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"En España hemos aprendido rápido de la ficción televisiva americana, y el margen de mejora es amplio, pero ellos ya están jugando a otro juego"

Iñaki San Román nació en Pamplona hace 30 años. Estudió Administración y Dirección de empresas en la UPNA, pero su pasión era el cine y con lo que realmente disfrutaba era escribiendo. Así pues cursó Producción en la Escuela de Cine de Madrid y un posgrado de guión en la UPSA de Salamanca. Empezó su carrera en Globomedia como guionista de 7 vidas y sigue en Aída. Pero también ha dirigido tres cortometrajes que le han llevado a ganar una decena de premios: Eduard y el resto (2005), Zombies and cigarettes (2009), y Muertos y vivientes (2011).



¿Qué te parece el tipo de televisión que se está haciendo en estos momentos en España?

Bastante buena dentro de las posibilidades. En ficción hay una industria que se ha consolidado en los últimos diez años y que cada vez ofrece productos más específicos y más desarrollados. Hemos pasado de ver “Médico de familia” a incursiones en el género como “El Internado”. De comedias costumbristas como “Farmacia de guardia” hemos evolucionado a hacer comedias costumbristas pero con un lenguaje (audiovisual) mucho más desarrollado, como las últimas temporadas de “Aída” o “La que se avecina”. Incluso nos permitimos alguna delicatessen a lo americano como “Crematorio”. 

No diré que se trata de una industria madura, porque aún padece síntomas de pubertad, con devaneos de épocas anteriores (“Los Quien”, “Vida loca”) y una notable torpeza a la hora de lidiar con asuntos como la programación en las cadenas y el target (Un claro ejemplo es Luna, una serie que no sabe si se dirige a un público familiar o a los adolescentes frikis de Crepúsculo), pero creo que las cosas no están tan mal como a veces se pintan: Tenemos experiencia, surgen ideas nuevas y está demostrado que sabemos conectar con el público. Soy optimista.

En cuanto al formato de “no ficción” o entretenimiento, puede haber dudas “cualitativas” sobre los contenidos que se ofrecen al público, ya que la parrilla está prácticamente invadida por realities y talent shows. Sin meternos en el debate de si eso es culturalmente bueno o no (un debate que a mí me interesa bien poco, por cierto), lo cierto es que se trata de una industria que ha nacido, crecido y evolucionado de manera excepcional en España. Vamos, que lo que se hace, se hace muy bien. Programas como “Gran Hermano” o “Tú cara me suena” demuestran una factura impecable, a la altura de cualquiera de sus homólogos europeos o norteamericanos, y sus audiencias demuestran que saben darle al público lo que demanda. 


¿Qué es lo que más te gusta de trabajar en el mundo audiovisual?

Sinceramente, creo que escribir es lo único que sé hacer bien, así que lo mejor de este trabajo para mí es que me permite no coger otro trabajo, ser despedido y acabar viviendo debajo de un puente rodeado de gatos . 

Además escribir es lo que más me gusta del mundo, así que me considero un privilegiado. Muchas veces recuerdo a mis amigos de la adolescencia cuando decían: “Cómo debe molar ser actor porno. Te follas a tías buenísimas y encima te pagan”. Pues yo me siento un poco actor porno ahora: Voy a trabajar y cuando salgo he disfrutado y he aprendido, ¡y luego llega el día uno y me pagan! Desde que trabajo como guionista no ha pasado un solo día en el que haya pensado: “Mierda, no me apetece nada ir a currar, pero de alguna manera tengo que pagar el piso y la luz”. Me considero un privilegiado, creo que a esto es a lo que debería aspirar todo ser humano.


¿Y lo que menos?

Que es una industria que en ocasiones puede ser muy injusta. Yo tengo la suerte de haber trabajado principalmente en Aída, que ha ido excepcionalmente bien de audiencia y todo el mundo admira, pero eso no me convierte en mejor guionista que compañeros que han pasado por multitud de proyectos que no han funcionado o directamente se han cancelado. 

Este es un trabajo en equipo y que en gran medida depende de la suerte, y cuando las cosas van mal toda esa pasión de la que hablaba en la pregunta anterior se convierte en rabia y decepción. A veces es por culpa de otros factores, u otras personas , y provoca mucha frustración que su trabajo se desvanezca así. Y aún es peor cuando es por culpa tuya, porque te frustra mucho haberte equivocado y encima haberte llevado en la caída el curro de tanta gente. En fin, supongo que es la parte negativa de plantearte el trabajo en términos de relación amorosa.

¡Ah! Y también quiero colocar en este punto a ese subgénero humano llamado amigo/colega/primo segundo/novio del que “trabaja en la tele”. Nos alegra y afianza mucho que la gente nos admire y nos pregunte cosas (sobre todo a los guionistas, gente que se caracteriza por su enfermiza falta de afecto) pero comentarios como “tú no trabajas, haces bromas” o “preséntame a tal actriz que me la follo” nos hacen arquear la ceja…

Y por última vez… ¡¡¡No escribimos cada uno a un personaje!!!
Foto: Iñaki San Román


¿Cuál consideras que es la principal diferencia entre la ficción española y la norteamericana?

A nivel de audiencia, la diferencia es mínima. Esta bendita globalización que trae vuelos baratos y crisis económicas ha hecho también que aquí y allá veamos mayoritariamente el mismo tipo de formatos (Operación Triunfo/American Idol, Supervivientes…) y series (CSI, House, etc…) 

Esto, lejos de un mérito nuestro, me parece un despropósito suyo, ya que la industria americana del entretenimiento está infinitamente más desarrollada que la nuestra como para seguir, y a veces hasta importar, formatos tan simples. 

Sin embargo, donde los americanos muestran su poderío es en la ficción digamos minoritaria, sobre todo en canales de cable como HBO o AMC. Ahí es donde surgen obras maestras audiovisuales como “Mad Men” o “Breaking Bad” y ahí es donde en España estamos muy muy lejos. 

Hay que tener en cuenta que lo que está ocurriendo con estas series es un hecho inaudito. La quinta temporada de “Mad Men”, por poner un ejemplo, no se puede comparar con ninguna película o serie de la historia, sencillamente porque ninguna obra audiovisual había aspirado a esa sofisticación del formato. La televisión ha dado un salto artístico comparable al que dio la literatura con la gran novela o la música con las primeras sinfonías. 

En mi opinión, este fenómeno no puede darse actualmente en España. Para justificarlo, además de la retahíla de excusas recurrentes acerca del amplio target que tienen y su poderío económico (argumentos que por cierto son muy muy rebatibles), señalaría la extensa tradición audiovisual de la ficción norteamericana, que ha desembocado en un sobresaliente caudal de talento que aquí, sencillamente, todavía no existe. Aquí no tenemos un Mathew Weiner que haya escrito los Soprano, ni un escritor como Richard Price o Pelecanos con un dominio tal de la narrativa de género como para escribir una escaleta de “The Wire”.

Para entendernos, si colocamos el punto de partida de nuestra ficción “moderna” en “Farmacia de Guardia”, nosotros nos encontramos ahora encontrando la manera de escribir un “Expediente X” o “Frasier”. Como decía antes, hemos aprendido rápido y el margen de mejora es amplio, pero ellos ya están jugando a otro juego. En mi opinión, no es un motivo para preocuparse. Toca admirar, absorber y germinar. Y con un poquito de suerte, pronto tendremos algo así en nuestro país.


¿Qué opinas de los servicios de VOD que están emergiendo en España?

Son admirables. En mi opinión es la alternativa más eficiente y más plausible contra la piratería, y en pocos años acumularán un gran volumen de negocio.

Sin embargo, creo que por el momento adolecen de juventud. Falta que se asienten y, sobre todo, que amplíen su catálogo. Su competencia es toda la red y para mí, el quid de la cuestión es que, para que sus clientes potenciales confíen en ellas deben tener la absoluta seguridad de que van a encontrar todo lo que pidan en su página (y obviamente a la máxima calidad y si puede ser, a un precio reducido).

Puede ser un objetivo ambicioso, pero en mi opinión es el único camino. Pondré un ejemplo práctico: Me dicen en el curro que hay una serie que se llama “The Hour” que es la polla. Me meto en la aplicación IMDB de mi iphone, leo la sinopsis y me gusta. A partir de ahí, si sé que tengo otra aplicación llamada Voodler, Youzee o la que sea en la que va a estar, me meto y la ordeno descargar. Si no tengo esa seguridad, me iré a la tienda de al lado, que lamentablemente se llama bittorrent o Vuze, porque ahí no tengo sorpresas. 

Es indiferente que haya mil películas en cada página. Muy pocos se pasarán la tarde navegando entre los directorios buscando “algo que ver”, la gran mayoría lo sabemos antes de entrar, queremos teclearlo en un buscador y tenerlo ya. (De ahí que el formato streaming triunfe tanto, la inmediatez es aplaudida, incluso por encima de la calidad)

Supongo que la solución es compleja, porque es difícil manejar un catálogo tan grande (Tan solo Digital Plus roza esta aspiración, y con el lastre del lógico retraso entre la emisión española y americana). Tal vez una buena solución sería diversificar estas páginas, que en una se ofrezcan solo series, en otra películas mainstream, en otras documentales… En esa dirección “Filmin” está funcionando muy bien, puesto que se ha convertido en un referente de películas independientes y europeas. 


¿Cómo ves la televisión en 10 años?

Todo son conjeturas, pero si se sigue la tendencia actual intuyo que desaparecerá el formato “cadena de televisión”, como contenedor de formatos con horarios fijos. El flujo de información por Internet hará que desaparezcan barreras que ya parecen obsoletas (ese retraso entre que un capítulo de “Juego de Tronos” se emite en España y en Estados Unidos) y tendremos a nuestra disposición las mismas series que un paisano de Dallas, Tokio o Tel Aviv. 

Los formatos tradicionales y las preferencias de los espectadores no cambiarán, porque no cambian nunca, pero los canales se harán cada vez más y más específicos y la integración con Internet será total. 

Poniendo un ejemplo práctico: Imagino que veré el Mad Men de turno al mismo tiempo que en Estados Unidos, y también imagino que Mariló seguirá dando paso a llamadas de señoras con artritis, pero la señora con artritis saldrá en pantalla grabada por una WebCam y el doctor de bigote le hará un diagnóstico en directo con gráficos en 3D.

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