La enfermedad de Alzheimer, un mal en alza entre la avejentada población española
Contradicciones
de la vida. El nombre de Alois Alzheimer, el médico alemán más recordado, permite
adentrarse en la zona más oscura del panorama sanitario de las sociedades del
primer mundo. La lucha sin cuartel contra esta enfermedad no ha hecho sino
empezar. Considerada maldita por muchos, borra las vivencias de quienes la
sufren arruinando su propia vida y la de aquellos que le rodean.
"La solución al Alzheimer se dirige a una vacuna, capaz de protegernos frente al amiloide, para que no fije, ya que una vez adherido, causa devastadores efectos, no sólo en el paciente, sino en su entorno más cercano"
El futuro inminente de la sociedad española y los últimos avances de la enfermedad de Alzheimer serán los ejes de la entrevista al médico del servicio de neurología del Hospital Universitario Lucus Augusti (HULA), de Lugo, Robustiano Pego Reigosa. Muy a su pesar, Alois Alzheimer es un protagonista de primer orden en el siglo XXI.
- Pregunta. ¿A qué se debe el continuo incremento de casos de demencia
entre la población?
- Respuesta. El envejecimiento de la población y el aumento de la
esperanza de vida son las razones fundamentales del continuo incremento de
casos de demencia. Hoy son, aproximadamente un 150% más que 25 años atrás, en
cifras absolutas, y esta tendencia proseguirá en los próximos años, ligada a la
propia evolución demográfica de la población.
Según datos epidemiológicos, a partir de los 64 años el 9.5% de
la población presenta algún tipo de demencia, entre
los 75 y 84 años un 12.5%, y alcanza el 29.7% en la población mayor de 85 años.
Un reto gigantesco
- P. ¿Qué incidencia tiene la enfermedad de Alzheimer entre la
población española?
- R. Dentro de las demencias existentes, el mal de Alzheimer oscila
entre un 60 ó 70% de la población. El factor de riesgo más importante es la
edad. Por eso, a medida que avancemos, existirá un mayor número de enfermos de
Alzheimer. Expresado en porcentajes, supone que a partir de los 65 años se
incrementa en un 5 ó 10% de la población. La prevalencia con la edad se
incrementa enormemente a partir de los 85 años, llegando incluso a alcanzar el 30%.
Esto significa casi una de cada tres personas.
- P. ¿Existe alguna particularidad en Galicia?
- R. Sí. Mientras la tasa de envejecimiento en España es de un 16.3%
(mayores de 65 años), en Galicia se eleva al 19.3%, alcanzando en Lugo el 25.7%,
y en Orense al 25.8%.
A este panorama ha de
añadirse el que un 6.3% de la población gallega supera los 80 años (en España
la media es de 4.6%).
En la actualidad
existen unos 40.000 pacientes con demencia. Cada año se diagnostican casi 5.000
nuevos.
Las proyecciones que
hemos realizado, partiendo del estudio EURODEM
(realizado en Europa y en el que ha participado España), estiman que en el año
2016 la tasa de envejecimiento gallega sea de 21.21%.
- P.
¿Qué les dejaremos a la generación siguiente?
- R.
Si las cifras actuales son malas, las del futuro son peores incluso.
En el 2020 se duplicará la cifra de pacientes con enfermedad de
Alzheimer, tanto en Galicia como en España, y en el 2050 se triplicará.
- P.
¿Queda algún resquicio para la esperanza?
- R.
Sí. Seguro que los avances médicos frenarán la
enfermedad en forma de vacuna, o bien, otra solución. Algún descubrimiento
mitigará los efectos devastadores que provoca la enfermedad de Alzheimer tanto
en los afectados, como en los familiares y la sociedad en general.
- P. ¿Qué novedades ofrece hoy la investigación médica?
- R. Pues siento decir que los tratamientos son sintomáticos, y el
beneficio es muy modesto. Nuestras prescripciones terapéuticas no detienen la
enfermedad. Por duro que parezca, hay que afirmar rotundamente que hoy no tiene
curación.
- P. Después de este jarro de agua fría: ¿Existe alguna noticia
alentadora?
- R. Sí, algo hemos conseguido hasta ahora. Tenemos que seguir
avanzando en el diagnóstico precoz.
- P. ¿Y para qué sirve el diagnóstico precoz si la enfermedad no
tiene curación?
- R. Lo único que hemos logrado es enlentecer el proceso del mal, de
ahí que sea primordial la detección precoz.
"En el 2020 se duplicará la cifra de pacientes con enfermedad de Alzheimer, tanto en Galicia como en España, y en el 2050 se triplicará"
Hospital Lucus Augusti. Lugo/Paloma Fisac
- P. Por qué razón o motivo tiene que acudir una persona al médico.
¿Cuáles son los primeros síntomas?
- R. En la fase inicial pueden manifestarse fallos
cognitivos y pérdida de memoria. Existen una serie de pruebas a las que hay que someter al
paciente. Por un lado las analíticas, que son varias: la determinación del
líquido cefalorraquídeo, obtenido por una punción lumbar y biomarcadores
neurológicos. Se hacen también análisis de los marcadores de amiloide. Otras
pruebas son de imagen, a través de una resonancia magnética de cerebro.
En ambos casos puede
comprobarse tanto la existencia de la enfermedad como la evolución cuando ya se
conocía.
Las placas de amiloide
beta se depositan en el cerebro. Antes, señalaba que el Alzheimer no tiene
curación, y es que el daño que causan estas placas de amiloide en el cerebro ya
está hecho cuando se detectan. Por el contrario, si se conoce al principio,
podemos retrasar el avance del amiloide y por tanto hablaremos de unos efectos
mucho menos graves en el paciente.
- P. ¿Hacia dónde se dirige la investigación en estos momentos?
- R. La solución al Alzheimer se dirige a una vacuna, capaz de protegernos
frente al amiloide, para que no fije, ya que una vez adherido, causa
devastadores efectos, no sólo en el paciente, sino en su entorno más cercano.
Esta solución es teóricamente
buena. Una vez más, hay que insistir en el diagnóstico precoz de la enfermedad.
Esa es la auténtica necesidad.
Si atendemos, además,
al número previsto de enfermos de Alzheimer en tan sólo unos años, tendrá que
reconocerse que estamos ante uno de los problemas económicos y sociales más
graves que nunca se haya producido. El reto es gigantesco.
- P. ¿Cree que gobiernos y autoridades públicas están preparadas para
lo que viene?
- R. Información no les falta, por lo que deben saberlo. La situación
que se nos avecina requerirá de una gran cantidad de recursos asistenciales y
de servicios para personas mayores. De forma muy especial para pacientes con
deterioro cognitivo y demencias.
Pero hay que ser
optimista. Hoy diagnosticamos mucho antes la enfermedad de lo que hacíamos hace
unos años.
- P. ¿Parece que a Vds. no les faltará trabajo?
- R. No, en los próximos años no parece que nos vaya a faltar. El
panorama que se presenta en un futuro próximo no es halagüeño, pero lo
importante es continuar trabajando en búsqueda de una solución.
- P. ¿Existen casos precoces? ¿Qué edad tenía su paciente más joven?
- R. Sí existen, pero son casos rarísimos. Yo he tenido alguno. Se
trata de pacientes de tan sólo treinta y tantos o cuarenta años. Son muy
precoces. En estos casos además, el deterioro cognitivo es rapidísimo. La
enfermedad es muy agresiva, yo diría que devastadora.
Es necesario, sin
embargo, que nos tranquilicemos, ya que se trata de casos excepcionales. En
ellos, por cierto, si influye el patrón hereditario.
- P - ¿Hay alguna pauta a seguir para estar prevenido?
- R. No. La enfermedad afecta a pobres y ricos; con una alimentación
sana o insana; con vida sexual activa o no; con vida intelectual intensa o en
hibernación. Tanto a hombres como a mujeres. No hay patrón. A todos nos puede
tocar.
- P. Por último, ¿tiene una incidencia mayor en hombres o en mujeres?
- R. Pues, siento decírselo a Vd., pero la incidencia es mayor en
mujeres.
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