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Fotografiar o fotografiar contando


El fotoperiodismo suele estar relacionado con la actualidad que día tras día llena las páginas de los periódicos y con los reportajes sobre problemas, conflictos o guerras. Sin embargo, también existe el fotoperiodismo de bodas, una rama poco difundida.


En las ceremonias de bodas suele haber siempre un fotógrafo que retrata a los invitados y por supuesto, a los novios. Todos ellos posan para que su imagen quede como recuerdo de aquella cita. Los novios, tras el enlace, posan en jardines, ciudades u otros diversos sitios para que el fotógrafo los bombardee a flashes para la posteridad.

“El problema de esta practica es que se pierde naturalidad”, cuenta Fernando Uceda, fotógrafo de bodas. Los participantes de la ceremonia dejan de lado sus conversaciones o comportamientos para posar exclusivamente para el fotógrafo, que intenta retratarlos de la mejor manera posible. Lo mismo sucede con los novios, quienes también permanecen a la espera de la instantánea más adecuada para guardar en su álbum.

El fotoperiodismo de boda es aquel que, como el fotoperiodismo clásico, cuenta los acontecimientos que van sucediendo a lo largo de la misma. “El fotógrafo deja de relacionarse con la gente para retratarlos, y se dedica solamente a contar lo que sucede”, observa Miguel Cuervo, fotoperiodista de eventos y eventualmente en bodas. La diferencia entre ambos casos es notable. Mientras uno espera a los que serán fotografiados, el otro busca la instantánea sin importar el posado. Uceda dice que tiene “siempre fotos de todos los invitados”, mientras que Cuervo no se preocupa por los invitados, si no por “intentar captar los momentos más relevantes de la boda, para lograr una fotografía más fiel e incluso artística”.

Cuervo también relata cómo tiene que lidiar “con la luz, el ambiente, el movimiento”. Así es como la creatividad crece y el fotógrafo logra una mayor libertad a la hora de hacer sus movimientos. “Es verdad que la creatividad es más libre cuando la gente no posa, pero los novios suelen querer fotos de todos sus invitados”, dice Uceda. “La libertad creativa y el toque estético es lo que diferencia este tipo de imágenes con las que se hacen en otras bodas”, explica Cuervo, quien acostumbrado a eventos deportivos, musicales o teatrales, está acostumbrado a una creatividad y dificultad mayor para captar instantáneas.

“En la mayoría de bodas, los novios posan en diferentes sitios, incluso por centros de ciudades o grandes jardines, buscando un ambiente idílico para el recuerdo”, explica Uceda, que, según confiesa, "a veces" toma imágenes de “otro estilo menos convencional” para gusto y uso propio. “Quienes hacemos este tipo fotoperiodismo, queremos cubrir de la misma manera cualquier situación, ya sea una boda, una manifestación o un partido de fútbol”, relata Cuervo. Aunque parezca extraño, el fotoperiodismo de bodas es una parte más del fotoperiodismo, que se dedica siempre, esté donde esté, a narrar lo que ve.

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