En la final de la Copa del Rey del pasado viernes, la retransmisión de Televisión Española tuvo como protagonistas principales a Juan Carlos Rivero
(periodista), como narrador, y a Gerard López e Ismael Urzaiz (exjugadores de
fútbol) como comentaristas. Esta es una fórmula muy utilizada en las
retransmisiones televisivas de hoy día, ¿pero es conveniente que exfutbolistas
o entrenadores ocupen el puesto que, en condiciones normales, debería
desempeñar un periodista?
En el primer minuto de la final entre el Athletic Club de
Bilbao y el Barcelona oímos: “Montoya está jugando en el lateral derecho del
equipo español”, ¿cuál de los dos? Se preguntó un oyente que entiende que el
Athletic también es un club del país. Así, error tras error, pasando por el “¡Eh!”
que vocifera Urzaiz tras un posible penalti sobre Fernando Llorente en el
minuto 26, llegamos a la segunda parte, donde prosiguen los despropósitos. ¿De
verdad merece la pena continuar con la fórmula y desbancar a los periodistas? Víctor Muñoz, Víctor Fernández, Fernando Morientes, 'Kiko' Narváez, Gica Craioveanu, Manolo Sanchís, Hugo Sánchez, Rafael Martín Vázquez, Albert Ferrer... Son muchos los profesionales del fútbol que se adentran en el mundo de la comunicación, ¿podría considerarse intrusismo laboral?
Julio Maldonado, 'Maldini', comentarista de Canal+ / Foto: Wikimedia Commons |
Para el profesor de Empresa Periodística de la Universidad
Rey Juan Carlos, Federico Utrera, son los propios periodistas quienes “se han
dejado arrebatar las retransmisiones”. Según él, “nadie quita el puesto a nadie,
es el profesional de la información quien tiene que formarse y convertirse en
un valor”. Para el profesor Utrera “existen ejemplos claros como Maldini, Axel
Torres o Gaby Ruiz, que son periodistas que se han convertido en comentaristas
esenciales para sus respectivas cadenas”.
En ese grupo, cabría incluir al periodista Martí Perarnau,
quien empezará el próximo viernes a comentar la Eurocopa en Eurosport. Perarnau
es, además, un exatleta que participó en los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980
y, doce años después, dirigió el Centro Principal de Prensa en Barcelona’92. El periodista catalán cree que las cadenas recurren
a jugadores y técnicos por ser algo habitual, y defiende que también existen “futbolistas y entrenadores con grandes
conocimientos”.
Por su parte, el locutor de la Cadena Cope, Rubén Martín,
asegura que “somos nostros (los periodistas) quienes tenemos que quitar a los
jugadores de la televisión, por mucho que la fórmula sea rentable para las
cadenas”. Una opinión que suscribe el profesor Utrera, quien, de nuevo, hace hincapié en que el aprendizaje es
clave para conseguirlo: “la gente descuida la formación. Se piensa que con
conocer la norma del fuera de juego y tener la licenciatura les vale para poseer la
sabiduría absoluta e imperecedera, y no es así. La formación es permanente y
requiere mucha autoexigencia, mucha constancia. Es un trabajo diario”.
Utrera cree en la función educadora de los medios de
comunicación y por eso está convencido de que el puesto de comentarista nació
para el periodista formado: “contar lo que sucede en el terreno de juego
requiere una capacidad de observación y conocimientos que hay que despertar en
la audiencia, creo que esa es la mejor forma de educar al público en aquello de
lo que de verdad interesa, el juego”. “Es informar y contextualizar, dos tareas
básicas del periodismo, por eso pienso que la formación debe ser el principal
valor del periodista frente al plus del nombre y la marca que garantiza el
futbolista o el entrenador”, apuntilla el profesor ligeramente contrariado por
la situación del periodismo deportivo actual. Para él, la solución es evidente
y está en las manos de los periodistas que están o que van llegando a los
medios.
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