquicia del videoclub CineBank, Ignacio Muñoz. "A medida que
Internet crecía, el negocio menguaba", lo que disminuyó el número de
socios de la tienda de Muñoz, que "ahora son en su mayoría mayores de 50 años".
La gran cadena internacional de videoclubs Blockbuster fue la primera en
introducir el concepto de alquiler online en el año 2004, tras tres años
de balance negativo y la primera en declararse en quiebra a nivel mundial en
2010 aunque aún hoy sigue operando en países como Méjico.
Logotipo del videoclub online Filmin |
Ahora bien, el problema
de operar en este ámbito en Internet es el de los derechos de autor, y su
legislación diferente en cada país. El mayor videoclub en línea Netflix sólo funciona,
de momento, en Estados Unidos y Canadá: tras intentar varias expansiones a Europa y América del Sur
se ha topado con un futuro complicado por las leyes de cada lugar. Sin embargo,
más de 25 millones de suscriptores en junio de 2011 avalan que es un negocio
bien planteado. En España su símil es el videoclub online Filmin que,
con menos de dos años de vida, ha logrado ya hacerse "un nombre en el
nuevo concepto de alquiler virtual", explica el colaborador de la empresa,
Enrique Fibla. "Lo audiovisual ya no se consume de forma material, el
usuario prefiere ahora la calidad a la edición especial, que queda relegada sólo
para los más fanáticos".
Netflix ha anunciado varias veces su llegada a
España, pero parece que en 2012 se producirá la definitiva. Mientras tanto,
Filmin va rellenando esa ausencia incluso con estrenos online, como la
próxima película del director Paco León, Carmina o revienta. Tras la
agitación que provocó la "ley Sinde", aunque no llegó a aprobarse,
Netflix y Filmin entran en una escena en la que su mayor competidor será
SeriesYonkis. Para los autores, está claro. Para los usuarios, aún no.
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