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El uso de la tecnología para ‘salvar la vida’ de los discapacitados


Estamos ante la denominada era tecnológica y ésta avanza a grandes zancadas con el objetivo de hacer al usuario la vida más sencilla. A cualquier usuario. De esta forma, cada vez hay grupos de desarrollo tecnológico más especializado. Si el desarrollo informático ya es considerado uno de los mejores avances del siglo, cuando este desarrollo informático se dirige a facilitar la vida a personas que sufren alguna discapacidad el valor de éste asciende aún más.



Actualmente el mercado dispone de avanzados sistemas domóticos que permiten al usuario encender  y apagar luces o la televisión, subir y bajar persianas, reproducir un CD o conectar una alarma con solo un botón o incluso una voz. “Son software especializados pensados para este colectivo, para que puedan normalizar su situación, para que puedan olvidarse de la discapacidad”, especifica la responsable de la empresa catalana BJ-Adaptaciones, Nair Alcocer. “Instalamos mecanismos de control del entorno desde el ordenador que encienden luces, la televisión, una alarma, un manos libres y controlar el frío y calor de su hogar e incluso las puertas y ventanas”. Un servicio de control del entorno puede costar desde 1.500 euros en adelante.

“Partimos de tecnologías básicas como los mandos que controlan las diferentes funciones de una casa y permite dirigir la grúa o cama del cliente. Hay que incluir botones sencillos e intuitivos con relieve para que sea más fácil accionarlo”. También ofrecen la posibilidad de mandos que pueden ser controlados por la boca o labios en el caso de que la discapacidad afecte a los miembros superiores. El Integramouse es un dispositivo que tiene las mismas funciones que un ratón normal, pero con la diferencia de que puede ser utilizado por la boca mediante un  puntero láser.

Y para aquellos ‘novatos’ en silla de ruedas, también se ofrece la posibilidad de un entrenamiento virtual. “El software permite hacer prácticas virtuales por niveles, para proporcionar seguridad a la persona en cuestión respecto a su nuevo sistema de transporte”. Además, ofrecen la posibilidad de probarlo durante siete días sin ningún coste adicional, lo que permite a los usuarios menos presión a la hora de decidir su compra.

“Se puede convivir sin tecnologías, es cierto. Pero ¿por qué no vamos a aceptar una ayuda?” declara uno de los miembros de la Asociación de Disminuidos Físicos de Móstoles, ADISFIM, Carlos Martín. “He vivido sin aparatos domóticos y he sobrevivido de mejor o peor forma, pero estas tecnologías no sólo nos proporcionan una vida más fácil, sino un bienestar personal a la hora de demostrarnos a nosotros mismos que podemos convivir sin ayuda las 24 horas”.

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